jueves, 28 de mayo de 2015

La verdadera devoción a Nuestra Señora: roldana que conduce al cielo

Plinio Corrêa de Oliveira
Extracto de una conferencia - 24 de mayo de 1995


Imagen de Nuestra Señora Auxiliadora en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Sao Paulo, Brasil

La idea de auxilio evoca la idea de necesidad, pues sólo pide auxilio aquel que está en situación de necesidad; el hombre que no está en necesidad no necesita de auxilio.
Sólo es auxiliadora Aquella que tiene como función normal, como misión propia, como trazo característico de su personalidad, el hecho de ser auxiliadora. Y Nuestra Señora es, por excelencia, auxiliadora, es Aquella que auxilia a todos, de todos los modos, en todas las circunstancias y en todos los lugares. Para eso, Ella tiene que estar dotada de una riqueza que es simplemente fabulosa, y de una bondad aún más extraordinaria que su propia riqueza.

Auxiliadora incluso de los hijos ingratos

De manera que jamás Ella se cansa de dar, jamás se cansa de perdonar; y el perdón es uno de sus dones tan inmensamente preciosos, que, después de haber perdonado mucho, aún tiene para aquel que la ofendió una sonrisa de piedad, cuando él la invoca y pide misericordia.

De ese modo el hijo comienza a venerar a Nuestra Señora en cuanto Auxiliadora y queda vinculado a Ella la vida entera, porque tal Madre siempre lo auxilia más y le da fuerzas para pedir aún más auxilio. Es una especie de polea que conduce hasta el cielo, mediante la cual como que por una cuerda misteriosa, Nuestra Señora va tirando a la persona para el paraíso celestial. Es preciso, simplemente, que la persona quiera agarrarse a la cuerda que fue lanzada por Nuestra Señora, la Auxiliadora de los cristianos.

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