Ni la caridad ni el “martirio” pueden salvar a los no católicos
La herejía de la salvación universal nunca ha sido tan ampliamente y insistentemente predicada y creída como en los tiempos actuales. Por lo tanto, es oportuno recordar el texto de la Bula Cantate Domino del Papa Eugenio IV (del 4 de febrero de 1442), confirmada por el Concilio de Florencia. Claramente afirma que ni las obras de caridad ni siquiera el martirio de los no-católicos son útiles para su salvación. Si ellos no entran en la Iglesia Católica, van para el infierno.
Concilio de Florencia
“La Santa Iglesia Romana, firmemente cree, confiesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles [Mat. 25, 41], a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia Católica.” (Papa Eugenio IV, Cantate Domino, Denz. n. 714)
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