sábado, 29 de noviembre de 2008

Preguntas básicas sobre Nuestra Señora del Buen Suceso

Marian Therese Horvat, Ph.D.
Una devoción aprobada por la Iglesia por más de tres siglos.
Pregunta 1: Nunca he escuchado sobre las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso. ¿Es ésta una nueva aparición? ¿Ha sido aprobada por la Iglesia?Respuesta: Esta no es una nueva aparición. Sucedió a comienzos del siglo XVII. Las revelaciones de Nuestra Señora del Buen Suceso y la devoción a su estatua milagrosa han sido aprobadas por la Iglesia Católica desde sus comienzos.Fue el noveno Obispo de Quito, Salvador de Ribera, quien certificó en documentos oficiales los hechos milagrosos de la Estatua de San Francisco de Asís y de los tres Arcángeles – San Miguel, San Gabriel y San Rafael – y presidió la solemne consagración de la Estatua en la Iglesia del Convento Real de la Inmaculada Concepción el 2 de febrero de 1611. La devoción y las apariciones también fueron autorizadas y promovidas por el Obispo de Quito siguiente, Pedro de Oviedo, quien gobernó la Diócesis desde 1630 hasta 1646. Por lo tanto, esta devoción ha contado con el apoyo y la aprobación de la Iglesia desde sus inicios.
Pregunta 2: ¿De qué hablan estas revelaciones?
Respuesta:
Muchas de las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso ya se han cumplido. Ella predijo la proclamación de los dogmas de la Inmaculada Concepción y la infalibilidad papal, la consagración de ese país al Sagrado Corazón de Jesús, el martirio de un presidente católico de Ecuador por masones, y muchas otras cosas que ya han pasado. Mons. Luis E. Cadena Y Almeida, postulador de la causa para la beatificación de la Sierva de Dios, la Madre Mariana de Jesús Torres, ha escrito un libro (en español) sobre los muchos mensajes proféticos que ya han tenido lugar.
Las más importantes profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso, sin embargo, hablan de la crisis mundial de la Iglesia y de la sociedad que se iniciarán en el siglo 19 y se extienden por todo el siglo 20. Durante ese tiempo, advirtió, habrá una casi total corrupción de las costumbres y Satanás mandará, casi por completo, por medio de las sectas masónicas. En la Iglesia Católica los sacramentos serán profanados y abusados, y la luz de la fe estará casi completamente extinguida de las almas. Verdaderamente, las almas religiosas se verán reducidas a un pequeño número de vocaciones y muchas perecerán. La impureza reinará y el pueblo no tendrá cuidado en los asuntos espirituales. Usted puede leer acerca de estas profecías en detalle en el libro Our Lady of Good Success: Prophecies for Our Times.
Nuestra Señora le dijo a la Madre Mariana, la religiosa Concepcionista que recibió las revelaciones, que las almas que se mantengan fieles en los tiempos difíciles, necesitarán una gran fuerza de voluntad, constancia, valor y confianza en Dios. Estos momentos vendrán cuando todo parezca estar perdido y paralizado, pero ese será el momento, ella prometió, del "feliz comienzo de la completa restauración". "Mi hora llegará" predijo, "cuando yo, de una manera asombrosa, derrocaré con orgullo a Satanás, aplastándolo bajo mi pié, encadenándolo en el abismo infernal, dejando a la Iglesia y a la tierra libre de esta cruel tiranía. "A pesar de que el mensaje de Nuestra Señora del Buen Suceso es muy grave, también es de gran esperanza.
Pregunta 3: ¿Quién fue la Madre Mariana de Jesús Torres, la hermana que recibió las revelaciones?
Madre Mariana de Jesús Torres (1563-1635)
Respuesta: La Madre Mariana de Jesús Torres (1563-1635) fue una hermana Concepcionista española que viajó desde su país hacia el Nuevo Mundo para ayudar a fundar el Convento Real. La vida de la Madre Mariana fue verdaderamente extraordinaria. El número de visiones místicas y favores atribuidos a ella, así como los milagros realizados a través de su intercesión son numerosos. Durante su vida, fue la superior del Convento tres veces. En su primer mandato, como abadesa, sufrió persecuciones de un grupo de monjas rebeldes que querían relajarse ante las reglas. La rebelión creció, y las "inobservantes" hermanas colocaron a la Madre Mariana y a las otras madres españolas, fundadoras del Convento, en la cárcel. La Madre Mariana aceptó todo esto y accedió a la condición de Nuestro Señor de sufrir por cinco años los tormentos del Infierno con el fin de obtener la conversión de la líder de las hermanas rebeldes.
Uno de los más extraordinarios hechos de su vida fue un místico-fenómeno físico: sus diversas muertes y resurrecciones. Registros documentados del Convento Diocesano y los archivos, muestran que esta santa religiosa realmente murió tres veces. Su primera muerte fue en 1582. De pie ante el tribunal, fue juzgada y se le ofreció una elección: permanecer en la gloria celestial en el cielo o volver a la tierra y sufrir, como víctima expiatoria, por los pecados del siglo 20. Ella eligió la última. Su segunda muerte fue el Viernes Santo de 1588 después de una aparición en donde fue puesto de manifiesto los horribles abusos y herejías que existen en la Iglesia de nuestros tiempos. Ella resucitó dos días después, el domingo de Pascua por la mañana. Finalmente falleció el 16 de enero de 1635. Inmediatamente se realizaron milagros a través de su intercesión.
El cuerpo de la Madre Mariana de Jesús Torres
La causa de su beatificación fue iniciada por el Arzobispo de Quito, Antonio J. González el 8 de agosto de 1986. El nombró a Mons. Luis Cadena y Almeida como postulador de la causa y estableció un tribunal eclesiástico para iniciar la primera fase del proceso. También emitió un decreto por el cual se afirma que la Madre Mariana había practicado todas las virtudes en un grado heroico y reconoció sus dones sobrenaturales y carismas durante su vida. En 1906 durante la remodelación del Convento, el sarcófago en el que había sido enterrada en 1635 se abrió y su cuerpo fue descubierto, completo e incorrupto. Hoy en día se conserva en el nivel inferior del claustro Convento.
Pregunta 4: ¿Por qué no he oído hablar de estas apariciones, hasta hace poco?
Respuesta:
Puede parecer extraño que tan importante devoción ha sido casi desconocida fuera de Ecuador durante tanto tiempo. Pero hay una explicación sobrenatural para ello. La Madre de Dios le dijo varias veces a la Madre Mariana que sólo después de tres siglos de silencio misterioso el mensaje de las apariciones se conocerá. Nuestra Señora vinculó la propagación de esta devoción a una milagrosa intervención extraordinaria que hará para la restauración de la Iglesia Católica, cuando la crisis sea tan grande que casi todo parezca perdido. Nuestra Señora también se comprometió a darle buenos sucesos a aquellos que hayan recurrido a ella bajo esta invocación durante estos tiempos difíciles. Así pues, de una manera muy especial, esta profecía es para nuestros días.
Pregunta 5: ¿Cuál es el origen de la invocación?
Respuesta:
En 1607 el Papa Pablo V dio el nombre de Virgen del Buen Suceso a una estatua milagrosamente encontrada por dos hermanos españoles de la Orden de Minims para el Servicio de los Enfermos. Después de la muerte del Hermano Bernandine de Obregón, su fundador, Gabriel de Fontaned fue elegido su sucesor. Acompañado por Guillermo de Rigosa, el nuevo Superior establecido fuera de Roma para invocar el caso de la aprobación oficial de su Orden ante el Romano Pontífice. A medida que fueron pasando por la ciudad de Traigueras (en Cataluña), fueron atrapados por una tormenta tan grave que les hizo temer por sus vidas.
En su temor, le rezaron a Nuestra Señora de la protección y socorro. Viendo una suave luz en las montañas distantes, dejaron la ruta y subieron hacia ésta. Encontraron una cueva tallada como una piedra pulida y con fragantes flores que glorificaban una muy bella estatua de María Santísima con su Divino Hijo en su brazo izquierdo, un báculo a su derecha, y una preciosa corona en su cabeza. El vestido era sencillo pero elegante. Cayeron de rodillas para venerar la hermosa estatua, y se preguntaron cómo llegó a este lugar distante.
Al día siguiente viajaron a los poblados más cercanos para hacer investigaciones. Ninguno de los habitantes, ni siquiera la mayor, que conocía la historia de todos y de todo en la zona, había escuchado de la cueva o de la estatua. Así pues, los hermanos se convirtieron en los dueños de la santa estatua, ofreciéndole su más sincero agradecimiento y eligiéndola como su patrona especial. Con esta amigable y potente compañía, siguieron su viaje a Roma.
Al llegar allí, le contaron al Sumo Pontífice lo que había sucedido, y el Papa Pablo V no sólo reconoció la naturaleza sobrenatural de este descubrimiento, sino que, tras confirmar la nueva Orden, la colocó bajo la protección de la misma Virgen, a quien le dio el nombre de la Virgen del Buen Suceso.
La estatua fue colocada en el Hospital Real de Madrid, y pronto se hizo famosa por los numerosos favores concedidos por el cielo a través de ella. En 1641 el Rey Felipe III ordenó la construcción del espléndido santuario de la Puerta del Sol en Madrid. Con el paso del tiempo tras la difusión de la devoción, la estatua fue copiada y colocada en diferentes lugares, a veces bajo una invocación diferente. Hoy en día hay una serie de localidades en España, donde esta imagen se venera: Orduña, La Puebla de Gordon, Tudela, Abla, entre otros.
La invocación no tardó en hacer su camino a través del océano hacia el Nuevo Mundo. La Santísima Virgen se dignó a beneficiar al Convento de la Inmaculada Concepción en Quito de una forma muy especial por medio de esta advocación particular. En una aparición a la Madre Mariana de Jesús Torres, la Santísima Virgen apareció y le pidió que se hiciera una estatua de ella bajo el título del Buen Suceso. Debía ser creada a partir del momento de la aparición, con el Niño Jesús en su brazo izquierdo, y el báculo de la abadesa y las llaves del Convento en su mano derecha. Ella (la estatua) debía colocarse sobre la silla de la abadesa en la parte superior del coro, porque ella deseó ser abadesa del convento hasta el final de los tiempos. Es por esto que la Virgen del Buen Suceso de Quito aparece con el báculo en su mano derecha, en lugar del cetro que lleva en Madrid.
Las Hermanas del Convento de la Inmaculada Concepción de Quito siempre han tenido un gran amor por su abadesa celestial. La Estatua de la Virgen del Buen Suceso ha sido amada y venerada por el pueblo de Quito durante casi tres siglos.
Pregunta 6: ¿Cómo se propaga, hoy en día, esta devoción?
Respuesta: Hoy en día la fama de esta aparición se extiende mucho más allá de Quito. Nuestra Señora del Buen Suceso le dijo a la madre Mariana que ella quería ser conocida y amada en todo el mundo, y que la devoción se comenzaría a propagar sólo en el siglo 20. Esto es, de hecho, lo que ha sucedido. Ella reservó esta devoción para estos tiempos porque la Iglesia estaría tan asediada y sufriendo tanto, que sólo el poder divino y el amor de la Santísima Virgen que mantendría a los fieles.
Pregunta 7: La Estatua de la Niño Jesús no parece ser de la misma calidad que la de la Virgen María. ¿A qué se debe, si ambas fueron milagrosamente completadas por los Arcángeles y San Francisco de Asís?
La imagen del Niño Jesús no es la original
Respuesta: Tiene razón acerca de la diferencia. La Estatua del Divino Niño que vemos hoy en el brazo de Nuestra Señora de la Buen Suceso, no es la estatua original. La original, de acuerdo a las descripciones de la época, era de la misma particularidad de la perfecta y majestuosa Estatua de Nuestra Señora. Durante una revolución en Quito, una Hermana escondió la estatua del Niño, junto con algunos documentos importantes de los archivos del Convento en una pared del edificio. La hermana falleció poco tiempo después sin revelar el lugar en donde los objetos estaban ocultos. Para reemplazar la pérdida, se hizo otra estatua del Niño, que no logra la misma perfección que la primera. Según la profecía hecha por la madre Mariana, la estatua original se encontrará, pero sólo después de que la crisis actual haya terminado y la restauración de la Santa Iglesia haya comenzado.
Pregunta 8: ¿Es esta la misma devoción que la de Nuestra Señora Dolorosa en Quito?
Respuesta:
La imagen de Nuestra Señora de Quito, una imagen de Nuestra Señora con las siete espadas perforando su corazón, se instaló por primera vez en la escuela de los Padres Jesuitas en Quito. El 20 de abril de 1906, el Padre Andrew Roesch junto con 36 niños de la academia, fue testigo del primer milagro de esta famosa imagen. Mientras se encontraban en el comedor vieron a la Santísima Madre abrir y cerrar lentamente sus ojos. El mismo milagro ocurrió varias veces después. El proceso canónico de examinación se llevó a cabo por las autoridades eclesiásticas, y el Vicario General ordenó que la imagen fuera trasladada en procesión desde el Colegio a la Iglesia de los Padres Jesuitas en el centro de la plaza, no muy lejos del Convento Concepcionista. En la Iglesia de los Jesuitas, el fenómeno se repitió muchas veces, y se llevaron a cabo numerosas conversiones. En Quito esta imagen es conocida como la Mater Dolorosa del Colegio [Madre Dolorosa del Colegio].
Mater Dolorosa, Nuestra Señora de Quito
En el 50º aniversario del primer milagro, Su Santidad, el Papa Pío XII ordenó la Coronación Canónica de la milagrosa imagen de Nuestra Madre Dolorosa, declarándola Reina de la Educación Católica en el Ecuador.
Por lo tanto, la devoción a Nuestra Señora Dolorosa no es la misma que la de Nuestra Señora del Buen Suceso.Pregunta 9: ¿Qué se entiende por las palabras "buen suceso"? En inglés, puede dar la impresión de que se está pidiendo por un suceso material.
Respuesta:
Esa no es la connotación original en español. La invocación de los "buenos resultados" se refiere al feliz desarrollo de la gestación de Cristo desde la concepción al nacimiento. La invocación de "Buen Suceso" fue comprendido por los fieles en su primer significado con el simple motivo para la seguridad en el parto. Este fácilmente puede extenderse a la invocación de María de la meditación y la intercesión en tiempos de necesidad personal (enfermedad, viaje, el matrimonio). La expresión más tarde se amplió aún más, en el sentido de buen éxito en diversos asuntos. Por ejemplo, su popularidad en las regiones marítimas de Cataluña, Isla de la Gomera y Granada, indica una relación con los viajes marítimos. Los navegantes pedían a María un regreso seguro a puerto. La ampliación del significado también puede ser el de tener una santa muerte. En resumen, Buen Suceso, en el sentido de éxito o de la suerte, se refiere a bienestar y a la seguridad cuando, por los medios humanos, no se encuentre una solución.
Un significado para nuestros tiempos que se refiere a la primera significación, es señalado por Atila Guimarães en su introducción a mi libro Nuestra Señora del Buen Suceso: Profecías de nuestro tiempo. El se dio cuenta de que la invocación pudo ser dicha para ser extendida mucho más allá que con la revelación de Quito:
"Allí, a comienzos del siglo 17, Nuestra Señora vino a " concebir" una nueva era para su gloria, una era que iba a nacer mucho más tarde. El "buen suceso", por lo tanto, habla de la amplia protección que Maria daría a la Santa Iglesia durante este tiempo y de la feliz creación de la nueva era que vendrá. Es una invocación que se relaciona con el futuro ".
Pregunta 10: ¿Cuando puede el público ver la estatua milagrosa de Nuestra Señora del Buen Suceso?
Respuesta:
La estatua milagrosa de Nuestra Señora del Buen Suceso es tomada del coro superior del claustro tres veces al año y colocado por encima del altar principal de la iglesia del convento, de modo que pueda ser venerada por el pueblo de Quito. Puede ser vista por el público en los siguientes horarios:
1. Durante un período de nueve días en la novena de conmemoración del Día de la Fiesta de la Purificación de Nuestra Señora (2 de febrero) – del 24 de Enero al 4 de Febrero; 2. Durante el mes de mayo; 3. Durante el mes de octubre.
Nuestra Señora del Buen Suceso es expuesta para la veneración pública en el principal altar de la Iglesia del Convento.
Pregunta 11: ¿Por qué Nuestra Señora del Buen Suceso lleva un báculo que apunta hacia el exterior?
Respuesta:
Nuestra Señora del Buen Suceso le dijo a la Madre Mariana que ella quería actuar como Abadesa del monasterio de la Inmaculada Concepción hasta el final de los tiempos, y que ella deseaba ser retratada como tal.Como regla general, la Abadesa, al igual que el Abad, es inducida en su oficina con el “crosier” (báculo), anillo y llaves de la abadía en la ceremonia de instalación formal. Ella lleva el “crosier” en su mano derecha como símbolo de su oficio y de su rango. Al igual que el báculo del Abad o del prelado, la parte superior es curva para simbolizar su sumisión ante el Supremo Vicario de Cristo, el Papa. A diferencia del obispo, que lleva su “crosier” apuntando hacia el exterior para simbolizar su jurisdicción sobre el mundo exterior, ella generalmente lo lleva apuntando hacia adentro, un símbolo que ejerce la autoridad suprema nacional (potestas dominativa) dentro de su monasterio y todas sus dependencias. Al mismo tiempo, Las Abadesas no tienen jurisdicción espiritual, y no pueden ejercer una autoridad que no esté, en modo alguno, relacionado con el poder de las llaves o de las órdenes.
Cuando Nuestra Señora le ordenó a la Madre Mariana que hiciera la estatua en 1599, ella le dio las instrucciones detalladas sobre cómo debe ser, con el Divino Infante en su brazo izquierdo y el “crosier” en su mano derecha, tal y como se le apareció a ella. Debido a su especial amor por este convento elegido en Ecuador, ella le dijo que deseaba usar los símbolos de la abadesa y que se colocara sobre la silla de la Abadesa en la parte superior del coro de los claustros, los que rigen el Convento hasta el final de los tiempos.
Explicó que Nuestro Señor deseaba que esta estatua se hiciera por dos razones: en primer lugar, para el pueblo de la ciudad de Quito y el mundo entero a fin de que puedan recurrir a ella en los días difíciles que vendrían, en segundo lugar, de modo que a lo largo del tiempo sus hijas en el Convento recurrieran a ella como su madre y abadesa. Por lo tanto, su “crosier” apunta hacia el exterior, lo que indica una autoridad más allá de las paredes del Convento.
El 2 de febrero de 1611 el obispo de la colonia española de Quito en ese momento, el Obispo Salvador de Ribera, bendijo oficialmente la estatua milagrosa y le entregó las llaves del convento, que había ordenado hacer a sus propias expensas. El, a continuación, reverentemente colocó el “crosier” en su mano derecha, diciendo: "Mi Señora, yo te entrego el gobierno de este convento y de mi rebaño en general".
Desde entonces, la devoción a la Virgen del Buen Suceso ha sido aprobada por los Obispos de Quito hasta nuestros días. En 1991, la Arquidiócesis de Quito pidió a Roma una coronación canónica de Nuestra Señora del Buen Suceso como Reina de Quito, el reconocimiento de su autoridad sobre la ciudad. Ceremonia que tuvo lugar el 2 de febrero, 1991.
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