martes, 9 de julio de 2013

Más apostasía de Francisco y de la falsa Iglesia conciliar

Es un dogma de fe que sólo la religión católica es el único camino para la salvación.

Hechos 4, 12: “… en nombre de Jesucristo NazarenoEn ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre se nos ha dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos”.

Marcos 16, 15-16:Y les dijo (Jesús): Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado se salvará, más el que no creyere se condenará”.

En cambio, los antipapas del Vaticano II enseñan que todas las religiones son buenas y por eso las respetan y no intentan convertir a los acatólicos. Aquí tenemos a Francisco felicitando a los musulmanes por el inicio del Ramadán “con el deseo de abundantes frutos espirituales”. ¿Cómo una religión falsa, que no conduce al cielo, puede producir frutos espirituales? Esta es una manifestación de herejía y apostasía.

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Papa Gregorio XVI, Summo iugiter studio, # 6, 27 de mayo de 1832:
“Por lo tanto, ellos deben ser instruidos en la verdadera adoración de Dios, que es única a la religión católica”[1].

Papa San Gregorio Magno:
“La Santa Iglesia universal enseña que no es posible adorar verdaderamente a Dios excepto en ella…”[2].

Papa Clemente IV, Concilio de Vienne, 1311-1312:
“Es un insulto para el nombre santo y una desgracia para la fe cristiana que en ciertas partes del mundo se sometan a los príncipes cristianos donde viven los sarracenos [es decir, los seguidores del Islam, también llamados musulmanes], a veces separadamente, a veces mezclados con los cristianos, los sacerdotes sarracenos, comúnmente llamados zabazala, en sus templos o mezquitas, en las que los sarracenos se reúnen para adorar al infiel Mahoma, invocando cada día a ciertas horas en voz alta y ensalzando su nombre desde un lugar elevado… Esto acarrea un descrédito para nuestra fe y causa gran escándalo a los fieles. Estas prácticas no pueden ser toleradas sin disgustar a la majestad divina. Por lo tanto, con la aprobación del sagrado Concilio, Nos prohibimos estrictamente a partir de ahora esas prácticas en tierras cristianas. Ordenamos a los príncipes católicos, a todos y cada unoSe les prohíbe expresamente la invocación pública del nombre sacrílego de Mahoma… Aquellos que presuman actuar de otra manera serán castigados por los príncipes por su irreverencia, para que los otros puedan sentirse desalentados para un tal atrevimiento”[3].

Papa Eugenio IV, Concilio de Basilea, sesión 19, 7 de septiembre de 1434:
“… hay esperanza de que muchos de los de la abominable secta de Mahoma se convertirán a la fe católica”[4].



[1] The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 231.
[2] The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 230.
[3] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 380.
[4] Decrees of the Ecumenical Councils, vol. 1, p. 479.

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