Plinio Corrêa de Oliveira
El
proceso que llevó al hombre medieval rechazar la sacralidad y la respetabilidad
y adoptar de los principios de la Revolución se basa en un tipo de egoísmo que
odia aquellos valores. Es un estado determinado de espíritu que está en la base
de la aceptación de la Revolución, así como de casi todas las herejías.
Hay
niños que, por así decirlo, nacen egoístas. Quieren todo para ellos y
consideran que todo lo que tienen las demás personas les fue robado. Se
entristecen cuando algo bueno les sucede a los demás. Tienen una tendencia a
hablar mal de los demás, e incluso a calumniarlos. Ellos se inclinan a
rebelarse contra la autoridad, ya que les parece que ellos, y nadie más que
ellos, deben tener esa autoridad. También tienen la ambición de ser más que los
demás. No es raro que vayan tan lejos como para preferir dejar de vivir a que
tener a alguien superior a ellos.
Este
género de personas no ve lo sacral como algo muy respetable. Por el contrario,
se rebelan contra lo sacral. Estos son los partidarios naturales de la
Revolución.
LA SACRALIDAD EN LAS
COSAS Y EN EL HOMBRE
La perla representa una nota de distinción |
Lo
sacral es el conjunto de los significados metafísicos y religiosos expresados
en todo lo que es parte del universo creado que refleja la semejanza de Dios.
Cuando
admiramos una perla, por ejemplo, y nos preguntamos lo que representa, concluimos
que la perla es sinónimo de distinción. No obstante, la perla no tiene la
pureza y la magnificencia del diamante o la brillante gloria de las piedras
preciosas. Por lo tanto, se podría decir que simboliza algo menor. Por otra
parte, no representa sólo la simple belleza de una concha, la madre de la
perla, sino que tiene el mismo tipo de belleza que es mucho más. Podemos decir
que la perla trasciende y concentra en sí la belleza de innumerables conchas y
ofrece esto para la admiración del hombre como un símbolo de distinción.
La emperatriz Alexandra usando la famosa tiara de gotas de perlas de los Romanov |
Análogamente,
todo en la creación —en el mundo mineral, vegetal, animal, humano o angelical—
tiene un significado y refleja algo que es más elevado que su composición
física, algo que es metafísico, es decir, que va más allá de lo físico.
Estos
diferentes significados simbólicos, filosóficos y religiosos permean la
realidad visible como una especie de calor o perfume que se puede experimentar
por los sentidos del alma y puede ser explicado por la inteligencia humana.
Ellos nos invitan a hacer un acto de admiración por la cosa en sí misma, un
acto de reconocimiento al Creador que la hizo, y por último, un acto de
gratitud y reverencia.
Debemos
considerar seriamente todo desde esta perspectiva sacral y adaptar
adecuadamente nuestras vidas a ello. Esto requiere una posición normal de
discernir los valores que están contenidos en las cosas creadas y admirar sus
significados. Debemos acostumbrarnos a que las agruparlos para clasificarlos en
un cierto orden, y por lo tanto, componer todo un panorama interno que cada uno
de nosotros está llamado a tener de Dios y de la creación.
Esto
es lo que llamamos sacral: lo sacral en las cosas creadas, y lo sacral en la
actitud del hombre.
Sin
duda, mirar el mundo de esta manera requiere esfuerzo, sufrimiento y
dedicación.
UNA MENTALIDAD
REBELDE HIZO QUE NACIERA LA REVOLUCIÓN
La
clase de niños malos que hemos descrito, sin embargo, considera la vida bajo un
enfoque diferente. Con respecto al afecto de sus padres, ellos dicen: “Ustedes
son una molestia en mi vida. Vuestra ternura hacia mí pide una retribución que
no quiero dar. Incluso si ustedes me dieran muchas cosas sin pedir nada a
cambio, yo todavía no gustaría de ustedes. Sin embargo, vuestra forma de ternura
pide una retribución de mi parte, incluso si ésta no es vuestra intención. Esto
me molesta y me desagrada”[1].
Años
más tarde, este mismo niño, ahora un joven, añadirá: “Vuestra respetabilidad es
un obstáculo para que trepe a los rangos más altos y me impide disfrutar de la
vida. Prefiero ser informal, relajado, totalmente espontáneo y casual. Esto me
permitirá subir a mejores situaciones, disfrutar de la vida, y divertirme de
todo junto con todos los demás. Por lo tanto, yo os rechazo – vuestra sacralidad,
respetabilidad y religión”.
Wyklif, precursor del protestantismo, odiaba el esplendor y la pompa de la Iglesia Católica |
En
la Edad Media, hubo momentos en que esta mentalidad se expandió y aparecieron
herejías. Las bases que se adhirieron a tales herejías se componían de personas
que tenían esta tendencia. Ellos odiaban la sacralidad y la respetabilidad, así
como también odiaban a nuestro Señor Jesucristo y su Iglesia. Nuestro Señor suscitó
este tipo de odio, como lo hizo la Iglesia. Es así que, con esto podemos entender
el odio de los judíos y de los emperadores romanos en contra de ambos. Las
herejías también se alimentaron de esta rebelión y odio.
Esas
personas sublevadas querían destruir esta atmósfera sacral. Ellos también quisieron
acabar con aquellos que la aman. Dado que Christianus
alter Christus [un cristiano es otro Cristo], quisieron destruir todos los
católico y la cristiandad, la cual representaba la victoria de la mentalidad
sacral que Cristo vino a implantar sobre la tierra.
Este
proceso de maldad humana se incrementó por el apoyo activo del diablo. Ello
explica cómo, en el ápice de bien que la cristiandad había alcanzado en la Edad
Media, muchas herejías aparecieron – principalmente la Revolución, que es una
enorme herejía que trabajó muy metódicamente y logró arrastrar a la gran
mayoría de la cristiandad.
LA MENTALIDAD LIBERAL
– UN CÓMPLICE IMPRESCINDIBLE DE LA REVOLUCIÓN
Cuando
un hombre pierde la noción de la gran maldad de la Revolución y sus obras,
entonces todo lo malo se vuelve posible. El liberal tiene una especie de
optimismo tonto que dicta que debe tener en cuenta el lado bueno incluso de los
peores revolucionarios. Para él, todo el mundo debería ser considerado como
bueno, excepto un grupo, nosotros, los contrarrevolucionarios. En la medida en
que un hombre piensa que todo hombre malo es bueno, él juzga que todo hombre
bueno es malo. Si se da la oportunidad, él nos destruiría.
Esto
explica por qué las herejías en la Edad Media fueron aceptadas por muchos
hombres “moderados”. Incluso hoy en día, el liberalismo y la tolerancia mal
interpretada constituyen la base de los peores aspectos del mal que se difunden
en la opinión pública.
LAS HEREJÍAS Y EL
MISERABILISMO
Yo
creo que las herejías medievales se opusieron a la pompa y la ceremonia externa
de la Iglesia Católica – a esto lo llamamos miserabilismo – porque es característico de la herejía ser
contraria a la gloria de Dios.
Este
particular tipo de niños que he descrito, que se rebelaron contra el orden de
la creación y se volcaron hacia su propia ambición y placeres termina por ser
miserabilista. ¿Cómo sucede esto?
En 1674, Luis XIV recibiendo al príncipe de Condé, desde su exilio en la escalera de los embajadores en Versalles - pintura de Jean-Leon Gerome |
Les
daré un ejemplo histórico. La Revolución comenzó ofreciendo a los hombres una
vida de placer, llena de lujo y la pompa se volvió hacia su propia
glorificación. Esto produjo el Renacimiento, que a su vez produjo el Antiguo
Régimen en Francia. Luis XIV representó el ápice de este proceso de disfrutar
de una vida de placer. En general Europa siguió en la misma línea.
Al
final del largo reinado de Luis XIV, la sociedad estaba harta de la grandeza y
la belleza. Desde esta periodo en adelante, todo comenzó a ser más pequeño y
menos grandioso, simplemente agradable y encantador. Era la época de Luis XV.
Él representó el abandono de la magnificencia y el inicio del proceso de
deslizarse por la rampa del miserabilismo.
En
Versalles, Luis XIV construyó la famosa escalier
des Ambassadeurs [la escalera de los embajadores]. Era una magnífica escalera
que los embajadores de los otros países tenían que subir para entrar en salas
de recepción del rey y presentar sus credenciales. La construyó con el mayor
esplendor posible, a fin de producir una fuerte impresión en ellos, una
impresión que ellos transmitirían a sus respectivos soberanos. Era una cosa
fenomenal de acuerdo con las descripciones de la época. [En 1989 fue
restaurada, pero de una manera mucho más pobre. Los dos balcones para que los
nobles observaran el movimiento en la escalera —véase la reproducción por
Gerome— fueron sustituidos por pinturas en estilo art deco].
La Marble House (arriba y abajo) en Rhode Island, refleja la pompa y esplendor de familias aristocráticas norteamericanas |
Luis
XV demolió la Escalera de Embajadores y
reformó una parte de Versalles para construir encantadoras habitaciones
pequeñas de acuerdo a su gusto. Ellos eran una delicia en su delicadeza, pero
la grandeza se había ido para siempre. Luis XVI continuó a lo largo de estas
mismas líneas. La hipertrofia de la vida de placer llegó a su ápice y, a
continuación, comenzó a decaer.
Por
contraste, ello generó la Revolución Francesa, que destruyó casi por completo
esa vida. Así, los placeres del Renacimiento producirían su contrario, es
decir, el odio de la Revolución Francesa por la pompa y la ceremonia. De esta
manera el miserabilismo se instaló en la sociedad, esperando el momento en que
el Concilio Vaticano II sería instalarlo en la Iglesia Católica.
Yo creo que algo así
ocurrió en la historia de los Estados Unidos también. Cuando uno analiza esos
palacios en Rhode Island, vemos que ellos pertenecían a una clase social muy
rica que quería vivir en la pompa y el esplendor. He oído que muchas de esas
casas se transformaron en museos, otras fueron vendidas, y otras habrían sido
destruidas si la ciudad no hubiera intervenido para evitarlo. Posiblemente los
descendientes de las
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