Plinio Corrêa de Oliveira
Santo del día[1],
29 de junio de 1967
Selección
biográfica
Hoy es la
fiesta de San Pedro y San Pablo. Estamos festejando el 19° centenario del
martirio de los dos apóstoles.
Respecto de los apóstoles San
Pedro y San Pablo, Dom Guéranger, en el Année
Liturgique, tiene las siguientes palabras:
Santos Pedro y Pablo
presentando la Iglesia a Dios,
escuela veneciana, siglo XIV
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“Pedro y Pablo no cesan de
oír las oraciones de sus devotos. El tiempo no disminuye sus poderes, y más en
el cielo que otrora en la tierra, la grandeza de los intereses generales de la
Iglesia no los absorbe lo suficiente como para descuidar el menor de los
habitantes de esta gloriosa ciudad de Dios, de la cual eran y siguen siendo príncipes.
”Uno de
los triunfos del demonio en nuestra época fue el de haber adormecido, en este
punto, la fe de los justos. Es preciso insistir para terminar ese sueño
funesto, que nos llevará al olvido de que el Señor quiso confiar a los hombres
el cuidado de continuar su obra y representarlo visiblemente en la tierra.
”San
Ambrosio exalta la eficaz y viva acción apostólica que no descansa de la
Iglesia, y expresa con delicadeza y profundidad el papel de Pedro y Pablo en la
salvación de los elegidos. La Iglesia, dice él, es un navío en el que Pedro
debe pescar y en esa pesca él recibe órdenes de usar a veces la red, a veces el
anzuelo. Gran misterio, porque esa pesca es toda espiritual. La red protege, el
anzuelo hiere; la red atrapa multitud, en cambio el anzuelo al pez solitario. El
buen pez no repele el anzuelo de Pedro, que no mata, sino que convierte. Preciosa
herida cortante, que en la sangre permite profesar la misma fe de Pedro y pagar
el tributo al apóstol y maestro.
”Entonces, no te subestimes
porque tu cuerpo es débil; de tu boca tienes que pagar a Cristo y a Iglesia y a
Pedro.
”Porque en nosotros hay un
tesoro: el Verbo de Dios. La confesión de Jesús lo pone en nuestros labios. Es por
esto que Él dice a Simón: Id mar adentro, esto es, al corazón del hombre,
porque el corazón del hombre en sus escondrijos es como las aguas profundas. Id
mar adentro, esto es, a Cristo, porque Cristo es la reserva profunda de las
aguas vivas en la cual están los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
”Pedro continua pescando
todos los días. Todos los días el Señor le dice: id mar adentro. Pero me parece
oír a Pedro: Maestro, trabajamos toda la noche, sin conseguir nada. Pedro sufre
cuando somos duros de corazón.
”Pablo también está luchando
por nuestras almas. ¿No nos dijo que nadie sufre sin que él también sufra? Debemos
actuar de manera de no hacer sufrir por nuestra culpa a los apóstoles”.
Comentarios del Prof. Plinio
El llamado de San Pedro,
ilustración del siglo XIV
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Son muy
bellas palabras y podríamos hacer un comentario sobre cada una de ellas. Lo primero es esa primera parte, esa interesante
referencia de Dom Guéranger de que la Providencia permitió que la fe de los
justos se volviera somnolienta respecto al papel de que desde lo alto del cielo
San Pedro y San Pablo desempeñan para el bien de la Iglesia Católica y para la salvación
de las almas.
Es curioso,
pero la devoción a los apóstoles disminuyó mucho, a excepción de la devoción a
San Judas Tadeo, que era exactamente un apóstol casi desconocido y que durante algún
tiempo incluso levantó algunas sospechas porque la gente pensaba que este Judas
podría ser Judas Iscariote, también un miembro del colegio de los apóstoles. A excepción
de la devoción a San Judas, que se convirtió en patrón de los imposibles, la devoción
a los otros apóstoles disminuyó mucho.
Esta
disminución es completamente
irracional, ya que es evidente que la misión de los apóstoles no disminuyó con el tiempo. Por el contrario, sabemos que su misión
continúa ahora y continuará hasta
el fin de los tiempos. Ellos no fueron apóstoles
para una sola época.
Ellos no fueron hombres que salvaron almas
en los primeros días de la Iglesia
y luego se fueron al cielo donde no hacen nada. Ellos están allí ahora con Nuestro Señor Jesucristo mirando y ejerciendo un rol sobre toda la
Iglesia
El
apostolado que ellos hicieron en sus tiempos fue una semilla que ellos plantaron que contenía el apostolado de todas las épocas. Desde el cielo ellos
continúan nutriéndolo y desarrollándolo. Por lo tanto, la devoción a ellos es una cosa necesaria, y esta selección nos da una oportunidad para encomendarnos a San Pedro y San Pablo, para rezarles, y para aumentar nuestra devoción para con
ellos.
La pesca milagrosa,
Duccio de Siena
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Lo segundo, la selección parece insinuar una diferencia entre el apostolado de San Pedro ―hecho con
un anzuelo― y el de San Pablo ―hecho
con una red―. La distinción entre estos
dos métodos diferentes de apostolado
es útil. El apostolado de la red tiene la intención de atrapar a un gran número de personas, el apostolado del anzuelo está destinado a alcanzar tal o cual persona en particular.
Lo tercero, el texto habla muy bien del apostolado de anzuelo, diciendo que el anzuelo
hiere la boca del pez, pero es a través de esta incisión que se paga el precio de su
conversión. Hay conversiones
que son muy difíciles, que sólo son
posibles a través de grandes
sacrificios y sufrimientos. La
sangre exigida por el gran
esfuerzo es el precio pagado para
hacer parte de la Iglesia Católica. Esta es una característica normal del apostolado del anzuelo.
Hay conversiones, sin embargo, que no son dolorosos. En la Edad Media, por
ejemplo, tenemos los maravillosos ejemplos de las conversiones de los reyes que trajeron naciones enteras con ellos: el reino de
los francos vino a la Iglesia
con Clovis, los húngaros con San Esteban, el polaco
con Wenceslao, el ucraniano
con San Vladimir, y así sucesivamente. Estos fueron apostolados de red que llevaron
a una multitud de almas sin
ningún sufrimiento especial.
La Virgen con el
Niño y los apóstoles Pedro y Pablo,
Lorenzo Biccidi, Venecia
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Lo cuarto, otra hermosa parte de esta
selección habla del apostolado
cuando es infructuoso. San Pedro
y San Pablo experimentaron enormes
dificultades en sus apostolados,
y también disfrutaron momentos de éxitos
extraordinarios. No eran trabajos sencillos con un
“happy endings”. Era un trabajo duro a lo largo de caminos rocosos
que requirieron de mucha oración
y ayuda sobrenatural para seguir adelante. Sin esta ayuda, el apostolado es infructuoso.
Debemos
recordar esto en nuestro propio
apostolado. Debemos tener en cuenta
que San Pedro había pescado toda la noche y no tuvo éxito. Pero cuando le pidió a Nuestro
Señor que lo ayudara, la red
se levantó del agua llena de peces.
Esta
referencia a la pesca milagrosa sirve para ayudar a aumentar nuestra humildad y espíritu sobrenatural.
Sin la ayuda sobrenatural, sin la ayuda de Dios, por intercesión
de Nuestra Señora, nuestro apostolado
será estéril.
Vemos
que esto se traduce en una mayor gloria de
Nuestra Señora y tiene
que aumentar en nosotros el deseo de acercarnos a Ella. Ella que es nuestra amorosa y omnipotente suplicante
delante de Dios, que
con su oración puede obtener
todo lo que Ella pide.
[1] Los santos del día eran unas
breves reuniones en las que el Prof. Plinio ofrecía una reflexión o comentario
relacionado con el santo o fiesta religiosa que se celebraba aquel día.