Sin comunicar en sus obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas y reprobadlas (Efesios 5, 11)
martes, 27 de noviembre de 2012
El "bautismo de deseo" enterrado (inglés)
Etiquetas:
Apologética,
Doctrina Católica
lunes, 26 de noviembre de 2012
Recientes escandalosas herejías de Benedicto XVI sobre el islam y otras falsas religiones
Discurso de Benedicto
XVI en Aeropuerto Internacional Rafik Hariri, Beirut, Líbano, 16 de septiembre
de 2012:
“Gracias de corazón a las venerables
Iglesias hermanas y a las comunidades protestantes. Gracias en particular a
los representantes de las
comunidades musulmanas.
Durante toda mi estancia, he podido
constatar cuánto vuestra presencia ha contribuido al éxito de mi viaje.
El mundo árabe y el mundo entero habrán visto, en estos momentos de turbación,
a los cristianos y a los musulmanes
reunidos para celebrar la paz. Es tradición de Oriente Medio recibir al
huésped de paso con consideración y respeto, y vosotros lo habéis hecho. Os lo
agradezco a todos… Doy gracias a Dios
por estas ocasiones que él ha permitido, por los importantes encuentros
que he podido tener, y por la oración
de todos por todos los
libaneses y el Medio Oriente, cualquiera que sea el origen o la confesión religiosa
de cada uno… Pido a Dios por el Líbano, para que viva en paz y resista
con valentía todo lo que pueda destruirla o minarla. Deseo que el Líbano siga permitiendo la pluralidad de las
tradiciones religiosas, sin dejarse llevar por la voz de aquellos que se lo
quieren impedir. Le deseo que fortalezca la comunión entre todos sus
habitantes, cualquiera que sea su comunidad o su religión, rechazando resueltamente todo lo que
pueda llevar a la desunión y optando con determinación por la
fraternidad. He aquí las flores que
agradan a Dios, las virtudes posibles y que convendría consolidar
enraizándolas más[1].
Este
discurso de Benedicto XVI es un claro respaldo a la idolatría. Él a gradece a
Dios por las oraciones ofrecidas por la gente “cualquiera que sea la confesión
religiosa”. Por lo tanto, él está agradecido por las oraciones a los dioses
falsos o incluso al diablo. Esto es una herejía y apostasía. Benedicto XVI
afirma también que cristianos y musulmanes están unidos. Benedicto XVI luego
promueve la muy condenada herejía de que se debe permitir y promover que las
religiones falsas promuevan públicamente sus creencias falsas[2].
Incluso dice a la gente dejarse llevar por la voz de aquellos que no quieren
ver a las religiones falsas promovidas públicamente en la sociedad. En
consonancia con su indiferentismo, Benedicto XVI dice que debemos rechazar todo
lo que pueda dar lugar a cualquier desunión entre las personas de diferentes
religiones. Él luego describe este indiferentismo y falsa “hermandad”
interreligiosa como virtudes y “flores que agradan a Dios”.
Benedicto XVI 11 de
octubre 2012, homilía de apertura “del Año de la Fe”:
“El segundo documento que sería
importante para el encuentro de la Iglesia con la modernidad surgió casi por
casualidad y se desarrolló en varias fases. Me refiero a la declaración Nostra aetate sobre la relación de la
Iglesia con las religiones no cristianas. En un principio la intención era
redactar una declaración sobre las relaciones entre la Iglesia y el judaísmo,
un texto que se había hecho intrínsecamente necesario después de los horrores
de la Shoah. Los Padres del concilio provenientes de los países árabes no se opusieron
al texto, pero ellos explicaron que si había una intención de hablar del
judaísmo, entonces también debía haber algunas palabras sobre el islam. Cuánta
razón tenían, nosotros en Occidente sólo lo llegamos a comprender gradualmente.
Por último, creció la comprensión de que también era apropiado hablar de otras dos grandes religiones ―el hinduismo y el budismo―, así como el
tema de la religión en general. Luego, siguiendo naturalmente, vino una breve
indicación respecto al diálogo y la
colaboración con las religiones, cuyos valores espirituales, morales y
socio-culturales deben ser
respetados, protegidos y alentados”[3].
Benedicto
XVI dice que el hinduismo y el budismo son grades religiones. ¡A continuación
dice que debemos colaborar con las falsas religiones y que sus valores
espirituales deben ser “respetados, protegidos y alentados”! Esta es una
escandalosa herejía que ha sido condenada por los verdaderos Papas católicos a
lo largo de la historia de la Iglesia[4].
Benedicto XVI, 14 de
septiembre 2012, discurso en la basílica de Harissa: “Me
alegro también de la presencia de las delegaciones ortodoxas, musulmanas y
drusas, así como
del mundo de la cultura y la sociedad civil. La buena convivencia del islam y el cristianismo, dos
religiones que han contribuido a crear grandes culturas, constituyen la
originalidad de la vida social, política y religiosa del Líbano. Solo es posible alegrarse por esta
realidad que es necesario animar. Confío este deseo a los responsables
religiosos de vuestro país”[5].
Benedicto
XVI se alegra de estar en presencia de los seguidores de varias religiones
falsas. Benedicto XVI habla en términos positivos acerca de cómo la falsa
religión del islam “ha contribuido a crear grandes culturas” y “vida religiosa”.
Esto es una blasfemia y apostasía.
Telegrama de Benedicto
XVI al Gran Rabino de Roma, Riccardo Di Segni por la fiesta judía de Rosh
Ha-Shanah, Yom Kipur y Sucot: “En las festivas ocasiones del Rosh
Ha-Shanah 5773, Yom Kipur y Sucot,
les dirijo sinceros deseos de paz y buena voluntad a vosotros y a toda la
comunidad judía de Roma, pidiendo al
Todopoderoso abundantes bendiciones para el nuevo año y con la esperanza de
que judíos y cristianos, a
medida que crecen en el respeto mutuo y amistad, den testimonio en el mundo de los valores que vienen de la adoración del único Dios.
Benedicto, PP. XVI”[6].
Benedicto
XVI se asegura de enviarles un telegrama a los judíos negadores de Cristo para
felicitarlos por la celebración de sus fiestas sin Cristo de la falsa religión
del judaísmo. El Concilio de Florencia[7]
enseñó infaliblemente que los que practican la antigua ley u observan el
judaísmo, serán condenados por toda la eternidad. Benedicto XVI también dice
que los judíos adoran al único Dios verdadero, lo que es una negación de la
Trinidad, herejía y apostasía.
Benedicto XVI, 14 de
septiembre de 2012, discurso a las autoridades políticas, civiles y religiosas
libaneses: “Sólo el
perdón, dado y recibido, pueden sentar bases duraderas para la reconciliación y
la paz universal. Sólo de esta manera puede haber desarrollo en la comprensión
y armonía entre culturas y religiones, y en la genuina estima mutua y el respeto de los
derechos de todos. En el Líbano, el cristianismo y el islam han vivido juntos
durante siglos. No es raro ver a las dos religiones dentro de la misma familia.
Si esto es posible dentro de una misma familia, ¿por qué no habría de ser
posible a nivel de toda la sociedad? El carácter particular del Oriente Medio
consiste en la mezcla centenaria de diversos elementos. Es cierto que han
luchado entre sí, por desgracia eso también es cierto. Una sociedad pluralista
sólo puede existir sobre la base del respeto
mutuo, el deseo de conocer al otro y el diálogo continuo. Este diálogo
sólo es posible cuando las partes son conscientes de la existencia de los
valores que son comunes a todas las grandes
culturas, porque están arraigados en la naturaleza de la persona
humana. Este sustrato de valores expresa la verdadera humanidad del hombre.
Estos valores son inseparables de los derechos de todos y de cada ser humano.
Al defender su existencia, las
diferentes religiones hacen una decisiva contribución. No se puede
olvidar que la libertad religiosa es un derecho básico sobre el cual dependen
muchos otros derechos. La libertad de profesar y practicar la propia religión
sin peligro para la vida y la libertad debe ser posible para todos. La pérdida o atenuación de esta libertad
priva a la persona de su derecho sagrado a una vida espiritual integrada…
Sin la apertura a la trascendencia,
lo que hace que sea posible encontrar
respuestas a sus preguntas más profundas sobre el sentido de la vida y la
conducta moralmente recta, los hombres y las mujeres se vuelven
incapaces de actuar con justicia y trabajar por la paz. ¡La libertad religiosa
tiene una dimensión social y política que es indispensable para la paz! Ella promueve
una vida armoniosa para los individuos y las comunidades por un compromiso
compartido con las causas nobles ... Así los
creyentes hoy en día tienen un papel esencial, el de dar testimonio de
la paz que viene de Dios y es un don concedido a todos nosotros ...”[8].
Benedicto
XVI pide por el respeto mutuo y la estima entre las diferentes religiones. Los
católicos no respetan ni estiman a las religiones falsas, que son religiones que
conducen a la condenación eterna. Benedicto XVI dice que él cree que varias
religiones falsas permiten a la gente vivir “una vida espiritualmente
integrada” y hacen que las personas a conozcan a Dios. Luego dice estas
religiones falsas dan la respuesta a las “preguntas más profundas sobre el
sentido de la vida” y hace que las personas se comprometan en “una conducta
moralmente recta”. Él cierra su herético discurso llamando a los seguidores de
las diferentes religiones falsas “creyentes”. ¡Qué apóstata!
Respuestas de Benedicto
XVI 14 a las preguntas en el vuelo al Líbano del 14 de septiembre 2012: “El fundamentalismo es siempre una
falsificación de la religión. Va en contra de la esencia de la religión, que quiere
reconciliar y crear la paz de Dios en
el mundo. Por lo tanto, la
tarea de la Iglesia y de las religiones es purificarse; una alta purificación de estas
tentaciones por parte de la religión
es siempre necesaria. Es tarea
nuestra iluminar y purificar las conciencias y mostrar claramente que
cada hombre es imagen de Dios; y debemos
respetar en el otro, no solamente su alteridad, sino en la alteridad y
en la real esencia común… deberíamos
importar ideas de paz, creatividad, encontrar
soluciones para aceptar a cada uno en su alteridad; debemos por tanto
hacer visible en el mundo el respeto
de las religiones, las unas por las otras, el respeto del hombre como
criatura de Dios, el amor al prójimo como fundamento para todas las religiones”[9].
Benedicto
XVI dice que las diferentes falsas religiones “puede crear la paz de Dios en el
mundo” y tienen una “¡tarea de iluminar y purificar las conciencias!” Él afirma
que las religiones falsas pueden comprometerse en “alta purificación de la
religión”. El apóstata Benedicto XVI afirma que tenemos que aceptar y respetar
las religiones falsas.
Benedicto XVI, Discurso
en Ceremonia de despedida en el aeropuerto de Beirut Rafic Hariri International
en el Líbano, 16 de septiembre 2012: “Durante
mi visita, el pueblo del Líbano y del Oriente Medio ―los católicos, los
representantes de las otras Iglesias y comunidades eclesiales y de las diversas comunidades musulmanas―
experimentaron con entusiasmo y en un ambiente sereno y constructivo un momento
importante de respeto mutuo,
entendimiento y hermandad. Esta
es una sólida señal de esperanza para toda la humanidad... Los
musulmanes me recibieron con gran respeto y sincera estima; su constante
participación me permitió enviar un mensaje de diálogo y colaboración entre el cristianismo y el islam. Parece que ha
llegado el momento de dar testimonio en contra de la división... En este mismo
día tuve una reunión con los líderes de la comunidad religiosa musulmana, que
se realizó en un espíritu de diálogo y recíproca buena voluntad. Doy gracias a
Dios por este encuentro. El mundo de hoy necesita señales claras y fuertes de
diálogo y colaboración... Al ver a los jóvenes
cristianos y musulmanes celebrando en gran armonía, les insto a construir
juntos el futuro del Líbano y de Oriente Medio... Luego tuve la alegría de un encuentro ecuménico fraterno con los
ortodoxos y los patriarcas ortodoxos orientales y los representantes de
las Iglesias, así como de las comunidades eclesiales”[10].
Benedicto
XVI afirma que la hermandad y el respeto por la falsa religión del islam, “¡es
una sólida señal de esperanza para toda la humanidad!”. Luego afirma que los
musulmanes deben ayudar a construir el futuro del Líbano y del Oriente Medio. Los musulmanes
rechazan la Trinidad y la divinidad de Cristo. La doctrina católica enseña que
el islam es una abominación y una secta diabólica[11].
Los musulmanes son incrédulos (infieles) que necesitan ser convertidos para su
salvación; por lo tanto, mientras ellos sigan siendo musulmanes no son
una esperanza para la humanidad ni menos se puede construir con ellos el Reino
de Cristo. Nada más herético que lo que dice Benedicto XVI.
Benedicto XVI, Discurso
a los jóvenes de Líbano y otros países de Oriente Medio, 15 de septiembre de
2012: “Quiero saludar
ahora a los jóvenes musulmanes
que están con nosotros esta noche. Agradezco
vuestra presencia que es tan importante. Vosotros sois, con los jóvenes cristianos, el futuro de este maravilloso País y de todo el Oriente Medio.
Buscad construirlo juntos. Y
cuando seáis adultos, continuad a vivir
la concordia en la unidad con
los cristianos. Porque la belleza del Líbano se encuentra en esta bella
simbiosis. Es necesario que todo el Oriente Medio, viéndoles, comprenda que los
musulmanes y los cristianos, el islam
y el cristianismo, pueden vivir juntos sin odios, respetando las creencias de cada uno, para construir juntos
una sociedad libre y humana… Es el momento en que musulmanes y cristianos se
unan…”[12].
Benedicto
XVI menciona cuánto él respeta las creencias de cada persona y le agradece a
los musulmanes por su presencia diciendo que “es tan importante”. Respetar una
religión falsa es una herejía condenada[13].
Benedicto XVI habla de la presencia de los musulmanes como algo maravilloso.
Benedicto XVI pide a los musulmanes que vivan “en la unidad con los cristianos”.
Él promueve la mentira de que las personas pueden tener unidad con gente que
niega la divinidad de Jesucristo”[14].
[Nota del traductor: No tradujimos todas las
aberraciones dichas por Bto. XVI en esta gira. Creemos que con las aquí presentadas
es más que suficiente para probar que Benedicto XVI es un hereje manifiesto y,
por lo tanto, no es el Papa[15]]
[1] L’
Osservatore Romano, 19 de septiembre de 2012, p. 16.
[2] Papa Pío IX, Syllabus de errores, 8 de diciembre de
1864, # 77: “En
nuestra edad no
conviene ya que la religión
católica sea tenida como la única religión del Estado, con exclusión de cualquiera otros cultos”. – Condenado
Papa Pío IX, Syllabus de errores, # 78: “De ahí que
laudablemente se ha provisto por ley en algunas regiones católicas que los hombres que allá inmigran puedan públicamente ejercer su propio culto cualquiera que fuere”.
– Condenado
Papa Pío IX, Quanta cura, # 3, 8 de diciembre de
1864: “Partiendo
de esta idea, totalmente falsa, del régimen social, no temen favorecer LA ERRÓNEA
OPINIÓN, sobremanera perniciosa a la Iglesia Católica y a la
salvación de las almas, calificada de ‘delirio’ por nuestro antecesor Gregorio
XVI, de feliz memoria, DE QUE ‘LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Y DE CULTOS ES DERECHO
PROPIO DE CADA HOMBRE, QUE DEBE SER PROCLAMADO Y ASEGURADO POR LA LEY EN TODA
SOCIEDAD BIEN CONSTITUIDA’…”.
[3] L’
Osservatore Romano, 17 de octubre de 2012, p. 14.
[4] Papa Pío XI, Ad salutem, #27, 20 de abril de
1930: “… toda compulsión y
locura, todo ultraje y lujuria, son introducidos
en la vida del hombre por los demonios a través de la adoración de dioses
falsos”.
Salmo 95, 5: “Todos los dioses de los gentiles son demonios…”.
1 Corintios 10, 20: “Antes
bien, digo que lo que sacrifican los gentiles, a los demonios y no a Dios lo
sacrifican. Y no quiero yo que vosotros tengáis parte con los demonios”.
[5] L’
Osservatore Romano, 19 de septiembre de 2012, p. 5.
[6] L’
Osservatore Romano, 26 de septiembre de 2012, p. 5.
[7]
Papa Eugenio IV, Concilio de
Florencia, bula Cantate Domino, 1441,
ex cátedra: “[La Santa Iglesia Romana] firmemente cree, profesa
y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia
Católica, no sólo los paganos, sino también judíos
o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el
diablo y sus ángeles (Mat. 25, 41)”.
Papa
Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1441, ex cathedra: “La Santa Iglesia Romana
firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o
sea, de la Ley de Moisés,… cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo… y
empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. … Denuncia consiguientemente
como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo (la
promulgación del Evangelio), observan la circuncisión y el sábado y guardan las
demás prescripciones legales y que en modo alguno
pueden ser partícipes de la salvación eterna…”.
[8] L’
Osservatore Romano, 19 de septiembre de 2012, p. 7.
[9] L’
Osservatore Romano, 19 de septiembre de 2012, p. 3
[10] L’
Osservatore Romano, 26 de septiembre de 2012, pp. 10-11.
[11] Papa Calixto III: “Yo prometo… exaltar la fe verdadera,
y exterminar la secta diabólica de los
reprobados e infieles de Mahoma [islam] en el Oriente” (Von Pastor, Historia de los Papas, II, 346; citado por Warren H. Carroll, Una Historia de la Cristiandad, vol.
3 (La Gloria de la Cristiandad), Front Royal, VA: Christendom Press,
p. 571).
[12] L’
Osservatore Romano, 19 de septiembre de 2012, p. 12.
[13] Papa Clemente IV,
Concilio de Vienne, 1311-1312: “Es un insulto para el
nombre santo y una desgracia para la fe cristiana que en ciertas partes del mundo se
sometan a los príncipes cristianos donde viven los sarracenos [es decir, los
seguidores del Islam, también llamados musulmanes], a veces separadamente, a
veces mezclados con los cristianos, los sacerdotes sarracenos, comúnmente
llamados zabazala, en sus templos o mezquitas, en las que los sarracenos se
reúnen para adorar al infiel Mahoma, invocando cada día a ciertas
horas en voz alta y ensalzando su nombre desde un lugar elevado… Esto acarrea
un descrédito para nuestra fe y causa gran escándalo a los fieles. Estas
prácticas no pueden ser toleradas sin disgustar a la majestad divina. Por lo tanto, con la aprobación del sagrado
Concilio, Nos prohibimos estrictamente a partir de ahora esas prácticas en
tierras cristianas. Ordenamos a los príncipes católicos, a todos y cada
uno… Se
les prohíbe expresamente la invocación pública del nombre sacrílego de Mahoma…
Aquellos que presuman actuar de otra manera serán castigados por los príncipes
por su irreverencia, para que los otros puedan sentirse desalentados para un
tal atrevimiento”.
[14] Papa Pío XI, Mortalium animos, # 9, 6 de enero de 1928: “Nadie,
ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el
cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de
Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto
‘Amaos los unos a los otros’, prohibió absolutamente todo trato y
comunicación con aquellos que no profesaran, íntegra y pura, la doctrina de
Jesucristo: ‘Si alguno viene a
vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le
saludéis’ (2 Juan 10)”.
[15] San
Roberto Belarmino, cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II, 30: “Un Papa que se manifieste hereje, por ese mismo
hecho (per se) cesa de ser Papa y cabeza,
así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia… Esta es la
enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los
herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”.
domingo, 25 de noviembre de 2012
Santa Catalina de Alejandría y la seriedad
Plinio Corrêa de Oliveira
Santo del día[i],
24 de noviembre de 1965
Hoy
es la fiesta de San Juan de la Cruz, confesor y doctor de la Iglesia,
reformador de la Orden del Carmelo, siglo XVI (en el actual calendario la
fiesta se celebra en el día 14 de diciembre). Mañana será la fiesta de Santa
Catalina de Alejandría, virgen y mártir.
Sobre
la muerte de Santa Catalina, el Abad Daras, en la “Vida de los Santos”, tiene
la siguiente narración:
“Maximiliano,
emperador, ordenó la muerte de Santa Catalina. Ella fue llevada al lugar del
suplicio en medio de una multitud, sobre todo de mujeres de alta condición, que
lloraban su suerte. La virgen caminaba con gran calma. Antes de morir, hizo la
siguiente oración: ‘Señor Jesucristo, mi Dios, os agradezco que hayáis
afirmado mis pies
sobre la roca de la fe y dirigido mis pasos en la vía de la salvación. Abrid
ahora vuestros brazos heridos sobre la cruz, para recibir mi alma, que yo
sacrifico a la gloria de vuestro nombre. Acordaos, Señor, que somos hechos de
carne y sangre. Perdonad mis faltas que cometí por ignorancia y llevaos mi alma
en la sangre que voy a derramar por vos. No dejéis mi cuerpo, martirizado por
vuestro amor, en poder de los que me odian. Bajad vuestra mirada sobre este
pueblo y dadle el conocimiento de la verdad. Finalmente, Señor, exaltad en
vuestra infinita misericordia a aquellos que os invocarán por mi intermedio,
para que vuestro nombre sea para siempre bendito’.
”En seguida mandó que
los soldados cumpliesen la orden, y su cabeza fue decapitada de un solo golpe. Era
el día 25 de noviembre. Luego se constataron numerosos milagros. Los ángeles,
como ella lo deseaba, transportador su cuerpo para la santa montaña del Sinaí,
para que reposara donde Dios escribió su Ley sobre la piedra, que ella guardaba
tan fielmente escrita en su corazón”.
Sta. Catalina de Alejandría e San Juan Bautista, por Fra Angélico Retablo de Perugia (panel direto) - c. 1437 - Galleria Nazionale dell'Umbria, Perugia |
Este
extracto es de una tal elevación que casi lamento tener que comentarlo. Quedaría
más satisfecho dejando así el texto brillando en el cielo, en el horizonte,
suspendido, sin apoyo en ninguna realidad, emitiendo sus luces. Pero puesto que
me piden que lo comente, vamos a los pormenores.
“Ella
fue llevada al lugar del suplicio en medio de una multitud, sobre todo de
mujeres de alta condición, que lloraban su suerte”.
Si
los Sres. piensan lo que son las señoras de alta condición que encabezan las
extravagancias de hoy en día, verán cómo la situación ha cambiado. Y cuánto aún
tiene de posibilidades un país donde las señoras de alta condición acompañan,
al lugar del suplicio, solidarizando con ella, llorando junto a ella, una mártir
que fue fulminada por la cólera del emperador. Un emperador omnipotente, que
puede mandar a matar a todos aquellos que les desagrade alguna actitud de él. Entre
tanto, esas damas van todas, con Santa Catalina, y van llorando.
Lo
bonito, para ver la diversidad de los dones del Espíritu Santo y de los efectos
de la gracia, es que ellas van llorando y está bien que ellas vayan llorando. Pero
contrasta, por la sublimidad, con eso, con ese don de las lágrimas que las
mujeres tuvieron en ese momento, el hecho de que Santa Catalina no lloraba. Ella
permanecía tranquila, y con gran calma. Ella caminaba al encuentro de la
muerte, inundada de gracias del Espíritu Santo de otra naturaleza, por donde
ella no lloraba para sí aquello que la gracia quería que las otras llorasen para
ella. Y cómo debería ser impresionante ese cortejo de damas, andando, en medio
de los soldados, y ella en el medio, la única calmada, aconsejando a todas que
tuviesen tranquilidad, que tuviesen consolación, hasta llegar al momento en que
ella debería morir.
Ahí,
en el fin de la vida, ella hace una oración. Esa oración es muy bonita y tiene
aquella forma especial de belleza que tienen ciertas cosas muy bonitas cuando
no son enteramente consecuentes en su lógica. Son un conjunto de afirmaciones,
como rayos de luz que proceden de un mismo foco, pero que brillan con una
belleza propia en el horizonte. Entonces, los Sres. ven aquí la idea de ella:
“Señor
Jesucristo, mi Dios”…
…
es para afirmar que Él era el Dios de ella y que ella no reconocía otro Dios
sino Él. entonces, la primera cosa que ella dice, en el momento de morir, la
primera gracia, la primera palabra, el primer pensamiento de ella es para esa
primera gracia:
“…
os agradezco que hayáis afirmado mis pies sobre la roca de la fe y dirigido mis
pasos en la vía de la salvación”.
Quiere
decir, os agradezco poder padecer por vos. Vos que sois la fuente de mi salvación,
vos que sois el punto de partida de todo el bien que puede haber en mí, vos
que, si yo soy buena, es porque vos sois bueno y porque vos me disteis el ser
buena: yo os agradezco la fe que me diste y la firmeza que me dais al morir en
el amor a la virtud. Eso es lo primero que os agradezco, reconociendo que todo
lo que en mí hay, a vuestra iniciativa lo debo.
“Abrid
ahora vuestros brazos heridos sobre la cruz, para recibir mi alma, que yo
sacrifico a la gloria de vuestro nombre”.
¿Puede
haber una cosa más bella que eso? El divino crucificado, con los brazos todos
sangrando, que los desprende de la cruz para recibir el alma de ella que sale también
inundada de la sangre del martirio, para ser recibida por Él. ¡Qué maravillosa
intimidad! ¡Qué grandioso es el encuentro del Mártir de los mártires con una mártir
heroica! ¡Qué idea de la sangre de ella mezclándose a la sangre infinitamente
preciosa de nuestro Señor Jesucristo! ¡Qué noción del Cuerpo Místico de Cristo
hay en eso! ¡Qué sacratísima y augusta intimidad con nuestro Señor! Ella tenia
de tal manera la idea de que el alma de ella estaba unida a Él, que la muerte
sellaba esa unión, que ella pedía que Él la abrazase, luego que ella entrase en
la eternidad. ¡Qué certeza de ir para el cielo!
Después
dice:
“Acordaos,
Señor, que somos hechos de carne y sangre. Perdonad mis faltas que cometí por
ignorancia y llevaos mi alma en la sangre que voy a derramar por vos”.
Es
decir, ella tenía miedo de, por ignorancia, haber cometido alguna falta: era lo
que ella tenia para acusarse. Entonces, lavad mi alma en vuestra sangre. Andes de
ir para el cielo, antes de derramar mi sangre por vos, yo quiero que vos lavéis
mi alma en vuestra sangre.
“Perdonad
mis faltas que cometí por ignorancia y llevaos mi alma en la sangre que voy a derramar
por vos. No dejéis mi cuerpo, martirizado por vuestro amor, en poder de los que
me odian. Bajad vuestra mirada sobre este pueblo…”
Ahora
otro pensamiento. Ella, después de haber pensado en su alma ―pide que sea
recibida por nuestro Señor, que sea lavada de las faltas que tenía― piensa en
el cuerpo de ella. Entonces, pide que el cuerpo de ella no sea dejado en manos
de los enemigos de ella, de aquellos que la odian porque lo odian a Él.
¡Vean
qué respeto por el cuerpo propio! ¡Qué respeto por la santidad del cuerpo que
fue uno con nosotros en la realización de la virtud! También, ¡qué atención magnífica
de esa oración! Bastó que ella muriese, que los ángeles vinieron y se llevaron
su cuerpo. ¿Para dónde? Para la montaña más augusta que hay en la tierra, después
del Gólgota, después del monte Calvario, y que es el Sinaí, donde la Ley de
Dios fue dada a los hombres. La cosa más bella del Sinaí es, ciertamente, la
Ley de Dios, y para allá fue llevado su cuerpo. Los Sres. saben que hasta hoy
el cuerpo de ella está allá, y hay un monasterio de monjas contemplativas, en
el desierto del Sinaí, que guardan ese cuerpo, y que meditan sobre la Ley de Dios
que allí fue dada a los hombres.
“Bajad
vuestra mirada sobre este pueblo y dadle el conocimiento de la verdad”.
Ella
ya no piensa en sí, sino en los circundantes.
“Finalmente,
Señor, exaltad en vuestra infinita misericordia a aquellos que os invocarán por
mi intermedio, para que vuestro nombre sea para siempre bendito”.
Ella
pide desde ese momento a Dios que atienda a todo el mundo que por medio de ella
pide alguna cosa.
”En
seguida mandó que los soldados cumpliesen la orden, y su cabeza fue decapitada de
un solo golpe. Era el día 25 de noviembre”.
¡La
calma y la resolución¡ Hecha la oración, ningún temor, ningún deseo de
contemporizar un poco. También ninguna precipitación de quien tiene miedo de
enfrentar la muerte corriendo en dirección a ella. No, ella dice todo cuanto
tiene que decir. Y terminado eso, ella se entrega a las manos de Dios. Los soldados
la matan y la oración de ella se atiende.
“Era
el día 25 de noviembre. Luego se constataron
numerosos milagros”.
Habla
de los ángeles que fueron para allá. Y así tenemos las consideraciones de esa
gran santa, mártir, para algún efecto de carácter espiritual en nosotros.
¿Cuál
es el efecto que debemos pedir? Debemos pedir a ella que si, en la lucha ideológica
contra el comunismo, contra los adversarios de la Iglesia, tuviéremos que sufrir
riesgos, o tal vez perder la vida, tengamos la serenidad delante de la muerte
que sólo la gracia da.
Porque
delante de la muerte sólo hay dos especies de personas serenas: el cretino o el
hombre movido por la gracia de Dios. La muerte es una cosa tan tremenda ―la separación
entre el alma y el cuerpo, la liquidación del ser, el aparente hundirse en la
nada―, que se comprende la serenidad delante de la muerte o del cretino que
está crónicamente habituado a no medir la importancia de que va a ocurrir, o
entonces del hombre que está dominado por la gracia.
Vamos
a pedir, pues, que en todas las ocasiones de la vida, tengamos esa calma
delante del riesgo; y calma que sea llevada hasta el sacrificio extremo, caso
esa sea la voluntad de nuestra Señora.
Los
ángeles, como ella lo deseaba, transportador su cuerpo para la santa montaña
del Sinaí, para que reposara donde Dios escribió su Ley sobre la piedra, que
ella guardaba tan fielmente escrita en su corazón”.
El presente texto
es una adaptación resumida de la transcripción de la grabación de una
conferencia del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, no ha sido revisada por el
autor.
Si el Prof. Plinio
Corrêa de Oliveira estuviese vivo, ciertamente pediría que se colocase
explícita mención de su filial disposición a rectificar cualquier discrepancia
en relación al magisterio de la Iglesia. Es lo que referimos aquí, con sus
propias palabras:
“Católico
apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial celo a la
enseñanza tradicional de la Santa Iglesia. Si, por lapso, ocurra que algo no
está conforme a aquella enseñanza, desde ya la rechaza categóricamente”.
Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”,
son aquí empleadas en el sentido que les da el Prof. Plínio Corrêa de Oliveira
en su libro “Revolución
y Contra-Revolución”,
cuya primera edición fue publicada en el Nº 100 de "Catolicismo", en abril de 1959.
[i] Los santos del día eran unas
breves reuniones en las que el Prof. Plinio ofrecía una reflexión o comentario
relacionado con el santo o fiesta religiosa que se celebraba aquel día.
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Plinio Correa de Oliveira,
Santo del día
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