Fuente: ZonaDeConspiración
El plan masónico para infiltrar a la Iglesia Católica es conocido porque existen documentos que lo prueban. Aquí presentamos algunos:
La
sociedad secreta luciferina, los carbonarios, conocida como la Alta Venta, publicó una serie de Instrucciones Permanentes, o Código de
Reglas, que aparecieron en Italia en 1818.
En ella decían:
“… Es un deber de
las sociedades secretas hacer el primer ataque a la Iglesia y al papa, con el
objeto de conquistarlos a los dos. La obra para la que nos ceñimos no es una
obra de un día, ni de un mes, ni de un año. Puede durar por muchos años, tal
vez un siglo… Lo que debemos pedir, lo
que debemos buscar y esperar, así como los judíos esperan al Mesías, es un papa
de acuerdo a nuestras necesidades. Necesitamos un papa para nosotros, si
tal papa fuera posible. Con ese papa marcharemos de forma más segura al asalto
de la Iglesia, que con todos los libritos de nuestros hermanos franceses e ingleses”[1].
El
mismo documento masónico hizo esta predicción asombrosa:
“En un plazo de
cien años… los obispos y sacerdotes
creerán que están marchando detrás de la bandera de las llaves de Pedro, cuando
en realidad estarán siguiendo nuestra bandera… Las reformas tendrán que ser
introducidas en nombre de la obediencia”[2].
Estas
organizaciones y los individuos que pertenecen a ellas son agentes que el
diablo usa para atacar a la verdadera Iglesia de Cristo.
Efesios 6, 12:
“Porque no es nuestra lucha contra carne y sangre, sino contra los principados
y potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los
espíritus malignos en los aires”.
El
3 de abril de 1844, un líder de la Alta
Venta que se hacía llamar Nubius, escribió una carta a otro masón de alta
posición. La carta también habla sobre
el plan de infiltrar a la Iglesia Católica, y el intento de poner a un “papa”
masónico, que promoverá la religión de la masonería: “Ahora bien, a fin de
garantizar un papa en las proporciones necesarias, debemos en primer lugar
preparar a una generación digna del reino que soñamos… Deja que el clero avance bajo su bandera (la bandera masónica) siempre
creyendo que están avanzando bajo la bandera de las llaves apostólicas. Echad la red como Simón Bar Jonás; extiéndela
hasta el fondo de las sacristías, los seminarios y conventos… Habrás realizado
una revolución vestido con la triple corona del papa y la capa, llevando la
cruz y la bandera, una revolución que sólo necesita un pequeño estímulo para
incendiar los cuatro cantos de la tierra”[3].
El
masón Eliph Levi dijo en 1862: “El día
llegará en que el papa… declarará
que todas las excomuniones están suprimidas y todos los anatemas retirados.
Cuando todos los cristianos estén unidos dentro de la Iglesia, cuando los
judíos y los musulmanes sean bendecidos y llamados de nuevo a ella… permitirá que
todas las sectas se le acerquen poco a poco y abarcará a toda la humanidad en
la comunión de su amor y oraciones. Luego, los protestantes ya no existirán.
¿Contra qué van a protestar? El Sumo Pontífice será entonces verdaderamente el
rey del mundo religioso, y él hará lo que él quiera con todas las naciones de
la tierra”[4].
[1] The Permanent Instruction
of the Alta Vendita.
[2] The Permanent Instruction
of the Alta Vendita.
[3]
NUBIUS, Instrucciones Secretas sobre la
Conquista de la Iglesia, en Emmanuel Barbier, Les infiltrations maconiques dans l’Eglise, Paris/Brussels: Desclée de Brouwer, 1901, p.5;
parte de esto también en Piers Compton, The Broken Cross, Cranbrook, Western
Australia: Veritas
Pub. Co. Ptd Ltd, 1984, p. 15-16.
[4] Dr. Rara Coomaraswamy, The Destruction of the Christian Tradition,
p. 133.
[5] Piers Compton,
The Broken Cross, Cranbrook, Western
Australia: Veritas Pub. Co. Ptd
Ltd, 1984, p. 42.