lunes, 21 de julio de 2014

El estado de mentalidad que generó la Revolución

Plinio Corrêa de Oliveira

El proceso que llevó al hombre medieval rechazar la sacralidad y la respetabilidad y adoptar de los principios de la Revolución se basa en un tipo de egoísmo que odia aquellos valores. Es un estado determinado de espíritu que está en la base de la aceptación de la Revolución, así como de casi todas las herejías.
Hay niños que, por así decirlo, nacen egoístas. Quieren todo para ellos y consideran que todo lo que tienen las demás personas les fue robado. Se entristecen cuando algo bueno les sucede a los demás. Tienen una tendencia a hablar mal de los demás, e incluso a calumniarlos. Ellos se inclinan a rebelarse contra la autoridad, ya que les parece que ellos, y nadie más que ellos, deben tener esa autoridad. También tienen la ambición de ser más que los demás. No es raro que vayan tan lejos como para preferir dejar de vivir a que tener a alguien superior a ellos.
Este género de personas no ve lo sacral como algo muy respetable. Por el contrario, se rebelan contra lo sacral. Estos son los partidarios naturales de la Revolución.

LA SACRALIDAD EN LAS COSAS Y EN EL HOMBRE

La perla representa una nota de distinción
Lo sacral es el conjunto de los significados metafísicos y religiosos expresados en todo lo que es parte del universo creado que refleja la semejanza de Dios.
Cuando admiramos una perla, por ejemplo, y nos preguntamos lo que representa, concluimos que la perla es sinónimo de distinción. No obstante, la perla no tiene la pureza y la magnificencia del diamante o la brillante gloria de las piedras preciosas. Por lo tanto, se podría decir que simboliza algo menor. Por otra parte, no representa sólo la simple belleza de una concha, la madre de la perla, sino que tiene el mismo tipo de belleza que es mucho más. Podemos decir que la perla trasciende y concentra en sí la belleza de innumerables conchas y ofrece esto para la admiración del hombre como un símbolo de distinción.
La emperatriz Alexandra usando la famosa tiara de gotas
de perlas de los Romanov
Análogamente, todo en la creación —en el mundo mineral, vegetal, animal, humano o angelical— tiene un significado y refleja algo que es más elevado que su composición física, algo que es metafísico, es decir, que va más allá de lo físico.
Estos diferentes significados simbólicos, filosóficos y religiosos permean la realidad visible como una especie de calor o perfume que se puede experimentar por los sentidos del alma y puede ser explicado por la inteligencia humana. Ellos nos invitan a hacer un acto de admiración por la cosa en sí misma, un acto de reconocimiento al Creador que la hizo, y por último, un acto de gratitud y reverencia.
Debemos considerar seriamente todo desde esta perspectiva sacral y adaptar adecuadamente nuestras vidas a ello. Esto requiere una posición normal de discernir los valores que están contenidos en las cosas creadas y admirar sus significados. Debemos acostumbrarnos a que las agruparlos para clasificarlos en un cierto orden, y por lo tanto, componer todo un panorama interno que cada uno de nosotros está llamado a tener de Dios y de la creación.
Esto es lo que llamamos sacral: lo sacral en las cosas creadas, y lo sacral en la actitud del hombre.
Sin duda, mirar el mundo de esta manera requiere esfuerzo, sufrimiento y dedicación.

UNA MENTALIDAD REBELDE HIZO QUE NACIERA LA REVOLUCIÓN

La clase de niños malos que hemos descrito, sin embargo, considera la vida bajo un enfoque diferente. Con respecto al afecto de sus padres, ellos dicen: “Ustedes son una molestia en mi vida. Vuestra ternura hacia mí pide una retribución que no quiero dar. Incluso si ustedes me dieran muchas cosas sin pedir nada a cambio, yo todavía no gustaría de ustedes. Sin embargo, vuestra forma de ternura pide una retribución de mi parte, incluso si ésta no es vuestra intención. Esto me molesta y me desagrada”[1].
Años más tarde, este mismo niño, ahora un joven, añadirá: “Vuestra respetabilidad es un obstáculo para que trepe a los rangos más altos y me impide disfrutar de la vida. Prefiero ser informal, relajado, totalmente espontáneo y casual. Esto me permitirá subir a mejores situaciones, disfrutar de la vida, y divertirme de todo junto con todos los demás. Por lo tanto, yo os rechazo – vuestra sacralidad, respetabilidad y religión”.
Wyklif, precursor del protestantismo, odiaba
el esplendor y la pompa de la Iglesia Católica
En la Edad Media, hubo momentos en que esta mentalidad se expandió y aparecieron herejías. Las bases que se adhirieron a tales herejías se componían de personas que tenían esta tendencia. Ellos odiaban la sacralidad y la respetabilidad, así como también odiaban a nuestro Señor Jesucristo y su Iglesia. Nuestro Señor suscitó este tipo de odio, como lo hizo la Iglesia. Es así que, con esto podemos entender el odio de los judíos y de los emperadores romanos en contra de ambos. Las herejías también se alimentaron de esta rebelión y odio.
Esas personas sublevadas querían destruir esta atmósfera sacral. Ellos también quisieron acabar con aquellos que la aman. Dado que Christianus alter Christus [un cristiano es otro Cristo], quisieron destruir todos los católico y la cristiandad, la cual representaba la victoria de la mentalidad sacral que Cristo vino a implantar sobre la tierra.
Este proceso de maldad humana se incrementó por el apoyo activo del diablo. Ello explica cómo, en el ápice de bien que la cristiandad había alcanzado en la Edad Media, muchas herejías aparecieron – principalmente la Revolución, que es una enorme herejía que trabajó muy metódicamente y logró arrastrar a la gran mayoría de la cristiandad.

LA MENTALIDAD LIBERAL – UN CÓMPLICE IMPRESCINDIBLE DE LA REVOLUCIÓN

Cuando un hombre pierde la noción de la gran maldad de la Revolución y sus obras, entonces todo lo malo se vuelve posible. El liberal tiene una especie de optimismo tonto que dicta que debe tener en cuenta el lado bueno incluso de los peores revolucionarios. Para él, todo el mundo debería ser considerado como bueno, excepto un grupo, nosotros, los contrarrevolucionarios. En la medida en que un hombre piensa que todo hombre malo es bueno, él juzga que todo hombre bueno es malo. Si se da la oportunidad, él nos destruiría.
Esto explica por qué las herejías en la Edad Media fueron aceptadas por muchos hombres “moderados”. Incluso hoy en día, el liberalismo y la tolerancia mal interpretada constituyen la base de los peores aspectos del mal que se difunden en la opinión pública.

LAS HEREJÍAS Y EL MISERABILISMO

Yo creo que las herejías medievales se opusieron a la pompa y la ceremonia externa de la Iglesia Católica – a esto lo llamamos miserabilismo –  porque es característico de la herejía ser contraria a la gloria de Dios.
Este particular tipo de niños que he descrito, que se rebelaron contra el orden de la creación y se volcaron hacia su propia ambición y placeres termina por ser miserabilista. ¿Cómo sucede esto?
En 1674, Luis XIV recibiendo al príncipe de Condé, desde su exilio en la
escalera de los embajadores en Versalles - pintura de Jean-Leon Gerome
Les daré un ejemplo histórico. La Revolución comenzó ofreciendo a los hombres una vida de placer, llena de lujo y la pompa se volvió hacia su propia glorificación. Esto produjo el Renacimiento, que a su vez produjo el Antiguo Régimen en Francia. Luis XIV representó el ápice de este proceso de disfrutar de una vida de placer. En general Europa siguió en la misma línea.
Al final del largo reinado de Luis XIV, la sociedad estaba harta de la grandeza y la belleza. Desde esta periodo en adelante, todo comenzó a ser más pequeño y menos grandioso, simplemente agradable y encantador. Era la época de Luis XV. Él representó el abandono de la magnificencia y el inicio del proceso de deslizarse por la rampa del miserabilismo.
En Versalles, Luis XIV construyó la famosa escalier des Ambassadeurs [la escalera de los embajadores]. Era una magnífica escalera que los embajadores de los otros países tenían que subir para entrar en salas de recepción del rey y presentar sus credenciales. La construyó con el mayor esplendor posible, a fin de producir una fuerte impresión en ellos, una impresión que ellos transmitirían a sus respectivos soberanos. Era una cosa fenomenal de acuerdo con las descripciones de la época. [En 1989 fue restaurada, pero de una manera mucho más pobre. Los dos balcones para que los nobles observaran el movimiento en la escalera —véase la reproducción por Gerome— fueron sustituidos por pinturas en estilo art deco].
La Marble House (arriba y abajo) en Rhode Island, refleja la
pompa y esplendor de familias aristocráticas norteamericanas
Luis XV demolió la  Escalera de Embajadores y reformó una parte de Versalles para construir encantadoras habitaciones pequeñas de acuerdo a su gusto. Ellos eran una delicia en su delicadeza, pero la grandeza se había ido para siempre. Luis XVI continuó a lo largo de estas mismas líneas. La hipertrofia de la vida de placer llegó a su ápice y, a continuación, comenzó a decaer.
Por contraste, ello generó la Revolución Francesa, que destruyó casi por completo esa vida. Así, los placeres del Renacimiento producirían su contrario, es decir, el odio de la Revolución Francesa por la pompa y la ceremonia. De esta manera el miserabilismo se instaló en la sociedad, esperando el momento en que el Concilio Vaticano II sería instalarlo en la Iglesia Católica.

Yo creo que algo así ocurrió en la historia de los Estados Unidos también. Cuando uno analiza esos palacios en Rhode Island, vemos que ellos pertenecían a una clase social muy rica que quería vivir en la pompa y el esplendor. He oído que muchas de esas casas se transformaron en museos, otras fueron vendidas, y otras habrían sido destruidas si la ciudad no hubiera intervenido para evitarlo. Posiblemente los descendientes de las
familias todavía tienen fincas o apartamentos muy ricos y cómodos, pero la pompa de antaño se ha ido. La pompa y el esplendor cayeron, y miserabilismo entró en escena.



[1] Es la típica mentalidad del hijo mal agradecido.

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