Por el Hno. Pedro Dimond OSB
En el Nuevo Testamento se refutan la justificación por la sola fe y la idea de justificado de una vez y para siempre (conocida también como una vez salvo, siempre salvo). Las ideas de la sola fe y justificado de una vez y para siempre son contrarias y refutadas por básicamente cada libro en el Nuevo Testamento. Dado que hay tantas pruebas sobre este asunto, limitando el argumento a un versículo o pasaje en realidad no hace justicia a la cantidad de evidencia que se podría presentar al respecto. No obstante, si se me permitiera elegir un solo pasaje en el Nuevo Testamento para refutar la sola fe y justificado de una vez y para siempre, sería Gálatas 5, 19-21.
Gálatas 5, 19-21: “Ahora bien, las obras de la carne son manifiestas, a saber: fornicación, impureza, sensualidad, idolatría, hechicerías, enemistades, contiendas, celos, iras, riñas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, embriagueces, orgías y otras como éstas, de las cuales os prevengo, como antes lo hice, que quienes tales cosas hacen no heredarán el reino de Dios".
Sin comunicar en sus obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas y reprobadlas (Efesios 5, 11)
viernes, 27 de marzo de 2015
La mejor cita bíblica para refutar una vez salvo, siempre salvo y la sola fe
miércoles, 25 de marzo de 2015
La Anunciación de Nuestra Señora – 25 de marzo
Él es Rey por derecho, y también por conquista
Plinio Corrêa de
Oliveira
Vamos a comentar sobre este pasaje
tomado de San Lucas:
En el sexto mes fue enviado el
ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David; el nombre de
la virgen era María. Y presentándose a ella, le dijo: “Salve, llena de gracia,
el Señor es contigo”. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué
podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: “No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a
luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y llamado Hijo
del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en
la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.
Dijo María al ángel: “¿Cómo podrá
ser esto, pues yo no conozco varón? El ángel le contestó y dijo: “El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por
eso el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios. E Isabel, tu
parienta, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes
de la que era estéril, porque nada hay imposible para Dios”. Dijo María: “He
aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Y se fue de ella el
ángel.
* * *
Por lo que yo recuerdo, la única cosa que
sabemos de San Gabriel, el arcángel se encuentra en este episodio. Él fue
enviado por Dios para entregar este magnífico mensaje a Nuestra Señora. Podemos
tener una idea de lo que es este arcángel si consideramos la naturaleza de la
tarea que se le dio. Existe una correlación entre el ángel y su virtud, por una
parte, y la misión que recibe de Dios, por la otra. A través de una, podemos
hacer conjeturas sobre la otra.
La Virgen y San Gabriel en el pórtico de la catedral de Reims |
Por lo tanto, ¿cuál fue el mensaje
de San Gabriel, que significa “fuerza de Dios”, llevó a la Virgen? Es un
mensaje que afirma la encarnación del Verbo y, por lo tanto, es el mayor acto
de poder y de dominación que Dios pudiera ejercer sobre el mundo. Con la
Encarnación del Verbo, Dios estaba preparando el rescate del mundo. Al hacer
esto, Él, que es el rey del mundo por derecho, también se convirtió en rey por
conquista. Por lo tanto, Él —la segunda Persona de la Santísima Trinidad— entró
en la tierra para conquistarla en la cruz; de esta manera especial, Él
estableció su reinado sobre el mundo.
San Gabriel debe considerarse, por
lo tanto, como el anuncio de la entrada victoriosa de Nuestro Señor Jesucristo
en la humanidad. Él fue como un heraldo que va delante de un rey victorioso
superando todos los obstáculos en su camino y anunciando: “¡He aquí el rey ha
llegado! Él va a reinar!” Esta es una primera consideración que tenemos de este
arcángel.
San Gabriel arcángel, detalle de Fray Angelico |
Otra consideración que debemos
tener es la del devoto de María por excelencia. Él fue quien pronunció el
primer Avemaría, él fue el que dio a la Virgen un mensaje que le reveló quién
era ella. Hasta ese momento, de acuerdo con todas las interpretaciones que he
leído, ella no sabía que iba a ser la Madre de Dios. Ella oró para que el
Mesías viniera pronto a la tierra y también para que ella pudiera convertirse en la
sierva de su Madre para prestarle algunos pequeños servicios. Esa era su gran
ambición.
Cuando vino el arcángel Gabriel y
le anunció que ella misma iba a ser la madre del Mesías, él le hizo, por
decirlo así, entender quién era ella. Su mensaje le explicó por qué ella había
recibido de forma continua un inmenso río de gracias en toda su vida. Ella
entendió la profundidad de la santidad para la que fue llamada. El anuncio del
ángel le hizo comprender su propia misión.
Por lo tanto, cuando hizo esta
revelación a María, él le hacía este servicio excepcional, que era un acto de
suprema nobleza ordenado por Dios. Como resultado de ello, este hecho
estableció un vínculo muy especial entre San Gabriel y la Virgen. En este
sentido, él fue una especie de profeta que manifiesta a la Virgen lo que ella
sería toda su vida y lo que sería su misión. Por lo tanto, otro aspecto de la
personalidad de este arcángel es una gran unión con la Virgen y una gran
devoción a ella.
La Anunciación por Fray Angélico en el convento de San Marcos, Florencia |
Finalmente, podemos considerar
otro lado, que es la manera en que él dio su mensaje. Estaba impregnado con una
gran pureza. Ningún mensaje es más casto que este, que anunció la maternidad
virginal. Este mensaje muestra cuánto amor tiene Dios por la pureza, por lo
que, con el fin de salvaguardar la castidad virginal de Nuestra Señora, Él
decidió una manera de concebir a Nuestro Señor Jesucristo que no implicaba
ninguna obra humana: ella sería la Esposa del Espíritu Santo.
En la Anunciación, el arcángel es
especialmente protector de su pureza y castidad. Si pudiéramos verlo, él nos
inspiraría un millar de deseos y actos de admiración y anhelo de poseer la
pureza en un grado eminente.
De aquí, podemos sacar algunas
aplicaciones para las oraciones que podemos dirigirle hoy. San Gabriel anunció
la venida y el triunfo del Mesías a la Virgen y por lo tanto a todos los hombres.
Podríamos pedirle que ahora anuncie la recuperación de la realeza efectiva de
Dios sobre la tierra a través de la venida del cumplimiento del mensaje de
Fátima.
Hoy nos encontramos en una
situación que es aún peor que la del mundo antiguo antes de Nuestro Señor
Jesucristo. Por lo tanto, podemos pedir que Nuestro Señor Jesucristo reine una
vez más, que Él establezca su reino en la tierra en María y por María, y que
este período de oscuridad en la que nos encontramos llegue a su fin. Él ha
hecho una cosa, que haga la otra. Él tuvo la llave para cerrar la era de la
antigüedad, y por lo tanto abrió una nueva época. Que Él cierre esta época y
abra la del Reino de María.
Segundo: debemos pedir a San
Gabriel una enorme, sobreabundante devoción a la Virgen y que esta devoción
crezca cada instante hasta el final de nuestras vidas.
Tercero: debemos pedirle un amor
más ardiente, intransigente, vigilante y, por tanto, más militante por la
pureza, y tener toda forma de repulsión y desprecio por la impureza de todas
las formas y grados. Esto es lo que deberíamos pedirle. Que él nos proteja y
nos haga más cercanos a la Virgen.
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Santo del día
San Gabriel: alto sentido jerárquico y castidad, dos pilares de la Contra-Revolución
Plinio Correa de
Oliveira
Reunión del santo del día
del 24 de marzo de 1965
De San Gabriel, dice el
martirologio que fue enviado por Dios para anunciar el misterio de la
Encarnación del Verbo divino. Protector de la Orden del Carmen. Al mismo
tiempo, novena de la Anunciación de Nuestra Señora.
La Anunciación de Fray Angélico |
Sobre San Gabriel, podemos tener
cierta noción sobre quién él es exactamente por la naturaleza de su misión. Como
los ángeles son seres de una naturaleza mucho más elevada que la nuestra, la
tarea que hacen es una tarea relacionada con la naturaleza [de los ángeles], y
no se puede encomendar [a un ángel] una tarea tan arbitrariamente como se hace
entre los hombres.
Hay algunos ángeles que por
naturaleza hacen eso, otros que por naturaleza hacen aquello otro, en cuanto no
podemos decir que alguien es dactilógrafo por naturaleza, que nadie es
embajador por naturaleza. En la hora de dificultades, un embajador es dactilógrafo
y también, en la hora de la urgencia [de la realización de una tarea] un dactilógrafo
– con grandes intereses personales – acaba siendo buen embajador.
Entonces, entre nosotros es más
confuso, en cuanto en la naturaleza angélica es más preciso. No se trata ahí de
tareas exactamente como la de la Anunciación. Se trata de tareas de otro
género, de la posición, de la función del ángel en el cielo en relación a Dios.
Pero hay una razón poderosa de
conveniencia del porqué la misión dada a ese arcángel de la Anunciación corresponde
a la naturaleza de él. Y podemos, por lo tanto, deducir alguna cosa de la
gloria, de las virtudes, del esplendor de ese príncipe celestial, a través de
la naturaleza de la misión que le fue entregada.
POR LA GRANDEZA DE LA MISIÓN DE SAN GABRIEL, PODEMOS DEDUCIR
LA ALTA CATEGORÍA DE ESTE ÁNGEL
De esa misión, ¿qué podemos decir?
Antes que nada, que es una misión elevadísima; es la misión clave en toda la
historia de la humanidad, porque aquel ángel que le fue dada la orden de
decirle a Nuestra Señora que la plenitud de los tiempos había llegado, que el
reino del demonio iba a terminar, que el reino del mal iba a ser pisado con los
pies, que la humanidad iba a ser redimida, que las puertas del cielo se
abrirían para la humanidad, el ángel encargado de pedirle a Nuestra Señora su
consentimiento para ese hecho, el ángel encargado de anunciar el misterio de la
Maternidad Virginal, ese ángel llevó el más alto mensaje que pueda haberse
llevado en toda la historia de la humanidad. ¡Es una cosa de una importancia
enorme!
Imaginen lo siguiente: ustedes
saben que, según Santo Tomás, los astros son movidos por los ángeles para la
gloria de Dios. Imaginemos qué grandeza tiene un ángel que mueva, por ejemplo,
toda la Vía Láctea: ¿qué importancia, qué función, qué espíritu debe tener un ángel
de esos?
Ahora, ¿qué es mover una miríada de
estrellas como la Vía Láctea, qué es eso en comparación con mover el alma de
Nuestra Señora, con actuar sobre el alma de Nuestra Señora, con ser el
transportador de ese mensaje y obtener su consentimiento?
Se comprende que no hay ninguna comparación
con cosa alguna. Por ahí se comprende la excelsitud de la misión de ese ángel.
De otro lado, se puede medir la
importancia del mensajero, no sólo por la naturaleza del mensaje, sino por la
importancia de quien mandó y por la importancia de aquel a quien se le manda. Un
rey, que teniendo que mandar un mensaje muy importante, lo manda por medio de un
hidalgo de su corte. Un mensaje de poca importancia, para mandar para una
persona cualquiera, se manda a un empleado cualquiera con una notificación judicial.
Ahora. Nuestra Señora es la Reina del cielo y de la tierra, la obra prima de
Dios, destinada para ser la Madre de Él.
Se comprende que sólo aquel que es
un ángel altísimo es quien sería escogido para esa misión. Entonces, podemos
ver a través de eso lo que es la grandeza que existe dentro de ese ángel.
DOS PILARES DE LA CONTRA-REVOLUCIÓN EN LA PSICOLOGÍA DE SAN
GABRIEL: ALTO SENTIDO JERÁRQUICO Y CASTIDAD
Podríamos deducir algo de la “psicología”
del ángel en eso, con dos notas muy importantes, y que en los cuadros de Fray
Angélico sobre la Anunciación están muy presentes: en primer lugar, un sentido
de jerarquía muy curioso.
Cuando el ángel fue a hablar con
Nuestra Señora, ella aún no era la Madre de Dios. Pasó a serlo a partir del
momento en que ella aceptó la comunicación y el Espíritu Santo actuó en ella. Y
San Gabriel, por naturaleza, era superior a Nuestra Señora. De manera que
cuando hablaba, era para una persona que le era inferior, que él estaba
convidando para ser su Reina.
Por otro lado, le llevaba un
mensaje de una predilección tal de Dios sobre Nuestra Señora en relación a él,
que la colocaba fuera de cualquier paralelo con él.
Entonces, Fray Angélico pinta al ángel
con un tal respeto, con una tal veneración ante Nuestra Señora, como quien toma
la superioridad de su naturaleza y la pone debajo por causa de la grandeza de
la misión de Nuestra Señora, ¡que es una cosa extraordinaria!
En cuanto Nuestra Señora también habla
con el ángel, ella se inclina con todo respeto, porque ella estaba recibiendo
un mensaje de Dios y porque, como persona, es inferior al ángel. Ustedes pueden
notar las superioridades reciprocas, en las cuales, naturalmente, Nuestra
Señora acaba siendo mayor que el ángel.
También, en la escena, un mundo de
respeto mutuo de ella por él y de él por ella, que indica bien el sentido de
jerarquía que estaba incluido en ese acto. Sentido de jerarquía que es lo
opuesto del non serviam [no serviré] de
Satanás.
Muchos dicen que el demonio
rechazó servir porque no quería reconocer al Verbo encarnado como objeto de su adoración
y no quería reconocer una mera criatura humana como su Reina. Eso parece haber
sido un punto que polarizó todo un movimiento que él tenía contra Dios por
causa del orgullo.
San Gabriel hizo lo contrario. Fue
a llevar ese mensaje lleno de adoración y amor. Mensaje que colocaba – bajo cierto
punto de vista – al reino angélico por debajo del reino humano, algo que
elevaba por encima de él a alguien que le era inferior. Colocado delante de su
nueva Reina, tan inferior a él por naturaleza, él se inclinó como el más
respetuoso y venerador de los cortesanos delante de su Reina. Podemos percibir
el alto sentido de disciplina, el alto sentido de jerarquía que se ve ahí y,
por tanto, un sentido de contra-revolución muy marcado.
A eso podemos acrecentar otro
aspecto. Quien va a dirigirse a la Virgen de las vírgenes para decirle que ella
va a ser Madre y continuar siendo Virgen, hace una tal glorificación de la
virginidad, que es una especie de obra prima de pureza mostrar que, delante de
ese hecho tan inmenso de la Encarnación, Nuestro Señor resolvió violar todas
las reglas de la naturaleza para salvar la virginidad perfecta de Nuestra
Señora, y dar una nueva gloria para el género humano, haciendo de ella la
Esposa del divino Espíritu Santo, para que ella tuviese un Hijo que no fuese
hijo [engendrado por el] hombre.
¡Es un mensaje que es una de las
mayores glorificaciones de la castidad! Y podemos comprender cuál relación especial
con la pureza necesita tener un ángel así.
Por otro lado, son los dos pilares
de la Contra-Revolución: la humildad y el amor a la pureza.
El orgullo y el amor a la
sensualidad, al contrario, son los pilares de la Revolución. Podemos comprender
cómo la vieja serpiente orgullosa y sensual fue pisada en ese acto, y cómo de
esa manera San Gabriel nos aparece pisando al demonio, no menos como cuando San
Miguel arcángel expulsó al demonio del cielo. Un pintor que en esa hora pintase
a San Gabriel arrodillado delante de Nuestra Señora y pisando la cabeza del
demonio, pintaría una cosa profundamente real.
DEBEMOS PEDIR ESPECIALMENTE A SAN GABRIEL EL AMOR A LA
JERARQUÍA Y A LA PUREZA
Y de ahí comprendemos cuántos
motivos tenemos para pedirle a San Gabriel que nos de esas dos gracias: 1) la
del sentido de la jerarquía, del amor a la superioridad, del gusto de tener a quien
sea más que nosotros – aunque ese “más que nosotros” sea inferior a nosotros
por varios lados –; 2) y ese gusto pulcro por la pureza, de la pureza en cuanto
principio, en cuanto valor moral y no apenas como una cosa física, ese gusto
pulcro que, necesariamente, tiene algo con los trazos de santidad especifica de
ese arcángel.
Los santos y los ángeles son
llamados a dar a la humanidad aquello por donde ellos más glorifican a Dios. San
Francisco nos da el espíritu de pobreza; San Ignacio nos da aquella lógica soberana,
inflexible e incomparable de los Ejercicios Espirituales; San Benito nos da el gusto
por la verdadera liturgia y por la verdadera contemplación. Los que más
tuvieron más, más ellos dan.
San Gabriel irradia esas virtudes en tan alto
grado, que es hecho para obtenernos esas virtudes. Vamos a pedirle, por lo
tanto, esas virtudes en la noche de hoy.
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lunes, 23 de marzo de 2015
Santo Toribio de Mogrovejo, un santo de la Contrarreforma – 23 de marzo
Plinio Corrêa de
Oliveira
Reunión del 22 marzo
1966
Reseña biográfica:
Santo Toribio de Mogrovejo, su fiesta se conmemora en Perú el 27 de abril |
“Santo Toribio nació en 1538, en
Mayorga, España, de una noble familia. Desde la infancia reveló gusto por la
virtud y un extremo horror al pecado, al lado de una gran devoción a la
Santísima Virgen. Cada día recitaba su Oficio y el Rosario, y los sábados
ayunaba en su honor.
“Con inclinación para los
estudios, los hizo en Valladolid y Salamanca. Felipe II pudo conocerlo, y notándole
las cualidades, lo nombró primer Magistrado de Granada y Presidente del
Tribunal de la Inquisición de esa ciudad, cargo que ejerció de forma
excepcional durante cinco años. Habiendo vacado la sede episcopal de Lima, en
el Perú, el soberano lo llamó para el cargo a pesar de sus vehementes
protestas. Fue ordenado sacerdote y obispo y asumió su puesto a los 43 años de
edad.
“Su diócesis era inmensa y las
costumbres de los españoles y otros conquistadores, incluso del clero, dejaban
mucho que desear.
“Los salvajes, a su vez, estaban
abandonados o eran perseguidos. Santo Toribio no se dejó desanimar. Resolvió
aplicar las decisiones del Concilio de Trento para reformar la región.
“Dotado de excepcional prudencia y
celo activo y vigoroso, comenzó por la reforma del clero, tornándose inflexible
con cualquier escándalo que de allí viniese. Se tornó el azote de los pecadores
públicos y el protector de los oprimidos. Fue duramente perseguido por ello.
“Como algunos cristianos diesen a
la ley de Dios una interpretación que favorecía las inclinaciones desarregladas
de la naturaleza, les mostró que Cristo era la Verdad y no una costumbre, y que
en su Tribunal todos nuestros actos serían pesados, no por la falsa balanza del
mundo, mas por la balanza del Santuario”.
“Consiguió nuestro santo lo que
quería, y se volvió a la práctica de las máximas evangélicas con enorme fervor,
principalmente con la llegada del virtuoso Virrey Don Francisco de Toledo.
“Infatigable por la salvación de
la menor de las almas de su rebaño, no ahorraba ningún trabajo. Protegió a los
indios, llegando a aprender, en edad avanzada, varios de sus dialectos para
poder enseñarles el catecismo. Toda esa actividad era iluminada por intensa
piedad: Misa, larga meditación diaria, largas horas de oración y severas
penitencias. Su oración era continua, pues la gloria de Dios era el fin de
todas sus palabras y acciones.
“Santo Toribio cayó enfermo en
Zaña, ciudad distante de Lima. Previó su muerte, y distribuyó sus bienes a sus
criados y a los pobres. Repitiendo sin cesar las palabras de San Pablo, “Deseo
ser libertado de los lazos de mi cuerpo para unirme a Cristo”, murió diciendo
con el Profeta: “Señor, en tus manos entrego mi espíritu”. Era el 23 de marzo
de 1606 cuando expiró el gran apóstol del Perú”.
Comentario del Prof. Plinio:
"Milagro de Santo Toribio", del pintor italiano Sebastiano Conca |
Es una tan bonita biografía que
casi no provoca comentarla.
En todo caso, vamos a considerar
algunos aspectos. El primero de ellos, naturalmente, es la excepcional devoción
de Santo Toribio a la Santísima Virgen. Todos nosotros sabemos bien que sin devoción
a Ella no hay santidad y que la santidad está, de algún modo, en la medida de
la devoción a Nuestra Señora.
Pero después, pasemos un poco para
la consideración de cosas del tiempo.
Este hombre tan piadoso es
“notado” por el rey Felipe II; y tan pronto el rey lo nota, lo convoca para el
poder judicial.
Imaginen ustedes que alguien les
contase una cosa así: “El presidente X, de tal país, estuvo en tal lugar, y oyó
hablar de un hombre muy religioso, que ayunaba, que todos los sábados hacía tal
penitencia así, rezaba el Oficio Parvo [de la Santísima Virgen]. Cuando el
presidente oyó hablar de él, exclamó: «¡Oh, aquí está el magistrado que busco!».
¿Ustedes lo creerían?
Si eso fuese publicado nadie lo
creería, porque todo el mundo sabe que ningún jefe de Estado contemporáneo
selecciona los hombres verdaderamente piadosos, verdaderamente religiosos.
Ahora, ¡maravilla de las
maravillas! Él [Felipe II] encontró un hombre piadoso, pero que no era para
nada blando, sentimental, de cuello torcido... El rey Felipe II, que era bien
lo contrario de ese sentimentalismo —cualidad que no le puede ser negada en
ningún caso—, viendo ese hombre tan bueno, lo llamó para el ramo especial de la
judicatura, que era la Inquisición “contra la perfidia de los herejes” que se
hacían pasar por católicos. Y he aquí entonces a nuestro hombre transformado en
perseguidor de los herejes. Y este hombre sale de las sombras, del santuario,
de las dulzuras de su piedad, para ser el azote de los herejes, y ejerce tan
bien su cargo que es nombrado después obispo del Perú.
Felipe II |
Ustedes están viendo cómo esto
significa, al fin de cuentas, toda una atmósfera, toda una época en que la
virtud era procurada, era galardonada, era considerada como un instrumento para
la buena marcha del gobierno de un reino. Y ustedes ven el acierto de Felipe II
mandando para el Perú a un hombre de estos.
Es decir, comprendiendo muy bien
toda la corrupción a que estaba sujeta una nación del imperio español, con la
permanencia de la élite en España, o en Portugal, y la venida de la “borra”
para América del Sur. Entonces, su preocupación fue tomar un hombre eminente de
esos para implantar el reino de Cristo en el Perú; para consolidar los
fundamentos del reino de Cristo en el Perú. Ustedes, entonces, pueden percibir
mejor cómo había verdadero celo de parte de Felipe II en la propagación de la
fe.
Hay por ahí unos agitadores que
dicen que España y Portugal, cuando hicieron el descubrimiento, sólo se
interesaban por dinero. ¿Qué ganaba en términos monetarios Felipe II en
implantar, en mandar a un hombre de ese valor para el Perú, para hacer reformas
de carácter espiritual? ¡Nada!
Ese hombre comienza a actuar, ese
hombre se transforma allí en el azote del mal, porque él es un santo auténtico,
que sabe azotar. Él se transforma en el azote de los malos sacerdotes, reforma
el clero, etc., pero su acción es prestigiada por otro hombre de altas
virtudes, que Felipe II manda para el cargo de Virrey del Perú y que es Don
Francisco de Toledo.
Ustedes están viendo un rey al que
Santa Teresa llamaba “nuestro gran Rey”, “nuestro santo Rey Felipe”. Están
viendo un santo obispo Inquisidor, un santo Virrey. ¿Quién es que oye hablar de
cosas de esas en los días de hoy?
¡Cómo hemos bajado! ¡Cómo caímos!
¡Cómo hemos llegado a un estado de cosas tan tremendo, que nuestra tentación es
hasta de considerarlo natural! A veces se habla [en el Brasil] de ciertos
campesinos degradados que viven en el litoral marítimo, que son tan decadentes
que hasta encuentran natural la vida que llevan. Nosotros, los hombres del
siglo XX, espiritualmente somos así. Estamos en una tal decadencia, que nos
parece natural que haya ciertos entes de pesadilla por ahí, gobernando,
mandando, hablando, dirigiendo, etc. No comprendemos el fondo del abismo en que
estamos, porque lo normal es eso: normal es que un obispo sea un Santo Toribio
de Mogrovejo, y no que sea (...) ¡Eso es lo normal! Normal es que el poder
político esté entregado a un rey o a un virrey virtuoso; no a ciertos hombres
que nosotros vemos por ahí.
Pero nosotros hasta ya perdimos la
noción de normalidad: los padrones de normalidad se arruinaron.
Entonces, ¿qué debemos pedirle en
su fiesta a Santo Toribio de Mogrovejo?
Debemos pedirle que nos obtenga la
gracia de luchar activamente para que cese este estado de impiedad en que la
normalidad parece un cuento de hadas; parece un cuento chino, y es ese horror
que se ve por ahí lo que parece “normalidad”.
Es la derrota del “orden”
revolucionario de cosas y el triunfo de la Contra-Revolución, lo que debemos
pedir a ese Santo inquisidor, que habría luchado por la Contra-Revolución, y
que tanto luchó como inquisidor por la Contra-Revolución. De lo alto de los
cielos, ciertamente, él oirá con benignidad y con alegría nuestra súplica.
Fuente: PlinioCorreadeOliveria.info
Fuente: PlinioCorreadeOliveria.info
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