lunes, 12 de mayo de 2014

Carlomagno según el pinto Albrecht Durero

En el famoso cuadro del pintor alemán Albrecht Durero (1471-1528), el artista imaginó, en 1512 por lo tanto muchos siglos después a Carlomagno entre la edad madura y en el comienzo de la vejez.

En el famoso cuadro del pintor alemán Albrecht Durero (1471-1528), el artista imaginó, en 1512

Su bigote todavía es, en parte, castaño rubio, pero una parte ya es canosa y completamente blanca.

Su mirada es de un hombre experimentado, que está prevenido para ver al venir al adversario desde cualquier frente y en cualquier momento.

Él está seguro de sí mismo como un Himalaya. Toda su mirada revela la continua vigilancia; pero todo el modo de ser, su rostro, su cuerpo, todo lo demás indica la continua estabilidad, la continua distancia psíquica: “si es necesario lo haremos. Pero ahora estoy tranquilo. Y en la hora del combate, no dejaré de estar tranquilo, porque confío en Dios, mi Señor”.

Una corona magnífica, llena de joyas que no han sido pulidas —en esa época no se pulían las piedras— que se guarda hoy en día, de hecho, en el Schatz Kammer, la cámara del tesoro imperial, en el palacio imperial de Viena.

Y un maravilloso manto de brocado, con el águila ornamental imperial en algunos puntos. Se diría que el águila es él, y él es entre los hombres lo que el águila es entre los pájaros.

La corona tiene encima la cruz de nuestro Señor Jesucristo; así como la cruz estuvo en la cima del Calvario, en la cima de esa gloria también toda resplandeciente.

Esa cruz es, al mismo tiempo, la memoria de adoración a nuestro Redentor y Creador.

Pero, por otro lado, también es la glorificación, casi un acto de reparación: porque hicieron para Él una cruz, negra, dura, un instrumento de suplicio, de humillación, con la que quisieron difamarlo.

Ahora está en la cima de la corona imperial en oro y piedras preciosas. ¡Para glorificarlo! Como si alguien dijera: “¡verdugos miserables, que hicisteis lo que hicisteis, aquí está el Sacro Imperio Romano entero, sobre mi frente, ofreciendo un acto de reparación!”

(Plinio Corrêa de Oliveira, extractos de una conferencia pronunciada el 22/2/86. Si revisión del autor)


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