Plinio Corrêa del Oliveira
En los Estados Unidos (como
también en otros países), la familia real inglesa goza de un gran prestigio.
Muchos norteamericanos se interesan en lo que hace la familia real e
inconscientemente la tienen como un modelo de clase y buen gusto digno de ser
imitado. No obstante, en sus convicciones políticas los norteamericanos son muy
republicanos. Son tan vehementes de su separación de Inglaterra que incluso la
iglesia anglicana en los EE.UU. tuvo que cambiar su nombre a iglesia episcopal
después de la guerra con Inglaterra para no recordarse de su antigua
dependencia.
El duque y la
duquesa de Cambridge recibida
en una ceremonia oficial de bienvenida
en Los
Ángeles el 2011
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Entonces,
¿cómo puede explicarse que
cuando los miembros de la Familia Real visitan los EE.UU. se convierte en noticia que atrae una
gran atención? Todo lo que ellos hacen es seguido con el tipo de interés que se presta a las estrellas de cine más populares.
Yo
explicaría esto diciendo que un “espíritu” de la monarquía se mantiene en la mentalidad americana y alimenta su interés por los miembros de la realeza. ¿Qué quiero decir con “espíritu”? Es un estado de espíritu, una nostalgia, una simpatía; es una esperanza
no del todo basada en la razón que tiene esa fuerte resistencia que tienen
los hábitos. No es una convicción
racional, pero que puede adquirir algunas de las características del esplendor y la belleza de un ideal. Algunos sociólogos lo llaman
mito. Yo diría que es una especie dentro del género de los mitos.
Algunos
pueblos de los Balcanes, que
se vieron forzados a hacerse comunistas por las imposiciones de los tratados de Yalta y Potsdam, actualmente tienen una nostalgia por los Habsburgo, por la antigua doble monarquía Austro-Húngara
de la que solían ser súbditos, o tienen
nostalgias por sus propias monarquías
independientes, según el caso. Esto explica en parte el por qué, después de la caída del Telón de Acero,
estos países están invitando a sus antiguas
familias reales, que vivían
en el exilio, para regresar. Ellos están devolviendo algunas de las
propiedades expropiadas a las
familias reales por los
comunistas y los invitan a asumir posiciones de prestigio en la vida política y social de sus países.
A
diferencia de un partido monárquico, ellos no se esfuerzan por restaurar la monarquía. Ellos sólo quieren
restaurar a sus antiguas familias reales en los lugares de honor y dignidad. El espíritu de sus antiguas monarquías está trabajando inconscientemente en las mentalidades de esos pueblos.
Yo diría que cuando el mito de
un pueblo o la costumbre son
por alguna razón repentinamente desarraigados, la nostalgia permanece en la forma de un espíritu.
El rol de los mitos en el nacimiento del Imperio Romano
En una sociedad orgánica, hay una interacción
entre el nacimiento de un pueblo y su
adhesión unánime a algunos mitos. Comprender esto es uno de los temas más interesantes y misteriosos que podemos estudiar en la historia de los pueblos.
El pueblo da la
bienvenida de regreso al rey Simeón II
de Bulgaria después de 50 años de exilio
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En las pequeñas células que
dan origen a unidades más grandes ―aquellos grupos de familias que se convierten en
clanes― todos los miembros tienen
ciertas convicciones semi-religiosas que aceptan como evidente. Ellos basan su historia en la creencia en una aparición o revelación ―a menudo falsa
y errónea― mezclada con las
leyendas locales. Esta creencia no se basa en hechos articulados. Sin embargo, incluso sin documentos o pruebas de cualquier clase,
ellos creen en ese mito como un hecho
evidente. Existe un curioso consenso
unánime de creencia que no es racional, pero es admitido por todos como indiscutible.
Las costumbres religioso-sociales generadas por
esa creencia llevan una semilla que se puede desarrollar mucho más,
incluso en una utopía. Si por alguna
razón este mito-convicción o utopía es arrancado de raíz, no se destruye,
sino que permanece en estado de espíritu. Por ejemplo, casi todos los clanes paganos tienen leyes consuetudinarias que nacen de costumbres de este tipo.
A medida
que la sociedad se
hace más grande, su legislación se
desarrolla sobre la base de esas
primeras convicciones sostenidas unánimemente.
A través del proceso de crecimiento y
maduración, los miembros del
grupo no exigen una base racional para esas creencias. Ni siquiera es un tema de discusión entre ellos. Esos primeros “hechos” acerca de sí mismos son asumidos como evidentes.
Al igual
que los otros antiguos pueblos
paganos, los romanos nacieron de
la unión de pequeños grupos de familias que vivían en los territorios rurales y
se casaban entre ellos. Entonces,
los miembros del grupo A comenzaron a
casarse con miembros de un grupo similar B, luego C y D. Estos pequeños grupos de familias relacionadas entre sí formaban un grupo de personas unidas
por lazos familiares. Cuando
el número de personas que viven en
estos grupos rurales se hicieron más
grandes, ellos tenían la
tendencia a establecer un centro para
sus grupos: Esto llevó al
nacimiento de la ciudad. Por lo
tanto, los grupos rurales comenzaron
a estructurarse en torno a la ciudad. Esto describe los orígenes de Roma.
Quirino fue un antiguo dios
romano, más o menos identificado con Rómulo, el legendario fundador de la ciudad. La legislación en el primer sistema legal en Roma se llamaba Ius Quiritium, o Ley Quirinia.
Esas leyes se aplicaron a los primeros habitantes que adoraban a Quirino. Pero, como otros pueblos llegaron a Roma, los jueces se dieron cuenta que no se podría aplicar la misma ley a ambos de esos primeros ciudadanos e inmigrantes, ya que este último
tenía sus propios dioses y mitos o ninguno en absoluto.
Por lo
tanto, Roma se convirtió en una gran ciudad con dos tipos de habitantes: los Quirinianos,
los antiguos seguidores de Quirino
que habían fundado la ciudad y que representaba a la clase noble, y los demás habitantes de distintos orígenes que habían venido a vivir a Roma. Estos
últimos incluían todo tipo de
hombres, desde buenos trabajadores manuales hasta aventureros, esclavos liberados y delincuentes. La antigua nobleza se mantenía aparte de esta nueva clase. Consecuentemente, comenzó
a existir dos tipos de ley: una para los antiguos ciudadanos de Roma, que adoraban a Quirino, y otra para
gobernar a los demás. La primera
fue la Ius Quiritium, y la segunda,
la Ius Gentium,
la Ley de las Naciones aplicada a los forasteros.
Graciano
compiló las leyes de la Iglesia en la Edad Media
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La
Ius Gentium eventualmente pasó a ser aplicada a todo el Imperio Romano. Llegó a ser tan
perfecta, proveyendo tan bien para
los derechos y necesidades de los
pueblos, que se convirtió en un
excelente espejo de la Ley Natural. Ella se volvió mucho mejor que las leyes que se aplican específicamente a los patricios romanos,
una complicada red de excepciones,
privilegios y contradicciones. Más tarde, los propios patricios
abandonaron la Ius Quiritium y la remplazaron con el Ius Civile,
el Derecho Civil, con muchas partes tomadas de la Ius Gentium.
Esta ley estaba tan bien hecha que la Iglesia juzgó que tenía muchos desarrollos
naturales de los Diez Mandamientos.
Cuando la Iglesia dejó las catacumbas,
ella adoptó ese Derecho Romano, lo
purificó de sus errores
paganos y lo convirtió en Ley por excelencia. Ella también la aplicó a
sí misma y la convirtió en la base de su Derecho Canónico. Fue este Derecho Romano purificado que los hombres medievales adoptaron como un buen fruto de la civilización romana para ser conservado. Hasta hoy en las Facultades de Derecho, se enseña el Derecho Romano como
el fundamento de toda ley civilizada.
Nadie pensaría en enseñar la ley de los upanishads,
los vedas o los incas para instruir a los estudiantes. Fue el genio que los romanos tenían por la ley que hicieron universal su Derecho Romano.
Por lo
tanto, lo que comenzó como un defectuoso mito
religioso pagano en el comienzo
de la historia de Roma generó las
costumbres y leyes que regían toda
la ciudad de Roma. Esta ley,
debido a circunstancias históricas únicas,
generó el Ius Gentium y el Ius Civile, que serían los
mejores frutos de la civilización romana.
El espíritu del Imperio Romano después
de su caída
El Derecho
Romano fue también una
consecuencia de la idea romana
de Imperio. Puesto que los romanos carecían de los medios fáciles de comunicación que tenemos hoy en día, su imperio respetó
mucho las autonomías regionales
y las culturas de cada una de sus
provincias y no interfería
en las costumbres locales. Así,
en muchos puntos su Imperio estaba
de acuerdo con la Ley Natural.
Alguien me podría preguntar: Después de que los
bárbaros destruyeron el Imperio Romano en Occidente, ¿fue su espíritu que dio origen al Sacro Imperio
Romano Germano?
En cierto
modo se podría decir
que sí, de otro modo, no.
El Imperio
Romano había estado muerto por más de 300 años cuando Carlomagno fue coronado
en el año 800. Este fue un largo período de tiempo.
Alguien podría decir que fue el espíritu
del Imperio Romano que se cernía a
través de los siglos sobre
las ciudades romanas destruidas y las tribus bárbaras. Por
lo tanto, diría que fue este espíritu
el que inspiró el renacimiento
del Imperio.
Por otro
lado, cuando el Papa San León II coronó a Carlomagno, él quiso que Carlomagno asumiera el cargo de emperador
que estaba vacío, y no para hacer otro imperio. En ese tiempo casi todo el mundo considera que el Imperio Romano como que
seguía vivo; y en realidad estaba bastante
vivo en Oriente. Por
lo que puedo ver, todo el mundo aceptó
a Carlomagno como un nuevo emperador romano. Carlomagno mismo veía las cosas de esta manera. Por ello, el Sacro Imperio Romano Germano
tenía el nombre romano en él.
Aunque la
realidad política que surgió fue mucho más rica y más
perfecta que el Imperio Romano, porque
estaba volcada para la gloria de Dios y la exaltación de la Iglesia, su ideal y raíz natural
y el del Imperio Romano. Por lo tanto, yo diría que no es propiamente hablando un espíritu, sino una continuación del mismo ideal natural.
La
influencia de los legistas
hizo famosa a la Universidad de Bolonia,
por su enseñanza del Derecho
Romano
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Si
ustedes quieren un ejemplo de un espíritu
romana menos discutible,
tenemos el espíritu del Derecho Romano
que fue manipulado por los
legistas, una escuela de juristas de finales de la Edad Media, una
especie de francmasonería, que interpretó
el Derecho Romano de una forma teórico y artificial. La
estructura orgánica del Estado medieval
se había vuelto muy diferente que el del
Estado romano. El feudalismo
fue un sistema que fomentó pequeñas unidades políticas y características regionales incomparablemente más que los romanos. Cada reino de la cristiandad era un mosaico de unidades orgánicas que desarrollaron sus asseitas[1] tanto como sea posible.
Se
trataba de destruir ese orden
político magnífico por lo que los
legistas se esforzaron por restablecer
el Derecho Romano. Por tanto,
ellos utilizaron el espíritu del Derecho Romano para
defender la centralización del poder en manos de los reyes e
implantar una ley uniforme para
todos. Ellos torcieron el Derecho
Romano para satisfacer sus propósitos revolucionarios. A partir de este movimiento revolucionario nació el Derecho
moderno con todas sus deformaciones.
Véase la primera parte de
esta serie “Discerniendo el dinamismo delos individuos y de los pueblos”, la segunda parte “Discerniendo los roleshistóricos de las naciones”, la tercera parte “Pueblos que desaparecen, pueblos que permanecen” y la cuarta “¿Cómo un pueblo cumple con su vocación?”
haciendo clic aquí y aquí y aquí.y aquí
Fuente: TIA
[1] Asseitas o aseitas en
lenguaje escolástico es la
característica del ser que existe
per se (a se) y no por otra (ad alio), en su sentido propio, es el carácter del
ser que es per se, id est, cuya la existencia no proviene de otro; es increado. Es
un atributo propio de Dios. En
su sentido lato, es el carácter
de lo que es per se, que tiene su
propia existencia (Pablo Fouquié,
Dictionnaire de la Langue Philosophique, París: PUF, 1962). En el texto asseitas se
utiliza analógicamente como la
característica ontológica principal que Dios le dio a
un hombre que él tiene
que desarrollar con el fin de realizarse
perfectamente a sí mismo y a la misión divina que Dios le dio.
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