Él es Rey
por derecho, y también por conquista
Plinio Corrêa de
Oliveira
Vamos a comentar sobre este
pasaje tomado de San Lucas:
En el
sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María. Y presentándose a ella, le dijo: “Salve,
llena de gracia, el Señor es contigo”. Ella se turbó al oír estas palabras y
discurría qué podría significar aquella salutación. El ángel le dijo: “No
temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu
seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y
llamado Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David, su padre,
y reinará en la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.
El ángel de la Anunciación, Fray Angelico |
* * *
Por lo que yo recuerdo, la única
cosa que sabemos de San Gabriel, el arcángel se encuentra en este episodio. Él
fue enviado por Dios para entregar este magnífico mensaje a Nuestra Señora.
Podemos tener una idea de lo que es este arcángel si consideramos la naturaleza
de la tarea que se le dio. Existe una correlación entre el ángel y su virtud,
por una parte, y la misión que recibe de Dios, por la otra. A través de una,
podemos hacer conjeturas sobre la otra.
Por lo tanto, ¿cuál fue el
mensaje que San Gabriel, que significa “fuerza de Dios”, llevó a la Virgen? Es
un mensaje que afirma la encarnación del Verbo y, por lo tanto, es el mayor
acto de poder y de dominación que Dios pudiera ejercer sobre el mundo. Con la
Encarnación del Verbo, Dios estaba preparando el rescate del mundo. Al hacer
esto, Él, que es el rey del mundo por derecho, también se convirtió en rey por
conquista. Por lo tanto, Él —la
segunda Persona de la Santísima Trinidad—
entró en la tierra para conquistarla en la cruz; de esta manera especial, Él estableció
su reinado sobre el mundo.
San Gabriel debe considerarse,
por lo tanto, como el anuncio de la entrada victoriosa de Nuestro Señor
Jesucristo en la humanidad. Él fue como un heraldo que va delante de un rey
victorioso superando todos los obstáculos en su camino y anunciando: “¡He aquí
el rey ha llegado! Él va a reinar!” Esta es una primera consideración que
tenemos de este arcángel.
Otra consideración que debemos
tener es la del devoto de María por excelencia. Él fue quien pronunció el
primer Avemaría, él fue el que dio a la Virgen un mensaje que le reveló quién
era ella. Hasta ese momento, de acuerdo con todas las interpretaciones que he
leído, ella no sabía que iba a ser la Madre de Dios. Ella oró para que el Mesías
viniera pronto a la tierra y también que ella pudiera convertirse en la sierva
de su Madre para prestarle algunos pequeños servicios. Esa era su gran
ambición.
Cuando vino el arcángel Gabriel y
le anunció que ella misma iba a ser la madre del Mesías, él le hizo, por
decirlo así, entender quién era ella. Su mensaje le explicó por qué ella había
recibido de forma continua un inmenso río de gracias en toda su vida. Ella
entendió la profundidad de la santidad para la que fue llamada. El anuncio del
ángel le hizo comprender su propia misión.
Por lo tanto, cuando hizo esta
revelación a María, él le hacía este servicio excepcional, que era un acto de
suprema nobleza ordenado por Dios. Como resultado de ello, este hecho
estableció un vínculo muy especial entre San Gabriel y la Virgen. En este
sentido, él fue una especie de profeta que manifiesta a la Virgen lo que ella
sería toda su vida y lo que sería su misión. Por lo tanto, otro aspecto de la
personalidad de este arcángel es una gran unión con la Virgen y una gran
devoción a ella.
Finalmente, podemos considerar
otro lado, que es la manera en que él dio su mensaje. Estaba impregnado con una
gran pureza. Ningún mensaje es más casto que este, que anunció la maternidad
virginal. Este mensaje muestra cuánto amor tiene Dios por la pureza, por lo
que, con el fin de salvaguardar la castidad virginal de Nuestra Señora, Él
decidió una manera de concebir a Nuestro Señor Jesucristo que no implicaba
ninguna obra humana: ella sería la Esposa del Espíritu Santo.
En la Anunciación, el arcángel es
especialmente protector de su pureza y castidad. Si pudiéramos verlo, él nos
inspiraría un millar de deseos y actos de admiración y anhelo de poseer la
pureza en un grado eminente.
De aquí, podemos sacar algunas
aplicaciones para las oraciones que podemos dirigirle hoy. San Gabriel anunció
la venida y el triunfo del Mesías a la Virgen y por lo tanto a todos los
hombres. Podríamos pedirle que ahora anuncie la recuperación de la realeza
efectiva de Dios sobre la tierra a través de la venida del cumplimiento del
mensaje de Fátima.
Hoy nos encontramos en una
situación que es aún peor que la del mundo antiguo antes de Nuestro Señor
Jesucristo. Por lo tanto, podemos pedir que Nuestro Señor Jesucristo reine una
vez más, que Él establezca su reino en la tierra en María y por María, y que
este período de oscuridad en la que nos encontramos llegue a su fin. Él ha
hecho una cosa, que haga la otra. Él tuvo la llave para cerrar la era de la
antigüedad, y por lo tanto abrió una nueva época. Que Él cierre esta época y
abra la del Reino de María.
Segundo: debemos pedir a San
Gabriel una enorme, sobreabundante devoción a la Virgen y que esta devoción crezca
cada instante hasta el final de nuestras vidas.
Tercero: debemos pedirle un amor
más ardiente, intransigente, vigilante y, por tanto, más militante por la
pureza, y tener toda forma de repulsión y desprecio por la impureza de todas
las formas y grados. Esto es lo que deberíamos pedirle. Que él nos proteja y
nos haga más cercanos a la Virgen.
Tomado de nobility.org
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