Además de lo expuesto en el video, la gente sabe que la PFN es pecado
A continuación
presentamos unos testimonios muy interesantes de personas que, o utilizaron la
PFN o se les enseñó la PFN. Sus comentarios fueron tomados de la sección
“Cartas al editor” de una publicación que llevaba un artículo acerca de la PFN[i].
(Sus nombres aparecen en las cartas originales). Estas cartas demuestran que la
mujer que usa la PFN (como también los hombres que la toleran o cooperan en
ella) está convencida que es pecaminoso por la ley natural que está escrita en
su corazón. Quienes usan la PFN saben que están frustrando la voluntad de Dios
y practicando la anticoncepción.
“Estimado
editor… Yo era una divorciada pagana sin religión antes de conocer a mi esposo
quien, en aquel entonces, era un católico muy poco practicante. Yo me hice
católica en 1993 y nos casamos en 1994. Yo no tenía idea que en aquel tiempo se
les permitía a los católicos hacer alguna cosa para evitar la prole. Yo nunca
había oído hablar de la PFN hasta que el sacerdote con quien nos reunimos por
seis meses antes de nuestro matrimonio, me dio un paquete de papeles y
básicamente me dijo ‘tenga, usted querrá aprender esto’. Cuando llegué a
casa, brevemente ojeé los papeles. Vi los calendarios, calcomanías, y gráficos.
Para ser honesta, me pareció totalmente alucinante que las personas hicieran
todo esfuerzo para tener relaciones íntimas sin consecuencias. ¡También fue
impactante para mí que esto lo promovieran incluso antes que tomara mis votos
en el día de mi boda! El paquete lo tiré a la basura y nunca volví a verlo.
Estoy agradecida de que nunca aprendí la PFN… Me pregunto ¿cuál de mis hijos no
estaría aquí si hubiese decidido quedarme con esos papeles y hubiera aprendido
la PFN?”.
“Estimado
editor… Soy madre de siete hijos y puedo compartir mis propias experiencias. La
PFN no ayudó en mi matrimonio. Luché con reconciliarme a mí misma con el hecho de que las Escrituras declaran que el marido y la mujer deben ser sumisos y no separarse
salvo en la oración. Estábamos evitando el embarazo… simple y
llanamente. No puede haber nada espiritual en decirle al esposo que no
puedes participar en el abrazo conyugal, por temor a que un niño sea concebido.
El diccionario de Webster define la anticoncepción como: ‘impedimento deliberado de la concepción o fecundación’. Registrar y revisar sistemáticamente cuáles
son los días fértiles es evitar deliberadamente la concepción. Yo conozco amigas que la usan. He hablado con ellas de manera muy personal. Ellas no
quieren más hijos. Ellas están usando la PFN como un control de la natalidad,
puesto que eso es lo que es. Y una amiga lo ha estado usando por 11 años y ‘no
ha tenido ningún accidente’. … Puedo expresar que San Agustín tenía toda la
razón cuando escribió en Las costumbres
de los maniqueos: ‘El matrimonio, como proclaman las mismas tablas del
matrimonio, une al varón y la mujer para la procreación de la prole. El que
dice que procrear hijos es un pecado peor que la copulación, con ello prohíbe
el propósito del matrimonio; y hace que la mujer no sea más una esposa, sino
una ramera que se une con el marido para satisfacer su lujuria cuando recibe
ciertos obsequios de él. Si hay esposa, hay matrimonio. Pero no hay matrimonio
donde se evita la maternidad, puesto que entonces no habría esposa’. … Mi
comentario favorito fue hecho recientemente por otro autor donde comparó la PFN
a un cultivador que planta su maíz en pleno invierno como para evitar una
cosecha fructífera”.
“Estimado
editor… Permítame simplificar el debate de la PFN: si vuestra intención es
evitar la prole en realidad no importa que método utilicéis. Ya cometisteis el
pecado. Sin embargo, si utilizáis el anticonceptivo como vuestro método
preferible, añadís un segundo pecado al primero. En cuanto a la tan repetida
mantra de ‘graves motivos’, permítaseme decir lo siguiente: nombradme uno.
Miraos bien dentro de vuestro corazón y nombradme uno que sea pero
verdaderamente grave… Nosotros hicimos la PFN por algún tiempo… y he sentido
una repugnancia desde entonces. Durante ese tiempo podríamos haber tenido al
menos dos hijos más”.
“Al
editor: La PFN es una de las infiltraciones principales de la secta del sexo
new-age dentro de la Iglesia, junto con la educación sexual y la inmodestia en
el vestir… A medida que los católicos modernos han sido condicionados a abrazar
al mismo tiempo ideas contradictorias a la vez que las defienden como
consonantes, se han dejado engañar fácilmente por la noción de que la PFN, como
se practica comúnmente, es, de alguna manera, diferente del control de la
natalidad. No tengo formación en teología moral, no obstante, yo sé incluso que
el objetivo de una acción es lo que determina su substancia. Cuando una pareja
se une en relaciones deliberadamente estériles, se conoce como un
anticonceptivo, así de claro y simple”.
La
Planificación Familiar y la PFN son de la misma tela
¿Habéis notado las
similitudes entre el Planificación Familiar ―el mayor proveedor de abortos del
mundo― y la Plantificación Familiar Natural? Los anticonceptivos artificiales y
abortivos se encuentran en las tiendas marcados como “Planificación Familiar”.
Al igual que los abortistas, los planeadores de familia consideran a la prole
como algo indeseable, al menos temporalmente; mientras que los verdaderos
fieles siempre los han considerado como una bendición innegable de Dios mismo,
planeado por su providencia desde toda la eternidad. “Don del Señor son los
hijos; es merced (suya) el fruto del vientre. … ¡Dichoso el que llenó de ellos su
aljaba! No serán confundidos…” (Salmo 126, 3,5).
En las
publicaciones que promueven la PFN, el periodo fértil de la esposa a veces es
clasificado como “no seguro” y “peligroso”, ¡como si el engendrar nueva vida
fuere considerado una seria violación a la seguridad nacional y el pequeño
infante fuese un traicionero criminal! Esto es realmente abominable.
¿Podría ser más
claro que aquellos que se suscriben a este tipo de comportamiento y a este
método excluyen de sí a Dios y a la prole, remplazándolos con su propia agenda
egoísta?
Tobías
6, 17: “Los que abrazan con tal
disposición el matrimonio, que apartan de sí y de su mente a Dios, entregándose
a su pasión, como el caballo y el mulo que no tienen entendimiento; ésos son
sobre quienes tiene poder el demonio. Mas tú, cuando la hubieres tomado
por esposa, entrando en el aposento, no llegarás a ella en tres días, y no te
ocuparás en otra cosa sino en hacer oración en compañía de ella. … Pasada la
tercera noche, te juntarás con la doncella, en el temor del Señor, llevado
más bien del deseo de tener hijos, que de la concupiscencia…”.
La palabra matrimonio significa “el oficio de la
maternidad”. Aquellos que participan en la PFN evitan el matrimonio (el oficio
de la maternidad) y excluyen a Dios de sí mismos.
San
Cesáreo de Arlés: “Cada vez que él se une a su esposa sin un deseo de tener
hijos… sin lugar a dudas que comete pecado”[ii].
De
los errores condenados por el Papa Inocencio XI: “9. El acto del matrimonio, practicado por el solo placer, carece
absolutamente de toda culpa y de defecto venial” – Condenado[iii].
[i] http://www.seattlecatholic.com
[ii] Jurgens, The
Faith of
the Early Fathers, Collegeville, MN, The Liturgical Press, 1970, vol. 3:2233.
[iii] Denzinger, The Sources of Catholic Dogma, B. Herder Book. Co., Thirtieth Edition, 1957, no. 1159.