por Plinio Corrêa de Oliveira
Cuando la institución de la familia está enferma y flaquea, la sociedad como un todo se debilita y vacila. Y cuando toda la sociedad está insegura es inútil tratar de hacer una reforma social en ese organismo enfermo, sea este democrático o de cualquier otro tipo.
Se puede decir que la calidad del trabajo desarrollado por el hombre refleja su estado de salud o de enfermedad e indica el tipo de dolencia que está padeciendo. Cuando la sociedad, que está compuesta por hombres, llega a un determinado punto de enfermedad social en que las familias en gran medida se ven socavadas, entonces se puede hacer cualquier cosa para curar los males de esa sociedad – reforma, medidas legales, campañas contra la droga y el aborto, etc. – sin embargo no podrá ser curada mientras no sean curadas las personas de su lepra moral. Lo que se necesita es una renovación moral de cada órgano del cuerpo social. Sin esto no hay solución para el problema en su conjunto.
La sociedad post-moderna, infiltrada por el neo-paganismo, avanza implacablemente hacia su destrucción final. Precursores de esa destrucción son sus modas, arquitectura, su música, su arte y forma de expresarse. Estas son expresiones de la 4ª Revolución,[1] la revolución hippie anárquica, que tiende a dominar todos los campos de la sociedad. Esta mentalidad y estilo de vida ha penetrado todas las fibras del Estado y es la autogestión en cada aspecto de la sociedad.
Se puede decir que la calidad del trabajo desarrollado por el hombre refleja su estado de salud o de enfermedad e indica el tipo de dolencia que está padeciendo. Cuando la sociedad, que está compuesta por hombres, llega a un determinado punto de enfermedad social en que las familias en gran medida se ven socavadas, entonces se puede hacer cualquier cosa para curar los males de esa sociedad – reforma, medidas legales, campañas contra la droga y el aborto, etc. – sin embargo no podrá ser curada mientras no sean curadas las personas de su lepra moral. Lo que se necesita es una renovación moral de cada órgano del cuerpo social. Sin esto no hay solución para el problema en su conjunto.
La sociedad post-moderna, infiltrada por el neo-paganismo, avanza implacablemente hacia su destrucción final. Precursores de esa destrucción son sus modas, arquitectura, su música, su arte y forma de expresarse. Estas son expresiones de la 4ª Revolución,[1] la revolución hippie anárquica, que tiende a dominar todos los campos de la sociedad. Esta mentalidad y estilo de vida ha penetrado todas las fibras del Estado y es la autogestión en cada aspecto de la sociedad.
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[1] En su libro Revolución y Contra-Revolución, el Prof. Plinio describe las cuatro Revoluciones: la Revolución Protestante, la Revolución Francesa, la Revolución Comunista y finalmente la 4ª, que es la Revolución de los ’60 caracterizada por la cultura hippie, la autogestión y el estilo de vida tribal.
[1] En su libro Revolución y Contra-Revolución, el Prof. Plinio describe las cuatro Revoluciones: la Revolución Protestante, la Revolución Francesa, la Revolución Comunista y finalmente la 4ª, que es la Revolución de los ’60 caracterizada por la cultura hippie, la autogestión y el estilo de vida tribal.
La 4ª Revolución: costumbres tribales que conducen al satanismo
La forma de ser contra-revolucionaria
Esto es lo que la Revolución tiene para el mundo moderno. Lo que debemos simbolizar es algo totalmente diferente. La Contra-Revolución es la afirmación de un ideal, la victoria de la civilización cristiana. Esta afirmación debe ser hecha con entusiasmo, confianza y con la certeza de la victoria que la Santísima Virgen prometió en Fátima en 1917.
Es un ideal expresado por una manera de ser, pensar y actuar y un espíritu que trasmite la voluntad de afirmar este ideal abierta y completamente. Es la voluntad de enfrentar todo lo que se opone a los valores perennes que encarnan este ideal.
Esto no significa necesariamente un enfrentamiento físico. La Historia nos muestra que el enfrentamiento físico no necesariamente es la más heroica y efectiva forma de confrontación o el mejor medio para alcanzar un objetivo.La noble lucha de hoy es mantener en alto los ideales contra-revolucionarios
Una lucha por la Virgen
Sobre todo, esta manera de actuar es una lucha por la Virgen, que es la Reina de toda la creación, la más perfecta de todas las criaturas de Dios. Ella es la Madre de Dios, la Madre de la Santa Iglesia, y es bajo su bandera que nos enlistamos en nuestra lucha por Nuestro Señor Jesucristo. Esta lucha ideológica es su lucha – aplastar al error, la aniquilación completa de la serpiente y sus mentiras. Es Ella que aplasta a la serpiente bajo su talón. Ella es el símbolo de la victoria final.
Uno de estos aspectos es la revolución ecológica, con su adoración por la naturaleza y rechazo por todo lo que el mundo moderno representa, llamando a los hombres a retornar a la vida campestre, rechazando la civilización y la vida organizada. Hablamos aquí del fin de la sociedad estructurada y organizada y de un movimiento hacia el neo-tribalismo. Con la destrucción de la familia como fundamento de la sociedad civilizada, este es el futuro que nos espera.
La forma de ser contra-revolucionaria
Esto es lo que la Revolución tiene para el mundo moderno. Lo que debemos simbolizar es algo totalmente diferente. La Contra-Revolución es la afirmación de un ideal, la victoria de la civilización cristiana. Esta afirmación debe ser hecha con entusiasmo, confianza y con la certeza de la victoria que la Santísima Virgen prometió en Fátima en 1917.
Es un ideal expresado por una manera de ser, pensar y actuar y un espíritu que trasmite la voluntad de afirmar este ideal abierta y completamente. Es la voluntad de enfrentar todo lo que se opone a los valores perennes que encarnan este ideal.
Esto no significa necesariamente un enfrentamiento físico. La Historia nos muestra que el enfrentamiento físico no necesariamente es la más heroica y efectiva forma de confrontación o el mejor medio para alcanzar un objetivo.
La forma más bella y noble de las batallas es la confrontación de ideas. Es la confrontación donde se tiene el coraje y la capacidad de levantarse y decir Credo. Los réprobos responden, Non-Credo. Entonces ellos entran en una polémica, cada parte luchando con palabras, ideas y conceptos, cada uno tratando de convencer a su oponente – pero sobre todo persuadir a su audiencia y al conjunto de la opinión pública.
Si el partido de la buena causa no es capaz de convencer al otro, entonces trata de poner a su lado el más grande sector de la opinión pública que pueda. Este es el enfrentamiento más noble del espíritu y de la inteligencia: el lado que defiende la verdad hace una afirmación que prevalece sobre el lado opuesto superando así al error. En pocas palabras, Nuestro Señor Jesucristo aplasta a su enemigo.
Este es el más noble de todos los enfrentamientos: es la lucha de la Contra-Revolución. Es nuestra misión de aceptar esta lucha y participar de ella. Es la cumbre de la lucha católica, esta es la obra a la que estamos llamados.
Si el partido de la buena causa no es capaz de convencer al otro, entonces trata de poner a su lado el más grande sector de la opinión pública que pueda. Este es el enfrentamiento más noble del espíritu y de la inteligencia: el lado que defiende la verdad hace una afirmación que prevalece sobre el lado opuesto superando así al error. En pocas palabras, Nuestro Señor Jesucristo aplasta a su enemigo.
Este es el más noble de todos los enfrentamientos: es la lucha de la Contra-Revolución. Es nuestra misión de aceptar esta lucha y participar de ella. Es la cumbre de la lucha católica, esta es la obra a la que estamos llamados.
Una lucha por la Virgen
Sobre todo, esta manera de actuar es una lucha por la Virgen, que es la Reina de toda la creación, la más perfecta de todas las criaturas de Dios. Ella es la Madre de Dios, la Madre de la Santa Iglesia, y es bajo su bandera que nos enlistamos en nuestra lucha por Nuestro Señor Jesucristo. Esta lucha ideológica es su lucha – aplastar al error, la aniquilación completa de la serpiente y sus mentiras. Es Ella que aplasta a la serpiente bajo su talón. Ella es el símbolo de la victoria final.
Es cierto que la Virgen vencerá
Por supuesto, cualquier persona razonable vería que, humanamente hablando, esta lucha es completamente desproporcionada para aquellos que están llamados a servir a Nuestra Señora en ella. Después de mucho sufrimiento, enfrentamientos y manifestaciones de coraje, habrá un momento que será suyo. No importa cuán débil nos encontremos, no importa cuán insuficientes sean nuestros medios, no importa cuán insignificante sea nuestro número – sabemos que el momento vendrá cuando se entre directamente en la etapa de los acontecimientos que realizarán su victoria, para inaugurar su Reino. Nuestra confianza en este hecho debe ser inquebrantable.
En esta lucha, podemos tener la certeza de una cosa: que las promesas de Fátima se realizarán. Son promesas de victoria y alegría para aquellos que tienen fe y confianza, para aquellos que han esperado y sufrido, son las promesas del triunfo final de la causa de la Virgen, de la Contra-Revolución.
Para aquellos que se cierran a su voz, esas mismas promesas son promesas de castigo y derrota. Pero lo cierto es que Ella triunfará. Las gracias que recibimos son precursoras de su Reino. Ellas nos deberían dar el valor y la determinación para avanzar en el combate, para incrementar nuestro entusiasmo por ello y para aumentar nuestra confianza en la victoria final de la Contra-Revolución, sin importar los obstáculos que aparezcan.
En esta lucha, podemos tener la certeza de una cosa: que las promesas de Fátima se realizarán. Son promesas de victoria y alegría para aquellos que tienen fe y confianza, para aquellos que han esperado y sufrido, son las promesas del triunfo final de la causa de la Virgen, de la Contra-Revolución.
Para aquellos que se cierran a su voz, esas mismas promesas son promesas de castigo y derrota. Pero lo cierto es que Ella triunfará. Las gracias que recibimos son precursoras de su Reino. Ellas nos deberían dar el valor y la determinación para avanzar en el combate, para incrementar nuestro entusiasmo por ello y para aumentar nuestra confianza en la victoria final de la Contra-Revolución, sin importar los obstáculos que aparezcan.
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