Castigo del
abuso de las gracias. – Y ahora
os diré lo que pienso hacer de mi viña ingrata, dice el Señor: quitaré la valla
de que está rodeada y la entregaré al pillaje; destruiré sus muros, y será
pisoteada (Isaías 5, 5). Haré que esté desierta; ya no será podada ni cultivada
por nadie; malezas y espinas la cubrirán, y mandaré a las nubes que no lluevan
gota sobre ella (Isaías 5, 6).
Los
que abusan de las gracias, dice San Pablo a los Romanos, reúnen un tesoro de
cólera para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios: Thesaurizas tibi iran in die irae et
revelationis justi judicii Dei (Rom. 2, 5).
Los
que hemos recibido más gracias que muchos otros, dice San Gregorio Naz., seremos
también juzgados con mayor severidad: porque a medida que aumentan las gracias,
aumentan la responsabilidad en que incurrimos. Debemos, pues, ser humildes y
estar dispuestos a servir a Dios por medio de las gracias recibidas tanto más,
cuanto, según su número y valor, estaremos obligados a dar más estrecha cuenta
de ellas (Homil. IX in Evang.).
El alma que abusa de las gracias es semejante a la tierra infértil que produce malezas y espinas que vienen a ser pasto de llamas |
Dios
bendice la tierra, dice San Pablo a los Hebreos, que recibiendo el apetecido
riego, produce las plantas necesarias, a los que la cultivan; pero cuando no
produce más que malezas y espinas, es abandonada, maldecida; y por fin sus
miserables productos vienen a ser pasto de llamas (Heb. 6, 7-8).
El
Señor, dice el Espíritu Santo en el Libro de la Sabiduría, aguzará su cólera
como una lanza dispuesta a herir a aquellos que abusan de sus dones: Acuet duram iram in lanceam (Sab. 5,
21). Y según San Greogrio, nosotros que todo lo abusamos, en todo hemos de ser
heridos. Cuanto recibimos para uno de la vida, lo consagramos al pecado; pero también
cuanto hayamos apartado de su verdadero fin para emplearlo en el mal, se
convertirá en un instrumento de venganza (Lib. Moral).
El
universo entero combatirá al lado de Dios contra los insensatos que abusan de
sus gracias, dícese en el Libro de la Sabiduría: Pugnabit cum illo orbis terrarum contra insensatos (Sab. 5, 21).
El
sol, los astros, la tierra, las plantas, los árboles, los animales, los
elementos, pedirán venganza contra los que hayan abusado de sus dones, dones
que son otros tantos beneficios de Dios.
Prostituimos
nuestra salud en los vicios, añade San Gregorio; violentamos la abundancia que
se nos concede, no para atender a las necesidades del cuerpo, sino para
pervertirnos por la voluptuosidad. Es, pues, muy justo que todo lo que hemos
puesto lastimosamente al servicio de nuestras pasiones, nos hiera de consuno, a
fin de que aquello mismo que hicimos servir de instrumento para debidas
alegrías en el mundo, sea luego causa de nuestras penas más terribles (Lib.
Moral).
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