sábado, 13 de diciembre de 2014

EE.UU. APRUEBA UNA RESOLUCIÓN QUE EMPUJA A TOMAR MEDIDAS MILITARES CONTRA RUSIA

Con poca fanfarria y prácticamente sin cobertura de noticias, la Cámara aprobó la semana pasada una resolución que podría poner a los EE.UU. en pie de guerra fría y que insta al Presidente Obama y a las naciones aliadas a tomar medidas militares contra Rusia.
LaResolución 758 de la Cámara lleva el largo título “Strongly condemning the actions of the Russian Federation, under President Vladimir Putin, which has carried out a policy of aggression against neighboring countries aimed at political and economic domination” [Enérgica condenación a las acciones de la Federación Rusa bajo el presidente Vladimir Putin, que ha llevado a cabo una política de agresión contra los países vecinos con el objetivo de una dominación política y económica]
Patrocinada por el Rep. Adam Kinzinger, el proyecto fue aprobado por 411 a 10 en la sesión saliente del Congreso.
La escasa cobertura de los medios de noticias de EE.UU. que el proyecto de ley recibió describe gran parte de la legislación que condena a Putin. Sin embargo, una revisión de WND del texto del proyecto de ley considera que después de una serie de acusaciones contra el gobierno de Putin, la legislación resuelve que los EE.UU. deben tomar acciones en contra de Rusia con implicaciones militares.
El proyecto de ley insta a Obama a realizar una revisión de la “postura de fuerza, la disposición y las responsabilidades” de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para asegurar que sea suficiente para satisfacer la creciente amenaza de Rusia.
Es inquietante que la legislación exija a Obama revisar las fuerzas de otros miembros de la OTAN para determinar “si las contribuciones y las acciones de cada uno son suficientes para cumplir las obligaciones de la legítima defensa colectiva en virtud del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte y para especificar las medidas necesarias para remediar las deficiencias”.
La referencia al artículo 5 del tratado es instructiva. A principios de este año, el Comandante Supremo Aliado Philip Breedlove advirtió en una entrevista con el diario alemán Die Welt que la infiltración encubierta por parte de Rusia de los Estados miembros bálticos de Lituania, Letonia y Estonia podría dibujar una respuesta militar en virtud del artículo 5 del tratado fundacional de la OTAN.
“Si estas acciones tienen lugar en un país de la OTAN, y somos capaces de atribuirlos a una nación agresora, es el artículo 5. Ahora, se trata de una respuesta militar”, señaló Breedlove.
La legislación de la Cámara, por su parte, reafirma las obligaciones de las naciones aliadas en el marco del Tratado del Atlántico Norte, que estableció la OTAN, a “ofrecer su participación plena de los recursos necesarios para garantizar su defensa colectiva”.
En otra sección que podría tener implicaciones militares significativas, la legislación exige a Obama a “tomar medidas para que la Federación de Rusia de nuevo entre en el cumplimiento del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio”, un acuerdo de 1987 entre los EE.UU. y la Unión Soviética.
El tratado post-Guerra Fría eliminó los misiles balísticos y de crucero nucleares y convencionales lanzados desde tierra con rangos de 300 a 3.400 millas.
Esta sección de la legislación es relevante para otro proyecto de ley de autorización de defensa nacional en espera que llama a la acción de Estados Unidos si las acusaciones de que Rusia ha violado el tratado INF mediante la implementación de un misil de crucero no especificado resultan fundadas. Se cree que Rusia ha desplegado el misil R-500, lo que violaría el tratado.
La legislación pide además que los EE.UU. proporcione a Ucrania recursos de defensas “letales y no letales”.
Hace un llamamiento a los aliados de la OTAN y los socios de Estados Unidos en Europa y otros países de todo el mundo a suspender toda cooperación militar con Rusia, incluido el abandono de la venta de material militar al gobierno de Putin.

Fuente: WND

Tomado de LaProximaGuerra

viernes, 12 de diciembre de 2014

EL PENTÁGONO CONSIDERA DESPLEGAR MISILES NUCLEARES EN EUROPA

El Pentágono está considerando la opción de volver a desplegar misiles nucleares de crucero en Europa en respuesta a un nuevo misil de crucero ruso con capacidad nuclear, con un alcance de entre los 500 kilómetros y 5000 kilometros, que según acusaciones de Estados Unidos, viola el tratado nuclear de 1987.
Brian P. McKeon, subsecretario adjunto de políticas de Defensa de EEUU, dijo al congreso que el despliegue de misiles de crucero es una de las opciones que baraja el gobierno de EEUU si Rusia incumple el tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF).
Brian P. McKeon
El testimonio se produjo durante una audiencia conjunta sobre violaciones de tratados por parte de Rusia ante dos subcomités del congreso de EEUU. Recordemos que EEUU retiró sus misiles nucleares de Europa en 1992, bajo los términos del tratado INF.
Además, Brian P. McKeon y Rose Gottemoeller, subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional, afirmaron durante la audiencia que están preocupados por una serie de informes según los cuales, Rusia planea desplegar armas nucleares y sistemas de administración estratégica en Crimea.
Rose Gottemoeller
Preguntada sobre si Rusia está desplegando armas nucleares en Crimea, Gottemoeller dijo: “Señor, yo no lo sé. Pero estamos muy, muy alerta a las declaraciones que se han hecho por parte de algunos expertos en el lado ruso acerca de la implementación de aviones de doble capacidad y sistemas de misiles que también serían de doble capacidad”
“Hemos hablado con los rusos sobre esto y hemos expresado nuestra preocupación sobre cualquier opción de que armas nucleares sean reintroducidas en Crimea”, dijo.
McKeon dijo que el Pentágono está observando de cerca a las fuerzas rusas, basándose en los informes que sostienen que se desplegarán armas nucleares en Crimea.
“No se ha detectado el traslado de armas nucleares a Crimea”, afirmó durante la audiencia.
Sea como sea, El Washington Free Beacon reveló por primera vez el 10 de octubre, que miembros del Congreso de EEUU han expresado su preocupación de que Rusia esté trasladando armas nucleares tácticas a Crimea.
Medios de comunicación estatal rusos han informado que en agosto, Putin aprobó el despliegue de Misiles nucleares Iskander de corto alcance y de bombarderos Tu-22 con capacidad nuclear en el enclave sur de Ucrania.
Tupolev Tu-22
A Gottemoeller se le preguntó si el gobierno de Obama tiene previsto realizar recortes unilaterales de armas nucleares en los dos últimos años de mandato del presidente Obama en el cargo. Dijo que debido a las preocupaciones acerca de la agresión rusa en Ucrania y la violación del tratado INF “estoy feliz de poder decir que tales reducciones unilaterales no están sobre la mesa”


jueves, 11 de diciembre de 2014

La raíz de la militarización de la Policía en los EE.UU. (video en inglés)

Ben Swann echa un vistazo a la raíz de la militarización de la policía y por qué, incluso si el equipo militar se retira de los departamentos de policía en todo el país, la militarización no llegará a su fin.


martes, 9 de diciembre de 2014

Libro: LA VERDAD DE LO QUE LE OCURRIÓ A LA IGLESIA CATÓLICA DESPUÉS DEL SEGUNDO CONCILIO VATICANO

Basado en la enseñanza infalible de los papas católicos (el magisterio), en la Sagrada Escritura y en la Tradición católica, este libro es una defensa de la fe católica y de la Iglesia Católica. Con irrefutable evidencia e innegable documentación (incluyendo más de 17000 referencias), este libro demuestra lo que realmente le ocurrió a la Iglesia Católica después del Concilio Vaticano II. Este libro contiene la exposición más completa que se haya publicado hasta ahora de la apostasía post-Concilio Vaticano II.

► Usted aprenderá que en la historia de la Iglesia Católica han habido 260 papas y más de 40 antipapas (esto es, falsos papas que reclamaban ser verdaderos papas pero que no lo eran, y algunos de ellos reinaron por un tiempo incluso desde Roma).
► Usted aprenderá que está profetizado que habrá una apostasía en Roma en los últimos tiempos.
► Usted aprenderá lo que enseña la Iglesia Católica sobre los herejes: los herejes pierden cualquier jurisdicción u oficio que ellos tengan o reclamen tener en la Iglesia Católica (incluyendo el oficio del papa), sin necesidad de ninguna declaración, en el momento mismo en que ellos desertan de la fe católica.
► Usted aprenderá lo que enseña la Iglesia Católica acerca de las otras religiones, y lo que se ha enseñado sobre las otras religiones desde el Concilio Vaticano II.
► Usted aprenderá que el aparecimiento de una falsa Iglesia en los últimos días —una secta que quiere engañar y conducir a los católicos a la perdición en los tiempos de la Gran Apostasía— fue predicho por Jesucristo, por la Madre de Dios en su aparición de 1846  en La Salette (Francia), y en otras profecías católicas, incluyendo la del papa León XIII.
► Usted aprenderá, sin que quede duda alguna, que la “Iglesia” nacida del Concilio Vaticano II es una falsa Iglesia —con nuevas enseñanzas, nuevas prácticas, antipapas manifiestamente herejes y una nueva misa que se oponen a la enseñanza de la Iglesia Católica.
► Las enseñanzas heréticas y falsas de esta falsa Iglesia y sus antipapas son expuestas y refutadas en este libro en tremendos detalles objetivos. Este libro contiene:

·      La más devastadora denuncia hasta ahora producida de las herejías contenidas en los documentos del Segundo Concilio Vaticano (1962-1965)…
·      La más devastadora denuncia que se haya hecho de las herejías de Juan XXIII, Paulo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, incluyendo las chocantes acciones del “ecumenismo” interreligioso…
·      Un examen detallado de la revolución litúrgica (los cambios a la misa y a los sacramentos después del Vaticano II) y el por qué muchos de los nuevos sacramentos (incluyendo la Nueva misa) son inválidos según la enseñanza sacramental de la Iglesia Católica…
·      Una respuesta a las principales objeciones colocadas por quienes dicen que las conclusiones presentadas en este libro no están conformes a la enseñanza católica sobre el papado o la indefectibilidad de la Iglesia Católica…
·      Una vigorosa exposición de los frutos podridos que se han derivado del Concilio Vaticano II, que son tan reveladores acerca de la verdad de lo que ha ocurrido desde el Concilio Vaticano II, incluyendo el abominable escándalo sexual sacerdotal (y por qué ocurrió), el escándalo de la comunión dada a los políticos proabortistas, el estado abominable de los seminarios post-Vaticano II y las órdenes religiosas, el fiasco de la anulación matrimonial, la unión de la Iglesia post-Vaticano II con la cultura pagana, la apostasía de la jerarquía post-Vaticano II, y mucho más…
·      Este libro cubre en detalle muchas de las cuestiones planteadas por los diferentes grupos católicos tradicionales que han concluido correctamente que el Concilio Vaticano II inició una apostasía, pero difieren en lo que concluyen al respecto

Este libro se basa en años de la más intensa investigación, incluyendo: un estudio de todas las encíclicas papales desde 1740 (año en que se introdujo la forma moderna de la encíclica), un estudio de los decretos de los concilios ecuménicos de la historia de la Iglesia y otras bulas papales, la investigación de cada número publicado del periódico del Vaticano por semana desde el 4 de abril 1968 hasta el presente, un estudio intenso de la historia católica, y mucho más. Ningún católico puede darse el lujo de no leer esta obra monumental.


Descargue gratis el libro en el sitio LaGranApostasia.com o escribiendo a info@lagranapostasia.com

lunes, 8 de diciembre de 2014

La Inmaculada Concepción – II, 8 de diciembre

Cómo su pureza genera la intransigencia y la combatividad

Plinio Corrêa de Oliveira

Nuestra Señora fue concebida sin pecado original. Ella tuvo una pureza perfecta, sin malas inclinaciones. Por lo tanto, ella tuvo una gran facilidad para corresponder enteramente a la gracia de Dios en todo momento. La grandeza natural y sobrenatural se fusionaban en su alma en una profunda y extraordinaria armonía. Por encima de todas las demás criaturas, ella tuvo el más alto noción de la santidad de Dios y de su correspondiente gloria. Ella conocía y conoce cómo todos los seres creados deben glorificar a Dios.
Como consecuencia, ella también tenía un profundo horror de lo que es opuesto al bien, de lo que es malo. Ella tenía una gran intransigencia contra esos males, un completo rechazo a sus formas más mínimas y una fuerte combatividad en contra de ellos. Es por eso que la Sagrada Escritura se refiere a Nuestra Señora como “terribilis ut castrorum acies ordinata”, un terrible ejército en orden de batalla. La Iglesia también dice que ella sola venció todas las herejías. Para celebrar este hecho, en las estatuas de la Inmaculada Concepción, la Virgen aparece aplastando la cabeza de la serpiente.
La fiesta de la Inmaculada Concepción es, por tanto, en muchos sentidos, la conmemoración de su pureza, su intransigencia y combatividad.
Veamos más de cerca lo que es la intransigencia. Cuando una persona tiene una muy clara noción de lo que es bueno y una comprensión de las más altas expresiones del bien, esa persona sabe que lo opuesto es malo. No es un conocimiento teórico, como el de un científico que analiza un espécimen en un laboratorio, sino un conocimiento que viene de la mano con un gran amor por el bien. La persona reconoce naturalmente lo que es opuesto a ese bien, que es el mal, y odia el mal con una intensidad  proporcionada a la magnitud de su amor por el bien.
Dado que ama los más altos ideales que representa el bien, no puede tolerar lo puesto al bien, porque ve claramente el mal existe en ello. Rechaza el mal no solo en su conjunto, sino en cada una de sus partes. Rechaza el mal no sólo cuando es muy intenso, sino cuando apenas aparece. En esto consiste la intolerancia y la intransigencia.
El espíritu humano está constituido de tal manera que cuando un hombre odia el mal, él aumenta y perfecciona su amor por el bien. En cierto modo, la presencia de algo que él rechaza refuerza su convicción y su amor por el bien. La psicología humana está tan establecida que tal contraste hace que la persona sea más consciente de cómo el bien es bueno. Por ejemplo, nosotros amamos más nuestra vocación contrarrevolucionaria cuando podemos ver concretamente cómo los revolucionarios la odian. Al ver esto, recibimos una confirmación de que estamos tomando la posición correcta.
¿Qué es la combatividad? La combatividad es una consecuencia de la intransigencia. Es tomar una decisión deliberada para destruir el mal que se opone a la gloria de Dios. Es una deliberación tranquila seguida de la utilización de todos los medios que uno tiene a su disposición para lograr ese objetivo. No es una resolución pasajera para luchar durante un solo episodio cuando el mal está atacando al bien, sino que es una determinación permanente aplicada a todos los aspectos del mal y a través de toda la vida de una persona. La persona no descansa hasta que el mal sea destruido.
La verdadera combatividad no descansa hasta que el mal sea reducido a cenizas. En Portugal había una expresión con respecto a la maldad que se aplicaba de diferentes maneras en la antigua Ley portuguesa: El mal debe ser reducido a cenizas por el fuego. Si un hombre cometía un crimen terrible, recibía la sentencia de castigo capital: su cuerpo era quemado y sus cenizas dispersadas en el aire o en el agua. Esa era una aplicación de aquel axioma.
Aquí no estoy abogando a que este castigo sea aplicado a tal o cual persona en tal o cual Estado en la actualidad. Lo estoy tomando como un principio general para ser aplicado a la lucha de las ideas e instituciones. Un hombre malo puede ser muerto, y él desaparece. Pero, ¿quién puede matar una mala idea o destruir una conspiración revolucionaria que se empeña en impedir que Dios reciba la gloria que Él se merece y que la Santa Madre Iglesia realice su misión sobre la tierra? Para esta lucha necesitamos una verdadera combatividad que reduzca la Revolución y a sus cohortes a las cenizas por el fuego. Este tipo de intransigencia y combatividad eran dos atributos de Nuestra Señora que son consecuencias del privilegio de su Inmaculada Concepción.
¿Qué debemos pedirle a la Virgen en este día de fiesta? Debemos pedirle un gran amor a Dios y una alta comprensión de su gloria, que como consecuencia natural nos dará una gran intransigencia y combatividad.

Recuerdo que Santa Teresa de Lisieux se lamentaba de que no podía ser un guerrero y luchar con una espada contra los enemigos de Dios. Esta es el alma de un santo. Ella deseaba luchar por Dios en todos los lugares y en todos los tiempos. Así es como debemos ser. Pidámosle a Nuestra Señora la pureza y combatividad propia a la santidad para que podamos ser sus verdaderos hijos e hijas.

domingo, 7 de diciembre de 2014

La Inmaculada Concepción - I

La santa intransigencia, un aspecto de la Inmaculada Concepción

Plinio Corrêa de Oliveira
Catolicismo, Nº 45 - septiembre de 1954

Cuadro conmemorativo de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción
En la vida de la Iglesia, la piedad es el asunto clave. Piedad bien entendida, que no sea la repetición rutinaria y estéril de fórmulas y actos de culto, sino la verdadera piedad, que es un don bajado del Cielo, capaz de, por la correspondencia del hombre, regenerar y llevar a Dios las almas, las familias, los pueblos y las civilizaciones.
Ahora bien, en la piedad católica el asunto clave es, a su vez, la devoción a Nuestra Señora. Pues si es Ella el canal por medio del cual nos vienen todas las gracias, y es por Ella que nuestras oraciones llegan hasta Dios, el gran secreto del triunfo en la vida espiritual consiste en estar íntimamente unido a María.
La humanidad, antes de Jesucristo, se componía de dos categorías nítidamente diversas, los judíos y los gentiles. Aquellos, constituyendo el Pueblo Elegido, tenían la Sinagoga, la Ley, el Templo y la Promesa del Mesías. Estos últimos, dados a la idolatría, ignorantes de la Ley, con falta de conocimiento de la Religión verdadera, yacían a la sombra de la muerte, esperando sin saberlo, o movidos a veces por un secreto impulso, al Salvador que debería venir. Entre los gentiles, aún se podrían distinguir dos categorías: los romanos, dominadores del universo, y los pueblos que vivían bajo la autoridad del Imperio. Un análisis de la época en que ocurrió la venida del Mesías implica hacer el examen de la situación en que se encontraba cada una de estas fracciones de la humanidad.

Poder, gloria y decadencia

Se habla mucho del valor militar de los romanos y del brillo de las conquistas que hicieron. Es obvio que hay mucho que admirar en ellos bajo este punto de vista. Pero una exacta ponderación de todas las circunstancias históricas nos obliga a reconocer que, si los romanos hicieron grandes conquistas, los pueblos que dominaron estaban en su mayor parte viejos y gastados, dominados por sus propios vicios, y por esto propensos a caer bajo el guante del primer adversario que se les opusiese. Afirmación ésta válida tanto para Grecia cuanto para las naciones de Asia y de África, excepción hecha tal vez de Cartago.
¿Qué es lo que había reducido a ese estado de debilidad a tantos pueblos, otrora dominadores y llenos de gloria? La corrupción moral. La trayectoria histórica de todos ellos es la misma. Al inicio, se encontraban en un estado semi-primitivo, llevando una vida simple, dignificada por una cierta rectitud natural. De ella les viene la fuerza que les permite dominar a los vecinos y constituir un imperio. Pero con la gloria viene la riqueza, con la riqueza los placeres, y con éstos la disolución de costumbres. La disolución de costumbres trae a su vez la muerte de todas las virtudes, la decadencia social y política y la ruina del imperio.
Y así, uno después de otro, fueron apareciendo en el escenario histórico, creciendo hasta su pináculo y menguando, los grandes pueblos del Oriente. Todas las naciones civilizadas que Roma venció habían recorrido las diversas etapas de este ciclo. Ella misma las recorrió a su vez. Las virtudes familiares de la Roma de la Realeza y de la República aristocrática le dieron la grandeza. Al final de la República, el lujo comenzó a depravar los caracteres y tuvo comienzo la decadencia. El Imperio, que es en su comienzo una magnífica puesta de sol, se transforma gradualmente en pardo crepúsculo sin gloria.

La humanidad en la noche moral

Fue en el momento en que Roma entraba en la fase aún áurea de esa ruta descendente, que Jesús nació. La historia de los futuribles es peligrosa. En todo caso, es permitido indagar qué habría ocurrido en el mundo mediterráneo, cuando Roma terminase su involución, si el Verbo de Dios no se hubiese encarnado.
Hasta entonces, cada nación civilizada pasaba el legado de su cultura al vencedor. Los persas, por ejemplo, se nutrieron de la cultura asiro-babilónica y egipcia. Los griegos se nutrieron de la cultura egipcia y persa, los romanos de la cultura griega. Y así, caminando del Oriente hacia el Occidente, vino siendo transmitida la civilización. Extinta Roma, ¿en qué manos quedaría el legado? En la de los bárbaros. Pero la Historia prueba que, sin la participación de la Iglesia, ellos no se habrían civilizado por ocasión de las invasiones, y así, sin Jesucristo la caída de Roma habría sido el colapso de Occidente. Con el ocaso de Roma, iniciado ya antes de Cristo, era todo Occidente que amenazaba con desplomarse. Era el fin de una cultura, de una civilización, de un ciclo histórico. Era un fin de mundo...
Ahora bien, el pueblo elegido también estaba en su fin. Dos tendencias siempre se habían sobresalido en él. Una quería permanecer fiel a la Ley, a la Promesa, a su vocación histórica, confiando enteramente en Dios. Otra, empero, de poca fe, de poca esperanza, se amedrentaba considerando la nula valía militar y política de los judíos en el mundo antiguo.
Diferentes de todos los pueblos por su raza, su lengua, su Religión, exiguos como población y territorio, estaban los israelitas a punto de ser sumergidos ya antes de Cristo. La mejor estrategia que los partidarios de la politique de la main tendue [política de mano extendida] tenían en la Antigua Ley no consistía en resistir, sino en ceder. De ahí una adaptación del pueblo elegido al mundo gentílico, la penetración subrepticia de doctrinas exóticas en la Sinagoga, la formación de un sacerdocio sin fibra, sin espíritu de sacrificio, dispuesto a todo para vegetar indolentemente a la sombra del Templo, y la propensión de una inmensa mayoría de judíos a seguir esta política.
Los líderes de esta tendencia ocupaban todo, invadían todo, dominaban todo. Con la epopeya de los Macabeos, había terminado la influencia de los partidarios de la integridad israelita. Éstos eran en el tiempo de Cristo apenas unos raros hombres de elección, que aquí y allá suspiraban y lloraban en la sombra, a la espera del Día del Señor. Los otros abrieron los brazos al enemigo dominador. El pueblo elegido había caído también bajo el yugo romano. Era también un fin. La noche, la noche moral del obscurecimiento de todas las verdades, de todas las virtudes, había caído sobre el mundo entero, gentilidad y Sinagoga...

En aquella época tenebrosa...

Fue en ese colmo de males, en ese ambiente opuesto a todo bien, que nació la más santa de las criaturas, la Llena de Gracias, que todas las naciones habrían de llamar Bienaventurada. Pues ya era ésta, en líneas generales, la situación en la época en que vino al mundo la Santísima Virgen.
Las proporciones de un artículo como éste no permiten una descripción pormenorizada del cuadro moral del mundo romano. Lo que además no sería muy necesario, pues ese cuadro es generalmente conocido. En toda la extensión del Imperio, aristocracias nacionales en el último estado de descomposición moral se mezclaban con aventureros enriquecidos en los negocios, en la política o en la guerra, con libertos llevados a la cumbre de la influencia por el favoritismo, con actores y atletas famosos, en una vida de continuos placeres, en que los decadentes traían toda la languidez de su spleen, los aventureros todas las disoluciones de sus apetitos aún mal cebados, los favoritos, los actores y los atletas todo el ambiente de adulación, de insolencia, de intriga, de falsedad, de politiquería gracias al cual se mantenían.
Augusto, en cuyo reinado nació Jesucristo, intentó en vano detener el paso a todos esos abusos, que en su tempo iban tendiendo a afirmarse de modo alarmante. Nada consiguió de duradero.
En contraposición con esta élite —si es que así se la puede llamar— estaba un mundo incontable de esclavos de todas las naciones, de trabajadores manuales miserables, corrompidos al peso de sus propios vicios y de los ejemplos venidos de lo alto. Hambrientos, maltratados, codiciosos, ociosos, querían deponer a sus amos, menos por la indignación que les causaban sus excesos que por el pesar de no poder llevar la misma vida que ellos. Todo un cuadro, en fin, que no es preciso tener gran cultura para conocer, ni mucha finura para sentir en su realidad vital, pues no difiere sensiblemente de los días tenebrosos en que vivimos...

...la Obra Maestra de la naturaleza

Pues bien, mientras esto era el mundo antiguo, ¿quién era la Santísima Virgen, que Dios creó en aquella época de omnímoda decadencia? — La más completa, intransigente, categórica, incontestable y radical antítesis del tiempo.
El vocabulario humano no es suficiente para expresar la santidad de Nuestra Señora. En el orden natural, los santos, los Doctores de la Iglesia la comparan al sol. Pero si hubiese algún astro inconcebiblemente más brillante y más glorioso que el sol, es a ese astro que la compararían. Y acabarían por decir que ese astro daría de Ella una imagen pálida, defectuosa, insuficiente.
En el orden moral, afirman que Ella transcendió ampliamente todas las virtudes, no sólo de todos los varones y matronas insignes de la Antigüedad, sino —lo que es inmensamente más— de todos los santos de la Iglesia Católica. Imagínese una criatura que tenga todo el amor de San Francisco de Asís, todo el celo de Santo Domingo de Guzmán, toda la piedad de San Benito, todo el recogimiento de Santa Teresa, toda la sabiduría de Santo Tomás, toda la intrepidez de San Ignacio, toda la pureza de San Luis Gonzaga, la paciencia de un San Lorenzo, el espíritu de mortificación de todos los anacoretas del desierto: no llegaría a los pies de Nuestra Señora.
Más aún. La gloria de los ángeles tiene algo de incomprensible al intelecto humano. Cierta vez, se le apareció a un santo su Ángel de la Guarda. Tal era su gloria, que el santo pensó que se trataba del propio Dios, y se disponía a adorarlo, cuando el ángel le reveló quién era. Pues bien, los Ángeles de la Guarda no pertenecen habitualmente a las más altas jerarquías celestiales. Y la gloria de Nuestra Señora está inconmensurablemente por encima de todos los coros angélicos.
¿Podría haber contraste mayor entre esta Obra Maestra de la naturaleza y de la gracia, no sólo indescriptible sino hasta inconcebible, y el charco de vicios y miserias que era el mundo antes de Cristo?

La Inmaculada Concepción

A esta criatura dilecta entre todas, superior a todo cuanto fue creado, e inferior solamente a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor Jesucristo, Dios le confirió un privilegio incomparable, que es la Inmaculada Concepción.
En virtud del pecado original, la inteligencia humana se volvió sujeta a errar, la voluntad quedó expuesta a desfallecimientos, la sensibilidad quedó presa de las pasiones desarregladas, el cuerpo por así decirlo fue puesto en estado de rebeldía contra el alma.
Ahora bien, por el privilegio de su Concepción Inmaculada, Nuestra Señora fue preservada de la mancha del pecado original desde el primer instante de su ser. Y, así, en Ella todo era armonía profunda, perfecta, imperturbable. El intelecto jamás expuesto a error, dotado de un entendimiento, una claridad, una agilidad inexpresable, iluminado por las gracias más altas, tenía un conocimiento admirable de las cosas del Cielo y de la Tierra. La voluntad, dócil en todo al intelecto, estaba enteramente vuelta hacia el bien y gobernaba plenamente la sensibilidad, que jamás sentía en sí ni pedía a la voluntad algo que no fuese plenamente justo y conforme a la razón.
Imagínese una voluntad naturalmente tan perfecta, una sensibilidad naturalmente tan irreprensible, ésta y aquélla enriquecidas y super-enriquecidas de gracias inefables, perfectamente correspondidas en todo momento, y se puede tener una idea de lo que era la Santísima Virgen. O, mejor dicho, se puede comprender por qué motivo ni siquiera se es capaz de formar se una idea de lo que la Virgen era.

“Inimicitias ponam”

Dotada de tantas luces naturales y sobrenaturales, Nuestra Señora conoció por cierto la infamia del mundo en sus días. Y con ello sufrió amargamente. Pues cuanto mayor es el amor a la virtud, tanto mayor es el odio al mal.
Ahora bien, María Santísima tenía en sí abismos de amor a la virtud, y, por lo tanto, sentía forzosamente en sí abismos de odio al mal. María era pues enemiga del mundo, al cual vivió ajena, segregada, sin ninguna mezcla ni alianza, vuelta únicamente hacia las cosas de Dios.
El mundo, a su vez, parece no haber comprendido ni amado a María. Pues no consta que le hubiese tributado admiración proporcionada a su hermosura castísima, a su gracia nobilísima, a su trato dulcísimo, a su caridad siempre compasiva, accesible, más abundante que las aguas del mar y más suave que la miel.
¿Y cómo no habría de ser así? ¿Qué comprensión podría haber entre Aquella que era toda del Cielo y aquellos que vivían sólo para la tierra? ¿Aquella que era toda fe, pureza, humildad, nobleza, y aquellos que eran todos idolatría, escepticismo, herejía, concupiscencia, orgullo, vulgaridad? ¿Aquella que era toda sabiduría, razón, equilibrio, sentido perfecto de todas las cosas, templanza absoluta y sin mancha ni sombra, y aquellos que eran todos exceso, extravagancia, desequilibrio, sentido equivocado, cacofónico, contradictorio, hiriente a respecto de todo, e intemperancia crónica, sistemática, vertiginosamente creciente en todo? ¿Aquella que era la fe llevada por una lógica diamantina e inflexible a todas sus consecuencias, y aquellos que eran el error llevado por una lógica infernalmente inexorable, también a sus últimas consecuencias? ¿O aquellos que, renunciando a cualquier lógica, vivían voluntariamente en un pantano de contradicciones, en que todas las verdades se mezclaban y se corrompían en la monstruosa interpenetración con todos los errores que les son contrarios?
Inmaculada es una palabra negativa. Significa etimológicamente la ausencia de mácula, y pues de todo y cualquier error por menor que sea, de todo y cualquier pecado por más leve e insignificante que parezca. Es la integridad absoluta en la fe y en la virtud. Es por lo tanto la intransigencia absoluta, sistemática, irreductible, la aversión completa, profunda, diametral a toda especie de error o de mal. La santa intransigencia en la verdad y en el bien es la ortodoxia, la pureza, al estar en oposición a la heterodoxia y al mal. Por amar a Dios sin medida, Nuestra Señora correspondientemente amó de todo corazón todo cuanto era de Dios. Y porque odió sin medida al mal, odió sin medida a Satanás, a sus pompas y sus obras, al demonio, al mundo y a la carne.
Nuestra Señora de la Concepción es Nuestra Señora de la santa intransigencia.

Verdadero odio y amor

Por esto, Nuestra Señora rezaba sin cesar. Y según tan razonablemente se cree, Ella pedía el advenimiento del Mesías y la gracia de ser una sierva de aquella que fuese escogida para ser Madre de Dios.
Pedía al Mesías, para que viniese Aquel que podría hacer brillar nuevamente la justicia sobre la faz de la Tierra, para que se levantase el Sol divino de todas las virtudes, golpeando por todo el mundo a las tinieblas de la impiedad y del vicio.
Nuestra Señora deseaba, es cierto, que los justos que vivían en la Tierra encontrasen en la venida del Mesías la realización de sus deseos y de sus esperanzas, que los vacilantes se reanimasen, y que de todos los países, de todos los abismos, almas tocadas por la luz de la gracia levantasen vuelo a las más altas cumbres de la santidad. Pues éstas son por excelencia las victorias de Dios, que es la Verdad y el Bien, y las derrotas del demonio, que es el jefe de todo error y de todo mal.
La Virgen quería la gloria de Dios por esa justicia, que es la realización en la Tierra del Orden deseado por el Creador. Pero, pidiendo la venida del Mesías, Ella no ignoraba que Él sería la piedra de escándalo, por la que muchos se salvarían y muchos recibirían también el castigo de su pecado. Este castigo del pecador empedernido, este aniquilamiento del impío obcecado y endurecido, Nuestra Señora también lo deseó de todo corazón, y fue una de las consecuencias de la Redención y de la fundación de la Iglesia, que Ella deseó y pidió como nadie. “Ut inimicus Sanctae Ecclesiae humiliare digneris; te rogamus, audi nos” [Para que os dignéis humillar a los enemigos de la Santa Iglesia; te rogamos, óyenos], canta la Liturgia. Y antes que la Liturgia, por cierto el Corazón Inmaculado de María ya elevó a Dios súplica análoga, por la derrota de los impíos irreductibles.
Admirable ejemplo de verdadero amor, de verdadero odio.

Omnipotencia suplicante

Virgen del Apocalipsis,
Monasterio de la Concepción, Ñaña
Dios quiere las obras. Él fundó la Iglesia para el apostolado. Pero por encima de todo quiere la oración. Pues la oración es la condición de fecundidad de todas las obras. Y quiere como fruto de la oración, la virtud.
Reina de todos los apóstoles, Nuestra Señora es sin embargo principalmente modelo de las almas que rezan y se santifican, la estrella polar de toda meditación y vida interior. Pues, dotada de una virtud inmaculada, Ella hizo siempre lo que era más razonable, y si nunca sintió en sí las agitaciones y los desórdenes de las almas que sólo aman la acción y la agitación, nunca experimentó en sí, tampoco, las apatías y las negligencias de las almas flojas que hacen de la vida interior un cortaviento a fin de disfrazar su indiferencia por la causa de la Iglesia. Su alejamiento del mundo no significó un desinterés por el mundo. ¿Quién hizo más por los impíos y por los pecadores que Aquella que, para salvarlos, voluntariamente consintió en la inmolación crudelísima de su Hijo infinitamente inocente y santo? ¿Quién hizo más por los hombres que Aquella que consiguió que se realizase en sus días la promesa del Salvador?
Pero, confiante sobre todo en la oración y en la vida interior, ¿no nos dio la Reina de los Apóstoles una gran lección de apostolado, haciendo de una y otra su principal instrumento de acción?

Aplicación a nuestros días

Tanto valen a los ojos de Dios las almas que, como Nuestra Señora, poseen el secreto del verdadero amor y del verdadero odio, de la intransigencia perfecta, del celo incesante, del espíritu de renuncia completo, que propiamente son ellas las que pueden atraer al mundo las gracias divinas.
Estamos en una época parecida con la de la venida de Jesucristo a la Tierra. En 1928 escribió el Santo Padre Pío XI que el espectáculo de las desgracias contemporáneas “es tan triste que por estos acontecimientos parecen manifestarse los principios de aquellos dolores que habían de preceder al hombre de pecado que se levanta contra todo lo que se llama Dios o que se adora” (Encíclica Miserentissimus Redemptor, del 8 de mayo de 1928).
¿Qué diría hoy?
Y a nosotros, ¿qué nos compete hacer? — Luchar en todos los terrenos permitidos, con todas las armas lícitas. Pero antes que nada, por encima de todo, confiar en la vida interior y en la oración. Es el gran ejemplo de Nuestra Señora.

El ejemplo de Nuestra Señora, sólo se puede imitar con el auxilio de Ella. Y el auxilio de Nuestra Señora, sólo se puede conseguir con la devoción a Ella. Pues bien, ¿qué mejor forma de devoción a María Santísima puede haber que pedirle, no sólo el amor de Dios y el odio al demonio, sino aquella santa entereza en el amor al bien y en el odio al mal, en una palabra, aquella santa intransigencia que tanto resplandece en su Inmaculada Concepción?  
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