martes, 24 de febrero de 2015

Nuevas señales de advertencia: preocupantes eventos ocurridos en febrero 2015 (video en inglés)

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL, el fin de América del Norte, signos de los tiempos alrededor del mundo, catástrofes naturales, anomalías climáticas, agenda Illuminati, control de la población, estado policial, militarización de la policía, crímenes del Estado Islámico, conflicto en Ucrania, y más...

Advertimos que este video no aborda y analiza los hechos desde la perspectiva católica, no obstante muestra hechos objetivos que se pueden interpretar mejor desde la perspectiva católica que creemos es la única verdadera.
"El elemento fundamental de la cultura católica es la visión del universo elaborada según la doctrina de la Iglesia. Esa cultura comprende no sólo la instrucción, es decir, la posesión de los datos informativos necesarios para tal elaboración, sino también un análisis y una coordinación de esos datos conforme a la doctrina católica. Ella no se ciñe al campo teológico, o filosófico, o científico, sino que abarca todo el saber humano, se refleja en el arte e implica la afirmación de valores que impregnan todos los aspectos de la existencia" 
(...) De todos estos datos es fácil inferir que la cultura y la civilización católicas son la cultura por excelencia y la civilización por excelencia. Es preciso añadir que ellas no pueden existir sino en pueblos católicos. Realmente, si bien el hombre puede conocer los principios de la Ley Natural por su propia razón, un pueblo no puede, sin el Magisterio de la Iglesia, mantenerse durablemente en el conocimiento de todos ellos [1]. Y, por este motivo, un pueblo que no profese la verdadera Religión no puede practicar durablemente todos los Mandamientos [2]. En estas condiciones, y como sin el conocimiento y la observancia de la Ley de Dios no puede haber orden cristiano, la civilización y la cultura por excelencia sólo son posibles en el gremio de la Santa Iglesia. En efecto, de acuerdo con lo que dijo San Pío X, la civilización “es tanto más verdadera, más durable, más fecunda en frutos preciosos cuanto más puramente cristiana; tanto más decadente, para gran desgracia de la sociedad, cuanto más se sustrae al ideal cristiano. Por eso, por la fuerza intrínseca de las cosas, la Iglesia se convierte también de hecho en la guardiana y protectora de la civilización cristiana”
(Plinio Correa de Oliveira, 1960, Revolución y Contra-Revolución).


[1] Cfr. Concilio Vaticano I, ses. III, cap. 2 , D. 1786.
[2] Cfr. Concilio de Trento, ses. VI, cap. 2, D. 812.

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