Las órdenes militares, fundadas
durante las cruzadas, crearon
hospitales por toda Europa.
Hospital de Beaune, Francia |
João de Würzburg, sacerdote alemán,
quedó pasmado con lo que vio ahí.
“La casa —escribió él— alimenta
tantos individuos fuera de ella cuanto dentro, y da un tan gran número de
limosnas a los pobres, sea a los que llegan hasta la puerta, sea a los que quedan
del lado de fuera, que ciertamente el total de los gastos no puede ser contado,
ni siquiera por los administradores y dispensarios de la casa”.
Hospital para peregrinos, León, Castilla, España |
Raymond du Puy, prior de los
caballeros hospitalarios, incitó a los monjes guerreros a hacer sacrificios
heroicos por “nuestros señores, los pobres”.
“Cuando los pobres llegan —dice el
artículo 16 del decreto de du Puy— así deben ser acogidos: que reciban el Santo
Sacramento, después de haber confesado primero sus pecados al sacerdote, y después
sean llevados a la cama, como si fuese un Señor”.
El decreto de du Puy se convirtió
en un marco en el desarrollo de los hospitales.
El hospital de Jerusalén inspiró
una red de hospitales similares en Europa.
En el siglo XII se parecían más a
los hospitales modernos que con los antiguos hospicios.
El de San Juan de Jerusalén impresionaba
por el profesionalismo, organización y disciplina. Cada día el enfermo debía ser
visitado dos veces por los médicos, ser lavado y tomar sus comidas.
Hospital para los peregrinos hoy Parador Nacional de San Marcos, León, España. |
El protestante Enrique VIII cerró
los monasterios y confiscó sus propiedades en Inglaterra bajo la falsa acusación
de que eran fuente de escándalo e inmoralidad.
Desapareció entonces la caridad
para con los necesitados.
La redistribución de las tierras de
las abadías trajo “la ruina para incontables millares de los más pobres de los campesinos;
la quiebra de pequeñas comunidades, que eran su mundo, y la verdadera miseria
pasó a ser su futuro”. La desesperación popular avivó los motines populares de
1536.
Idéntico o peor mal hizo la
Revolución francesa. En 1789, el gobierno revolucionario confiscó las
propiedades de la Iglesia. En 1847, más de medio siglo después, Francia tenía
47% menos de hospitales de que el año de la confiscación.
Fuente: Gloria de la Edad Media
Fuente: Gloria de la Edad Media
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