martes, 19 de julio de 2016

Este gobierno terminó

La carencia absoluta de idealismo en la casi totalidad de la juventud

DE SEGURO QUE LA MAYORÍA DE LOS JÓVENES CHILENOS (los que ahora están en la enseñanza media o técnica o universitaria QUE PROCEDEN DE AMBIENTES DE CENTRO DERECHA NI SIQUIERA SE INTERESARÁN EN LEER UNA REFLEXIÓN COMO ESTA (porque les da lata, porque no les interesa sino pasarlo bien, y porque no tienen idealismo alguno):

Una cosa que me causa una tremenda tristeza y decepción es CONSTATAR TODO EL TIEMPO que prácticamente casi la totalidad de la gente joven de condición de clase media y alta viven en un mundo de BILS y PAP, no se interesan de los asuntos políticos y del acontecer nacional y mundial, son unos completos ignorantes, NO SABEN SINO de lo que han estudiado en el colegio y lo que aprenden dentro de la carrera que deciden tomar como estudiantes de alguna profesión. Sólo saben de lo que les enseñan en su carrera y nada más de nada. NO SE INTERESAN EN NADA más que en lo que están estudiando (me refiero a los que de verdad estudian, no a los vagos y flojos que son millares).ES COSA DE VER LO QUE PUBLICAN EN FACEBOOK. La mayoría de las cosas que publican son banalidades. Ni siquiera ven que el país se está rompiendo a pedazos, y están pensando todo el tiempo de pasarlo bien (shansho), fiestas, mundanismo, en cuál será el próximo concierto rock que habrá para no perdérselo,pensando siempre en sí mismos y puras cosas que no les servirá de nada para el futuro. NO TIENEN IDEALISMO NINGUNO. Y en la juventud de izquierda es TODO LO CONTRARIO, ellos siempre se movilizan, se comprometen en las causas que les interesa, se interesan en construir un país cada vez más socialista o tirado para la izquierda. Esos SÍ QUE SON IDEALISTAS. En la juventud de centro derecha simplemente NO ENCONTRAMOS IDEALISMO ALGUNO. Por eso este país está sonado, y si no hay un despertar, Chile se volverá más y más mediocre de lo que es ahora.

lunes, 27 de junio de 2016

27 de junio, fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Plinio Corrêa de Oliveira

La devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro nació en la isla de Creta. Esto explica la influencia bizantina que se nota en la imagen. Las personas representadas en esta imagen pueden impactar la sensibilidad moderna acostumbrada a los santos representados con caras de muñecas. Esta imagen fue hecha en tiempos diferentes y es muy expresiva.

La devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue difundida en la Iglesia por los padres redentoristas. Es una muy bella invocación puesto que expresa la invariable misericordia de la Virgen para con nosotros. Perpetuo Socorro significa una asistencia, un acto de misericordia, un acto de piedad ininterrumpida hacia nosotros que nunca cesa. La palabra nunca significa que esta asistencia no cesará en ningún lugar, en ningún momento o por ninguna razón. Es decir, incluso si una persona se encuentra en la peor situación posible, Nuestra Señora siempre ayudará si uno le reza a ella.

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
La imagen, como los Sres. ven, tiene un fondo de oro. Estos fondos de oro sin adornos se usaban característicamente en las pinturas del antiguo Imperio Romano de Oriente y durante parte de la Edad Media. Los ángeles músicos de Fray Angélico, por ejemplo, tienen un fondo de oro. El fondo de oro se utilizaba cuando se pintaban personajes muy importantes. El arte occidental normalmente coloca un gran dignatario en una silla ornamentada, en una elegante sala, o de pie junto a una ventana graciosamente cubierta con cortinas o en un hermoso escenario al aire libre. La mentalidad oriental prefiere colocarlos fuera del tiempo, inmersos en esplendor, es decir, con un fondo de oro.

El oro, por lo tanto, representa la gloria de la Virgen como Reina de los Cielos. Ella tiene una aureola alrededor de su cabeza, que también es de oro, al igual que el Divino Infante. Sobre la aureola hay una corona de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Las coronas de la Virgen y del Niño Jesús tienen una forma similar. La base de cada una se cierra alrededor de la cabeza, tiene un borde fino, y está cubierta con fabulosos diseños ornamentales. En el borde hay rubíes incrustados, en la capa media arcos ornamentados con zafiros, y en el nivel superior una fila de esmeraldas y diamantes. Yo no consigo distinguir con precisión en esta reproducción en particular. La corona del Niño sigue exactamente el mismo patrón.

Nuestra Señora lleva un manto azul profundo que le cubre los hombros y la cabeza. Por debajo de la corona y sobre la frente hay una estrella refulgente de piedras preciosas; a su izquierda hay un diseño de oro que se parece una estrella o una cruz.

Si los Sres. observan con cuidado, verán que la Virgen lleva una túnica roja bajo su manto azul. El rojo aparece en el cuello y en los extremos de las mangas. Esta túnica roja se cierra en su cuello con una exquisita banda de diamantes.

El Niño Jesús está sentado en el brazo izquierdo de la Virgen. Él descansa cómodamente en sus brazos, como un niño que está muy acostumbrado a estar cerca de su madre y que le gusta estar allí. Él está, sin embargo, distraído con otra cosa a donde dirige su mirada. En mi opinión el artista cometió un error al representar al Niño. Se parece más a un niño de siete u ocho años de edad, en lugar de un bebé que debe ser llevado en los brazos de su madre. Por cierto, esta imagen no es considerada una obra de arte. Es considerada como una excelente obra de piedad con algunos muy buenos puntos artísticos y algunos defectos.

El niño tiene una cinta rosa con una túnica verde. Él también tiene un manto que cae naturalmente cerca de la mano izquierda de la Virgen haciendo numerosos pliegues bien doblados. Casi todos los pliegues de la imagen me parecen muy bien situados y naturales.

Hay dos ángeles presentándole al Niño los instrumentos de la Pasión; a la izquierda un ángel con una túnica roja y un manto verde le muestra la lanza y la esponja con hiel, a la derecha, un ángel vestido con una túnica roja le muestra una cruz de tres brazos y los clavos.

¿Qué se puede decir de todo esto?

Los rasgos de la Virgen son muy
expresivos
Los rasgos de la Virgen son muy expresivos. La imagen la muestra en una actitud muy maternal. Ella es una madre que sostiene a su Hijo con una extraordinaria intimidad y un notable cariño. Esto demuestra la familiaridad de la Virgen con el Dios-Hombre. Al mismo tiempo, ella tiene una mirada de profundo recogimiento que transmite el respeto y la veneración que ella siente por él. Ella le está orando mientras lo sostiene. Ella está segura de que está sosteniendo al mismo Dios encarnado en sus brazos.

Partes de la cara de nuestra Señora no están bien pintadas. El cuello parece algo demasiado rígido. La boca es delicada, pero la nariz es tal vez un poco demasiado larga. Estos son varios puntos que no permiten que la imagen sea considerada como una obra de arte perfecta. Pero son defectos secundarios, porque un arte auténtico está presente en la recogida expresión de su fisonomía, en su noble postura, y en el afecto que la pose revela.

La posición de las manos simbolizan
su dependencia a Ella
La imagen es rica en simbolismo. El manto azul oscuro representa la maternidad, mientras que la túnica roja simboliza la virginidad. Por lo tanto, representarla usando el rojo y el azul muestra que ella es a la vez Madre y Virgen. Es una manera delicada de insinuar el milagro de su virginidad de antes, durante y después del parto.

Para mí, el simbolismo más conmovedor es el gesto del niño que sostiene la mano de la Virgen. Su mano derecha está detrás de su pulgar y su mano izquierda dentro de la mano de una manera que permite controlar la mano de la Virgen sobre las manos del Divino Infante. Simbólicamente, quien sostiene las manos de otro lo sostiene enteramente. Por lo tanto, esta forma de presentación de las manos del Infante expresa que ella puede hacer todo lo que quiera con él; todo lo que ella le pide, Él lo acepta; ello expresa el poder de su oración. Con gran facilidad el artista representa la dependencia del Niño-Dios sobre nuestra Señora.

Una característica de este icono bizantino es que mientras que el simbolismo es muy rico, éste no dice lo mismo a todos. Los símbolos están ahí para ser descubiertos por quienes pasan un tiempo analizándolos y contemplándolos.

Un ícono plateado de Nuestra Señora
del Perpetuo Socorro
Los dos ángeles representan la Pasión que el Niño habrá de sufrir. Ellos le están profetizando su Pasión. Es decir, se nos invita a ver en Él al Redentor de la humanidad, el que era esperado por los Profetas para salvar a la humanidad.

También hay un detalle muy pintoresco: es la sandalia colgando del pie izquierdo del Niño por una sola cuerda. Ello simboliza al pecador que todavía está vinculado a Nuestro Señor por una última cuerda: la devoción a la Virgen.

Las iniciales griegas en la parte superior de cada lado de la corona la Virgen significan “Madre de Dios”. Las iniciales sobre el ángel en la parte superior izquierda dicen “San Miguel Arcángel”, el de la derecha, “San Gabriel Arcángel”. Debajo del ángel de la derecha están las iniciales griegas para “Jesucristo”.

La estrella en el velo de la Virgen indica que ella es la estrella del mar, la guía en esta vida para llevar a todos los que quieren llegar al puerto de los cielos.


Pidámosle siempre a nuestra Señora que nos proteja con su perpetuo socorro y misericordia.

martes, 21 de junio de 2016

EL GALEON DE NUESTRAS ALMAS Y EL INFORTUNIO DE UN SUEÑO

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Toda su gloria, sus esperanzas están sepultadas allí sin desesperación, sin frenesí, sin desánimo...como una protesta de que él todavía volverá.
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No quiero imaginar un galeón enteramente excepcional, como el Royal Soleil, por ejemplo, Concibo un galeón medio, de buena categoría, que por causa de eso participa del la Majestad del Royal Soleil. En un fondo del mar que me estoy figurando en el Caribe. Pero no imagino un galeón afrancesado. Yo me lo figuro con gran categoría y español.
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Un galeón fabuloso propiamente dicho es español. Con aquella nota de majestad un tanto malhumorada, un tanto desconfiada y un poco refunfuñona, que caracteriza ciertas cosas de la arquitectura española.
En la proa, un nicho para imágenes, trabajado, serio, alto, grande. En la popa con aquel aire de viejo solar español, muy noble.
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Puesto en el fondo del mar, con el mal humor y con la agresividad de un navío de guerra.
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Lo imagino muy en el fondo, con una capa gruesísima de arena medio gelatinosa, de no sé que substancias, de vegetales muertos, de musgos. De vez en cuando unos corales emergentes como esqueletos de piedra, irguiéndose como dedos dentro del mar, y que están apoyados en una pared del galeón, ayudándole a mantenerse en pie.
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Varios cañones oxidados. De dentro del cañón se ve salir una miniatura de pulpo que vive allí dentro, y que hizo de aquello su casa.
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Por otro lado, se percibe el agua que se mueve con sus pulsaciones. La luz atraviesa el agua e ilumina aquel fondo del mar, el cual queda como una gelatina un tanto luminosa. Otras partes quedan en la obscuridad. Y cuando vienen aquellas pulsaciones, el galeón se mueve ligeramente, y toda aquella especie de gelatina de arena en que él está asentado también se mueve un poco, de acá para allá, de allá para acá.
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Siglos dentro del mar, el galeón está. Casi en pie, escorado por bancos de coral y cosas así. Entero, pero un poco inclinado.
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Es una catástrofe completa. Entre tanto él no rodó por el fondo.
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Toda la gloria, todas las esperanzas, todo el futuro del galeón están sepultados allí sin desesperación, sin frenesí, sin desánimo y sin contorsión nerviosa.
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Podemos imaginar que de vez en cuando se desprenda del galeón una como que figura aérea y mitológica que sale de dentro del mar y atormenta como un Adamastor a aquellos que pasan. Como una protesta de que él todavía volverá.
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El mundo de la leyenda es una forma en general poluída, pero con bonitos destellos, del mundo de las cosas superiores. Mejor todavía es figurase personajes que existieron, ampliándolos de tal manera que realicen un ambiente de cosas superiores e ideales.

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Ese galeón arquetípico, fabuloso, ¿qué representa en el fondo?
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El representa una especial dureza del senso de finalidad, por el cual la persona raciocina de la siguiente manera:
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"Siendo yo como soy, tan idéntico a mi matriz primera, es cierto que no me quebraré. Todos estos siglos, todas estas aguas, todas estas circunstancias, no son sino obstáculos que yo sobrepujo".
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Enfrento sobrepujando y sobrepujo dando de mí más que todo eso.
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"Yo siento algo mayor que todo eso, que nace dentro de mí y que coloca la proa contra todo eso. Vendrá un día en que todo eso entrará en sus ejes"...
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El galeón no tiene, es verdad, ningún consuelo durante ese tiempo de derrota. Es bien verdadero. ¡A no ser el consuelo de la propia certeza!.
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Es preciso decir que es una forma de coraje total, radical. Es una forma de fortaleza impresionante.
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El fondo del mar es especialmente augusto por el silencio y por la penumbra. El ruido de las olas no llega hasta el fondo, y allí nada se oye. Es la región de la no sonoridad.
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Aislamiento, penumbra, silencio, apenas lo irracional existiendo allí dentro, y, sentado en ese irracional, el infortunio de un sueño, de un imperio de las cosas superiores, que la estupidez y la brutalidad humana de los hombres no permitió que se realizase...
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... Pero que queda con la proa apuntado hacia la historia.
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Plinio Corrêa de Oliveira - Adaptación libre

martes, 7 de junio de 2016

La felicidad de situación.

Plinio Correa de Oliveira
Conferencia del 28 de marzo de 1972 (*)

Creo que hay mucha gente, pero mucha, que tiene la siguiente filosofía de la existencia: “Sólo es agradable la diversión. Sólo es realmente agradable divertirse”. De manera que, en la vida, la única forma posible de alegría radica en la diversión y, por lo tanto, cuanto más se divierta alguien más feliz será. La fuente de la felicidad está, pues, en la diversión.
Pero, ¿qué es lo que este tipo de gente entiende por diversión? Ver la televisión, viajar, ir al cine y al teatro; o peor, irse a lugares corruptos e inmorales. Con la tendencia de entregarse a estas cosas de manera desordenada. En esto consistiría propiamente la diversión.
No obstante, habrá quien afirme que la infelicidad debe aceptarse por amor al Cielo, por amor de Dios, por temor al Infierno. Pero pensando que, en fin, la vida templada, regular, seria y sin diversiones no es una vida feliz, porque la felicidad radicaría en lo festivo.

¿Es posible la felicidad en este valle de lágrimas?

Santo Tomás de Aquino afirma algo enteramente verdadero: el hombre, para poder existir, necesita tener algo, por menor que sea, que le proporcione algún placer. Un hombre sin la menor pizca de felicidad, desaparecería.
La Providencia Divina, que es materna y bondadosa, permite dos cosas: por un lado, que la gran mayoría de los hombres posea, al menos, una parcela de felicidad, aunque no una felicidad total, que no existe de hecho en esta vida. Pero, por otro lado, también hace que aquéllos a quien Ella más ama pasen por períodos en los que desaparece la felicidad completamente. Son los grandes períodos de la vida de un hombre, cuando “cae la noche” sobre él y de manera absoluta desaparece la felicidad, incluso el consuelo espiritual. Entra, así, en el túnel oscuro, plúmbeamente pesado, de una gran infelicidad. Es necesario ver esas partes trágicas de la existencia como algo permitido por una especial disposición de la Providencia, en general de poca duración.
Por lo tanto, el hombre precisa tener un fragmento de felicidad. Es necesario preguntarse entonces si dicha parcela de felicidad se identifica con el placer. ¿Cuál es el papel del placer en la posesión de esta porción de felicidad?

Analizando diversas situaciones

En diversas fases de la historia de algunos pueblos, en ciertas culturas, el placer es excepcional, la diversión es poco frecuente. Son algunas fiestas al año, de diferente naturaleza; y, fuera de esto, la persona no se divierte. ¿Puede uno ser feliz así? Yo respondo: sí, puede, siempre que comprenda bien su situación y sepa encontrar en ella la felicidad que ésta le proporciona.
Consideremos, por ejemplo, la vida de un terrateniente de antaño. Vivía, en general, en una casa de campo, que era confortable, por lo menos según sus necesidades y conveniencias. Se encontraba, a veces, separado algunas leguas de la ciudad más próxima, con una carretera no siempre fácil de transitar. Este hombre tenía una tendencia a aislarse en su propiedad, viviendo allí en la placidez de la misma.
¿Cuáles eran sus diversiones? Habitualmente, dos o tres festejos al año, como la festividad de la Patrona de la ciudad cercana, la boda de algún pariente o un bautizo, mezclándose la celebración religiosa con la fiesta social. ¿Cuál era, entonces, la alegría que este hombre encontraba en la vida rural? Debería existir, pues, de lo contrario, él moriría. La encontraba en el ejercicio de su actividad agrícola, plantando, dirigiendo la cosecha, supervisando los trabajos... por así decir, reinando en sus tierras. Al mismo tiempo, tenía a su lado a su familia, que era otro pequeño reino. Y en el correcto desempeño de su tarea agraria y familiar, gozaba de la honorificencia y del respeto de sus semejantes. Su felicidad consistía, así, en comprender y degustar esta situación.
Un ejemplo similar lo encontramos en los profesores y catedráticos europeos de comienzos de siglo. En general, son hombres de la burguesía, a veces incluso del operariado, que viven del cultivo intelectual de una materia de la que gustan y por la cual se interesan. Este hombre vive de la enseñanza, que a él le parece interesante. Desde su cátedra, sabe que tiene una proyección, que es dueño de un prestigio que lo cerca de la aureola y del respeto que merece su situación.

Esto vale, asimismo, para el pequeño comerciante. Una figura característica del pequeño comerciante profundamente tranquilo, sereno y equilibrado, es el padre de Santa Teresita del Niño Jesús [en la foto, con su esposa]. Era joyero en la ciudad de Alençon, donde hizo su pequeña fortuna, puede imaginarse con qué honestidad.
A cierta altura de su vida clausuró su comercio, retirándose a vivir a Lisieux, donde construyó su casa –Les Buissonets–, todo un poema de la pequeña gracia menuda pequeño-burguesa. Y allí vivió en la tranquilidad, paz, estabilidad y equilibro de alma que poseía.

La templanza, llave de la felicidad

Esta degustación de las situaciones, este placer morigerado, constituye propiamente la felicidad. ¿Qué relación hay entre esto y el placer? El placer no es lo opuesto de la felicidad. El placer es como un tempero, como una sal que le da a la felicidad cierto sabor. Porque una vida como las que hemos mencionado, a la larga, puede volverse un tanto monótona. Hace parte de la mutabilidad del espíritu humano que desee, de vez en cuando, cierta variedad. Es concebible que quiera un placer honesto. De manera que el placer no es lo contrarío de la felicidad.
La llave de la cuestión está en la templanza. Si el individuo es temperante es capaz de degustar la situación legítima en la que se halla, encontrando ahí la felicidad. Si es intemperante, o si se deja llevar por la intemperancia, pasa a correr tras los placeres; corriendo tras los placeres, corre tras las sensaciones, y corriendo tras las sensaciones, vuelve al punto cero. Son espíritus que transforman en fuente de gozo intemperante incluso cosas que, de suyo, no lo son. Por ejemplo, encontrará placer en el trabajo agitadísimo, que produce como que una embriaguez de realización.

Lo febricitante: opuesto de la templanza y de la felicidad

La actividad febricitante es la manía de tener, continuamente, sensaciones fuertes, de no vivir en la placidez de una vida ordenada y común, sino de estar inmerso en las sensaciones fuertes. Es una carrera tras la sensación a propósito de todo y de nada. De ahí, en gran parte, el desequilibrio de la sociedad moderna. De ahí los mil desatinos de esta civilización nuestra que puede ser llamada de civilización de lo "sensacional", en oposición a la civilización de antaño, que era la civilización de lo racional, de lo razonable, de lo comedido, del equilibrio.

El “Angelus” de Millet

Termino con la evocación de un cuadro, el “Angelus”, de Millet. Lo que Millet, de una manera romántica, quiso expresar en aquel cuadro es la felicidad sin placer. Es la tranquilidad inmensa del campo, del trabajo que terminó, del Angelus que tintinea en la campana de la iglesia cercana; de la pareja que está rezando en la castidad de la vida campesina, de zuecos, en traje de labor y con los instrumentos de trabajo; y que, en la tranquilidad del campo, va a regresar a casa para cenar.

Va a descansar, va a sentir el aroma de la comida que comienza a extenderse por la casa, el humo que sube por la chimenea, el ruido de algún animal, un niño que realiza sus últimas piruetas antes de irse a dormir. Llega la noche y llega aquella seguridad dentro de casa, mientras la inseguridad nocturna domina a su alrededor. Es la alegría, la felicidad de las situaciones.
¿No es verdad que todos lucraríamos mucho inhalando esta felicidad, y que es un verdadero infeliz el individuo intoxicado por la postura opuesta? A mí me parece que sí.

(*) Extracto de una conferencia del autor, sin revisión del mismo. Covadonga Informa, Año XXI, Núm. 223, febrero de 1998, págs. 10-11

viernes, 3 de junio de 2016

El rol contra-revolucionario de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Plinio Corrêa de Oliveira

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús está en la raíz de todos los movimientos contrarrevolucionarios, grandes o pequeños, conocidos o desconocidos, que han surgido desde la época en que Santa Margarita María recibió esta revelación en el siglo XVII. Ella recibió la misión, en nombre del Sagrado Corazón de Jesús, de pedirle al rey Luis XIV de Francia que consagrase la nación al Sagrado Corazón y pusiese el Corazón de Jesús en el escudo de armas de Francia.

Santa Margarita, a pedido de nuestro Señor, le prometió al rey de Francia de que si combatía a los enemigos de la Iglesia, el Corazón de Jesús lo apoyaría y llevaría su reinado a una gran gloria[1]. El Sagrado Corazón de Jesús esperaba que Luis XIV cambiase el curso de su política y se colocase a la cabeza de la Contra-Revolución. De haberlo hecho, él tendría un reino de gloria y Francia alcanzaría su verdadero apogeo católico.

Está claro que en caso de que él hubiese tomado este curso, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se habría extendido por todo el mundo. Habría habido una buena acogida en Francia a la predicación de San Luis María Grignon de Montfort que también vivió en esa época. Por lo tanto, su predicación se habría extendido por todo el mundo y, con ello, la Revolución Francesa se ​​podría haber evitado.

Por medio de este pedido al rey, la Revolución —en la forma que tenía en la época de Santa Margarita María— habría sido detenida, y esa forma de maldad que ésta tomó más tarde —la Revolución Francesa— se habrían evitado.

Por lo tanto, esta devoción, desde su primer movimiento, desde su primera indicación por parte del Sagrado Corazón, tiene un significado claramente contrarrevolucionario.

Objeciones a esta devoción

En un cuidadoso estudio de esta devoción, el profesor Fernando Furquim llama la atención sobre el hecho de que los distintos movimientos contrarrevolucionarios que se alzaron en los siglos XVIII y XIX estaban vinculados al Sagrado Corazón de Jesús. Por ejemplo, los contrarrevolucionarios franceses de la Vendée, los Chouans, llevaban una insignia del Sagrado Corazón. Esta devoción siempre ha sido adoptada por los contrarrevolucionarios, inspirándolos y alentándolos, a la vez que ha sido odiada por los malos.

Es perfectamente correcta la devoción a un órgano
específico de Cristo
¿Qué han dicho estos enemigos contra la devoción al Sagrado Corazón de Jesús? Primero, ellos presentan este argumento supuestamente decisivo: “¿Por qué adorar al Corazón de Jesús ¿Por qué no hacer una hermosa devoción a las manos o a los ojos de Jesús? Al adorar su corazón, podríamos blasfemar por descomponer a Jesús y hacer una devoción a cada parte de su cuerpo Por tanto, podríamos tener una devoción a sus oídos que oyeron todas las súplicas del hombre, a su boca que habló, a sus manos que bendijeron (sin mencionar que también azotaron a los mercaderes del Templo). Por lo tanto, no vale la pena esta devoción al Corazón de Jesús”.

También, ellos van a decir: “Esta es una devoción sentimental. El corazón es el símbolo de la emoción por lo sentimental. De manera que esta es una devoción sentimental carente de contenido teológico y no se debe permitir”.

Una devoción promovida por la Iglesia

En efecto, en muchos de los documentos papales solemnes, sustanciales y magníficos, la Santa Sede recomendó esta devoción, por ejemplo, la encíclica Inscrutabile Divinae Sapientiae del Papa Pío VI en 1775. La Santa Sede concedió muchas indulgencias a los que recibieran la comunión los primeros viernes en reparación por las ofensas hechas contra el Sagrado Corazón. También se otorgaron indulgencias en las cofradías y archicofradías que se establecieron en apoyo a la devoción del Sagrado Corazón.

Además, se aprobó y alentó la construcción de iglesias, altares e imágenes en honor del Sagrado Corazón. La Iglesia, por tanto, ha aprobado esta devoción abundantemente y, por lo tanto, tiene todas las razones para merecer nuestra confianza.

En cuanto al argumento de que no se puede tener una devoción a cada parte del cuerpo sagrado de Nuestro Señor, éste no tiene ningún mérito. De hecho, en nuestras devociones privadas, podemos adorar a Nuestro Señor en sus manos sagradas; podemos y debemos adorarlo a Él en sus infinitamente expresivos, elocuentes, regios, instructivos y salvíficos ojos. No hay más que recordar que fue con una mirada de Nuestro Señor, que movió a San Pedro a arrepentirse de su triple negación para darnos cuenta que adorar a Nuestro Señor en sus divinos ojos es sin duda algo que uno puede hacer.

Pero la Iglesia, que tiene un gran sentido del ridículo y entiende que el ridículo puede estar a un paso de lo sublime, entiende que las mentes vulgares están siempre dispuestas a emplear el sarcasmo para degradar devociones como estas a una parte del cuerpo, las que realmente pueden impresionar a las sensibilidades humanas. Pero estas devociones no están en contra de la razón, y pueden ser hechas apropiadamente.

Nuestra Señora adoró el cuerpo de su amado
Hijo
Por ejemplo, entre las piedras de la Vía Sacra tenemos la que lleva la marca de sus pies divinos. Es honesto y legítimo a adorar los divinos pies que pisaron la tierra para enseñar y que fueron cubiertos con el polvo de la carretera con el fin de instruir, salvar y combatir el mal. Es correcto adorar estos pies que condujeron al Salvador mientras llevaba la cruz, esos pies manchados de sangre para nuestra redención, esos pies que llevan las marcas de los clavos de la Pasión.

Una hermosa manera de adorar a Nuestro Señor Jesucristo es unirnos a los pensamientos y meditaciones de Nuestra Señora, cuando Nuestro Señor fue bajado de la cruz, cuando ella sostuvo en su regazo su Sagrado Cuerpo y sangre derramada. Ella contempló cada parte de ese cuerpo macerado con infinito amor, veneración, respeto y afecto. Ella consideró los miembros y los adoró en su significado y función. Ella midió la ofensa contra su divinidad en esas partes flageladas. Con esto, en definitiva, ella practicó esta devoción, adorando las diferentes partes del cuerpo de su Divino Hijo.

Por lo tanto, es sólo una cuestión de conveniencia, un sentido de la apariencia y proporción, por así decirlo, que la Iglesia promueve la adoración de las muchas de las partes del cuerpo de Nuestro Señor.

¿Qué es la devoción al Sagrado Corazón de Jesús?

¿Qué es exactamente la devoción al Sagrado Corazón? Es la devoción al órgano de Nuestro Señor, que es el corazón. Pero en las Escrituras, el corazón no tiene el significado sentimental que tomó hacia finales del siglo 18, y desde luego en el siglo 19. El corazón no expresa sentimiento.

Cuando la Escritura dice: “Con todo mi corazón te he buscado”, (Salmo 119, 10) el corazón aquí es la voluntad humana, el propósito humano, propiamente dicho, la santidad humana. Por lo tanto, cuando el profeta dice esto, él que quiere decir, “Con toda mi voluntad te he buscado”. El Evangelio dice también: “La Virgen guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2, 19). Podemos ver aquí que no se habla de un corazón sentimental, sino de su voluntad, su alma, que guardaba estas cosas y pensaba en ellas.

El marqués Gral. de la Rochejaquelein usaba en su pecho la insignia del
Sagrado Corazón, símbolo de la resistencia católica de la Vendée
El corazón es la voluntad y la razón de la persona, ese elemento dinámico que estudia y reflexiona sobre las cosas. En Nuestro Señor, su Sagrado Corazón es su voluntad. La voluntad está simbolizada por el corazón, porque todos los movimientos de la voluntad pueden tener repercusiones en el corazón. Es en este sentido, pues, que el Sagrado Corazón de Jesús es adorado.

Por correlación, está la devoción inmensamente significativa del Inmaculado Corazón de María. El Inmaculado Corazón de María es un santuario en cuyo interior se encuentra el Sagrado Corazón de Jesús.

Nuestro Señor prometió una efusión de gracia para esta devoción. El Sagrado Corazón hizo promesas especiales a quienes hacen los nueve primeros viernes. La más notable de ellas, tal vez, es de que los que hacen los Nueve Primeros Viernes no morirán sin la gracia de la penitencia final. Esto no quiere decir que sin duda irá al cielo. Es decir que tendréis una gran gracia antes de morir, tan grande que se puede tener toda esperanza para vuestra salvación.

Ustedes entienden cuán diligentemente la Iglesia se ha esforzado en el pasado para que esta devoción fuese conocida, apreciada y comprendida por nuestra razón sin sentimentalismo. Una devoción varonil busca la razón de una cosa y luego ama esa cosa por su razón de ser. Es, de esta manera, que el hombre fuerte y la mujer fuerte del Evangelio juzga las cosas piadosas.

Por lo tanto, debemos reflexionar sobre esta devoción y volcar nuestras almas, nuestras voluntades, al Corazón de Jesús como la fuente de esas gracias que la Divina Providencia planeaba dar a los hombres en la época de la Revolución. Es un medio de la gracia destinado a los tiempos difíciles por venir, esos mismos tiempos en los que vivimos hoy en día.

Debemos pedir al Corazón de Jesús, a través de la sangre y el agua que fluyeron de él, que limpie y restaure el de nosotros. Esta es mi sugerencia cuando mediten y recen los viernes, y sobre todo en el primer viernes de cada mes, y el viernes de la Semana de la Pasión.

Termino recordándoles del soldado que atravesó el Corazón de Jesús con una lanza. Al hacer este acto de violencia contra el Sagrado Corazón de Jesús, agua y sangre brotó desde el costado de Nuestro Señor y le cayó en sus ojos. Entonces, los ojos del soldado, que se estaba volviendo ciego, se curaron inmediatamente y recobró la vista. Para nosotros, esto es lo más elocuente y significativo.

Esto significa que aquellos que tienen la devoción al Sagrado Corazón de Jesús pueden pedir gracias similares, no necesariamente el milagro físico, sino más bien una gracia para nuestras almas. Si queremos tener el sentido católico, un conocimiento contrarrevolucionario de las cosas, si queremos percibir cómo la Revolución y la Contra-Revolución están trabajando alrededor de nosotros y dentro de nosotros, si queremos conocer nuestros defectos, para comprender el alma de los otros para hacerles el bien, para tener perspicacia en nuestros estudios, para tener un buen equilibrio psicológico y curarse de problemas nerviosos de todo tipo, entonces podemos y debemos recurrir al Sagrado Corazón de Jesús.

Deberíamos pedir una gracia que brota de su Sagrado Corazón —como la sangre y el agua que curó al soldado— que erradicará la ceguera total o parcial de nuestras almas. Oremos, pues, al Sagrado Corazón de Jesús a través del Corazón Inmaculado de María, porque ésta es la única manera de obtener las gracias para curarnos de nuestras múltiples cegueras. Al hacer esto, vamos a hacer una espléndida solicitud y estar en el camino hacia la obtención de una magnífica gracia.

Publicado originalmente por TIA




[1] Cf. Marguerite-Marie Alacoque, Vie et oeuvres, Paris-Fribourg: Saint Paul, 1990, vol. II, pp. 335-337, 343-344, 435-436 Saint of the Day, March 4, 1965

jueves, 2 de junio de 2016

En este mes de junio, que está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús


Desagravios al Divino Corazón de Jesús Sacramentado

Señor Jesús, divino Salvador de las almas, nos prosternamos ante vuestra presencia soberana, cubiertos de confusión y, dirigiendo nuestra vista al solitario Tabernáculo, donde gemís cautivo por nuestro amor, pártense de dolor nuestros corazones al ver el olvido en que os tienen los redimidos, al ver que vuestra Sangre preciosísima ha sido estéril, infructuosos los sacrificios y escarnecido vuestro amor.

Pero, ya que, con infinita condescendencia, permitís que unamos en este día nuestros gemidos a los vuestros, nuestras lágrimas a las que brotaron de vuestros santísimos ojos por causa nuestra, a las lágrimas que derramó vuestro divino corazón. Os rogamos, dulce Jesús, por los que no os ruegan, os bendecimos por los que os maldicen, os adoramos por los que os ultrajan, y con toda la energía de nuestra alma, deseamos bendeciros y alabaros en todos los instantes de este día y en todos los sagrarios de la tierra y con los encendidos afectos de vuestro amantísimo Corazón.

Suban Señor, hasta Vos, los dolorosos gritos de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de nuestros corazones. No nos castiguéis por nuestros innumerables pecados, sino que, por vuestra infinita misericordia, otórganos vuestro perdón.

Por nuestros pecados, por los de nuestros padres y hermanos, por los del mundo entero. ¡Perdón Señor, perdón!

Por nuestra soberbia, por nuestros odios y rencores, por nuestros desprecios de los pobres, por nuestros abusos de los débiles. ¡Perdón Señor, perdón!

Por nuestras avaricias, por las usuras e injusticias, por los fraudes y robos, por el lujo y profusión en los gastos. ¡Perdón Señor, perdón!

Por las deshonestidades, por las conversaciones impuras, por las infidelidades de los esposos, por el libertinaje de los jóvenes. ¡Perdón Señor, perdón!

Por los escándalos de los teatros y del cine, por la licencia de los salones, por la obscenidad de los cantares, por el desenfreno de las diversiones. ¡Perdón Señor, perdón!

Por la provocación de las pinturas y fotografías, por las desvergüenzas de las revistas obscenas, por la indecencia en los vestidos, por el descaro en las acciones. ¡Perdón Señor, perdón!

Por la mala educación dada por los padres, por la indocilidad de los hijos, por la insubordinación de los súbditos, por los abusos de los gobernantes. ¡Perdón Señor, perdón!

Por la cobardía y debilidad de los tibios, por las hipocresías y respetos humanos, por el atrevimiento y procacidad de los impíos, por la apostasía de los gobiernos y naciones. ¡Perdón Señor, perdón!

Por la libertad de cultos, por la insolencia de la prensa, por la libertad de conciencia y por todas las libertades contrarias a vuestras leyes. ¡Perdón Señor, perdón!

Por las blasfemias en las calles, por las blasfemias en los periódicos, por las blasfemias en las cátedras, por las blasfemias en los libros. ¡Perdón Señor, perdón!

Por la profanación de los días festivos, por la irreverencia en los templos, por los robos en las iglesias y ultrajes al augusto Tabernáculo, por los insultos a las sagradas imágenes. ¡Perdón Señor, perdón!

Por las maquinaciones de los masones, por los crímenes del anarquismo, por el desenfreno del socialismo, por las maldades de las sociedades anticristianas, por los estragos de la Revolución. ¡Perdón Señor, perdón!

Por el despojo del Papa, por la persecución a los obispos, por la opresión a las órdenes religiosas, por los insultos al sacerdocio. ¡Perdón Señor, perdón!

Por el desprecio de Jesucristo, por la negación de su divinidad, por el menosprecio de los sacramentos, por la persecución a la Iglesia. ¡Perdón Señor, perdón!

Por los malos sacerdotes, por los malos jueces, por los malos soldados, por los malos gobernantes. ¡Perdón Señor, perdón!

Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia, por los infelices que agonizan, por las benditas almas del purgatorio y por todos los que padecen. ¡Perdón Señor, perdón!

Perdón, Señor, y piedad por el más necesitado de vuestra gracia, que la luz de vuestros divinos ojos no se aparte jamás de nosotros. Encadenad a la puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; hacedles sentir allí los incendios del amor divino, y que a la vista de las propias ingratitudes y rebeldías, queden quebrantados de dolor, lloren lágrimas de sangre, y vivan muriendo de amor. Amén.

lunes, 16 de mayo de 2016

San Juan de la Cruz, “La noche oscura”

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.


A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.


En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.


Aquésta me guiaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.


¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!


En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.


El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.


Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

viernes, 13 de mayo de 2016

Hace 99 años, la Virgen Santísima descendió del cielo y se apareció en Fátima para entregar un mensaje para la humanidad

Jacinta y Francisco:
una obra prima de
Nuestra Señora de Fátima
Plinio Correa de Oliveira
Extractos de una conferencia del 13 de octubre de 1971
“La verdadera directora espiritual de Jacinta, Francisco y Lucía fue esencialmente la Virgen”, escribe el P. Demarchi. La benévola Señora de la Cova da Iria asume el encargo de realizar esta obra prima y, como no podría dejar de serlo, la llevó a cabo con total éxito. De sus manos surgieron tres ángeles revestidos de carne que, al mismo tiempo, eran tres auténticos héroes.
De la izquierda a la derecha: Lucia, Francisco y Jacinta
La materia prima era de una plasticidad admirable, ¿y qué decir de la artista? En su escuela los tres pequeños pastores dieron en poco tiempo pasos de gigante en el camino de la perfección. En ellos se realizaron textualmente las palabras de un gran devoto de María, San Luis María Grignion de Montfort. Este afirma que en la escuela de la Virgen el alma progresa más en una semana que en el curso de un año fuera de ella.
De hecho, la pedagogía de la Madre de Dios no tiene paralelo. En dos años la Virgen Santísima consiguió elevar a los dos hermanos – Francisco y Jacinta – a las más altas cimas de la santidad cristiana. El retrato de Jacinta diseñado por mano de Lucía es revelador. “Jacinta tenía siempre un porte serio, modesto y amable, que parecía trasmitir la presencia de Dios en todos sus actos, lo que es propio de las personas de edad avanzada y de gran virtud. No volví a ver en ella aquella excesiva ligereza y entusiasmo de los niños por los juegos infantiles”.
“No diré que los niños se acercaran a ella, como lo hacían conmigo, sobre todo porque la seriedad de su actitud era muy superior a su edad. Si un niño o un adulto decía o hacía cualquier cosa menos conveniente en su presencia, ella le reprendía diciendo: “No lo haga porque ofende a Dios Nuestro Señor, quien ya está siendo demasiado ofendido” (Del libro del P. Demarchi, “Era una Señora más brillante que el sol…”).
Comenta el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira:
Este trecho ilustra una gracia extraordinaria, en la que se señalan diversos aspectos mayores y menores de la obra de la Virgen en relación con estos niños.
Sin embargo, debemos considerar el valor simbólico de la obra de la Virgen sobre los niños. Se engañan quienes imaginan que una obra como esta se destina sólo a los tres niños: es una obra que transformó suavemente a esos pequeños, de un momento a otro, con el simple hecho de las apariciones de la Santísima Virgen…
Aquí encontramos algo semejante al Secreto de María [enunciado por San Luis María Grignion de Montfort], es decir, una de esas acciones profundas de la gracia sobre el alma, que se desarrollan sin que la persona se de cuenta, sintiéndose cada vez más libre, más ágil en la práctica del bien, mientras que los defectos que la enredaban y ligaban al mal se disuelven paulatinamente.
Y la persona crece en el amor de Dios, en el deseo de empeñarse, en la oposición al mal. Pero, todo esto ocurre de modo maravilloso en el interior del alma, de manera que ella no emprende las grandes y metódicas batallas de la admirable ascensión al Cielo, a la virtud, a la santidad como los que combaten según el sistema clásico de la vida espiritual, sino que la Virgen los transforma de un momento a otro.
Y si la obra de la Virgen de Fátima, especialmente con esos niños llamados al Cielo, fue una obra de ese género, podemos preguntarnos si no existe en ello un valor simbólico que indica cuál será la acción de María Santísima sobre la humanidad cuando Ella cumpla las promesas hechas en Fátima…
Y, pues, si no debemos ver en esto un comienzo del Reino de María, es decir, del triunfo del Corazón Inmaculado sobre dos almas que anuncian la gran revelación de Nuestra Señora y que ayudarán mucho a las almas a acoger el mensaje de Fátima, con su sacrificio y oraciones en la Tierra y después con sus súplicas en el Cielo. Y que continúan haciéndolo.
Creo que esta observación primera conduce directamente a una deducción: si esto es así, Francisco y Jacinta son los intercesores naturales para pedir y obtener de la Santísima Virgen que inicie cuanto antes el Reino de María en nosotros, mediante esta misteriosa transformación que es el Secreto de María.
[…] Con relación a esto, sería muy importante decir una palabra sobre la relación del Mensaje de Fátima y nuestra situación. Hemos repetido con frecuencia que nuestra vida espiritual crece en la medida en que tomamos en serio que el mundo actual se encuentra en una deplorable decadencia y que se aproxima a su ruina. Además, que esta ruina significa el castigo previsto por Nuestra Señora en Fátima y que, en consecuencia, mientras más nos colocamos en esta perspectiva, tanto más nuestra vida espiritual se enfervoriza. Y que, por el contrario, cuanto más nos alejamos de esta visión, tanto más nuestra vida espiritual decae...
De modo que, por intercesión de Francisco y Jacinta, podamos decir a la Virgen: Venga a nosotros vuestro Reino, Oh Señora, pero que este vuestro Reino venga con urgencia.
Traducido por Acción Familia (Santiago de Chile). Sin revisión del autor.
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