martes, 16 de septiembre de 2014

Creación de las universidades en la época medieval

Muchos aún repiten el viejo “cliché” de que la Edad Media fue una época de tinieblas, ignorancia, superstición y represión intelectual.
Pero no es preciso ir muy lejos para verificar lo contrario.
Basta considerar una de las máximas realizaciones medievales: las universidades.
Además, fue un aporte exclusivo a la historia. Ni Grecia o Roma conocieron algo parecido.
La Cátedra de Pedro fue la mayor y más decidida protectora de las universidades. El diploma de maestro, otorgado por universidades como las de Bolonia, Oxford y París, daba derecho a enseñar en todo el mundo.

Gregorio IX

La primera que obtuvo este poder fue la universidad de Toulouse, en Francia, de las manos del papa Gregorio IX, en 1233.
La Iglesia protegió a los universitarios con los beneficios del clero. Los estudiantes de la Sorbona disponían de un tribunal especial para oír sus causas.
En la bula Parens Scientiarum, Gregorio IX confirmó a la Universidad de París el derecho a un gobierno autónomo y a fijar sus propias reglas, cursos y estudios.
También la emancipó de la tutela de los obispos y ratificó el derecho a la cessatio —huelga de las aulas— si sus miembros fuesen objeto de abusos, como alquileres exorbitantes, injurias, mutilación y prisión ilegal.
Los papas intervinieron con fuerza, a fin de que los profesores fuesen pagados dignamente.
Completados los estudios, el nuevo maestro era oficialmente investido. En París, eso ocurría en la iglesia de Santa Genoveva, patrona de la ciudad. El nuevo maestro se arrodillaba delante del vice-canciller de la Universidad, que pronunciaba esta bella fórmula:

“Yo, por la autoridad con que fui revestido por los apóstoles Pedro y Pablo, os concedo la licencia de enseñar, comentar, disputar, determinar y ejercer otros actos magisteriales sea en la Facultad de Artes de París, sea en cualquier otra parte, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario