lunes, 23 de febrero de 2009

Progresismo en la Iglesia

Cardenal Congar: En el Concilio Vaticano II la Iglesia rompió sus vínculos con el pasado
Los teólogos J. Ratzinger e Y. Congar durante el Concilio Vaticano II
El conocido teólogo Card. Yves Congar, co-autor de 10 de los 16 documentos finales del Vaticano II, considera que con Dignitatis humanae y Gaudium et spes, el Concilio abandonó las doctrinas que vinculan a la Iglesia católica con el pasado, que él genéricamente llama Edad Media. Ambos documentos del Vaticano II se refieren respectivamente a la libertad religiosa y a la Iglesia en el mundo moderno.
La foto de arriba muestra la edición italiana de su libro La Crisis en la Iglesia y Mons. Lefebvre. A continuación la traducción del italiano del texto resaltado en amarillo de la foto de abajo:
En un mundo que es finalmente pluralista – que se volvió irreversiblemente pluralista debido a la convergencia de los hombres, información e ideas en un mundo donde el valor de la persona se ha impuesto asimismo como inviolable – la Iglesia desea ejercer una influencia sobre las personas a través de las personas por medio de la persuasión y la fuerza de la verdad misma. La ‘influencia’ es una acción real sin ‘poder’. Es la hora de los testimonios y signos evangélicos como la expresión de un amor total.
Desde hace algún tiempo, la Iglesia ha cambiado su modo operativo, pero no de la misma manera en todas partes. Algunas mentalidades siguen siendo dominadas por la nostalgia de un poder a través de la cristianización, la nostalgia de un nuevo bautismo de Clovis, como lo llamó Etienne Gilson. La Iglesia del Vaticano II, con su declaración sobre la libertad religiosa [Dignitatis humanae] y la Constitución Pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo moderno – ¡un título significativo! – se coloca claramente a sí misma en el mundo moderno pluralista y, sin negar lo que ella tiene de grande, rompe los lazos que la anclaban a la orilla de la Edad Media. No se puede permanecer vinculado a un momento de la historia.

(Yves Congar, La crisis nella Chiesa e Mons. Levèbvre (Brescia: Queriniana, 1976) pp. 51-52)

1 comentario:

  1. Hay que agregar que Ives Congar, discípulo de Maritain (de allí vienen todas las miasmas), fue castigado por Pío XII por sus doctrinas heréticas y separado de la enseñanza. Rehabilitado por Juan XXIII, le encargó juntamente con Ratzinger (futuro Benedicto XVI)la elaboración de los mas importantes temas del nefasto Concilio Vaticano II. Luego Juan Pablo II, de nefasta memoria también, premió a este artífice de la nueva religión haciéndole cardenal (Nunca fue obispo). Al año siguiente murió el muy hereje.

    Congar estuvo detenido y muy bien tratado en un campo de concentración alemán por realizar actividades en tiempo de guerra contra el Ejército Alemán. En las democráticas Unión Soviética, EE.UU. y Gran Bretaña, o sea para los que trabajaba Congar, ante actividades similares hubiera sido fusilado.

    Las actividades de Congar durante la guerra parecen haber sido similares a las de quien le dió el capelo cardenalicio. El Gral. Degrelle en su famosa Carta al Papa señala que Juan Pablo II fue un civil enrolado en la resistencia ilegal. Lo que se dice un partisano.

    Este detalle explica su extraño papado.

    Trabucazo

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